El Gobierno captó hoy del mercado local $4,424 billones mediante la emisión de cuatro títulos de deuda de corto plazo, suma con la que no sólo cubre el total de los vencimientos por $2,7 billones que enfrenta este viernes, sino que además agrega $1,74 billones al colchón de liquidez de resguardo con el que se maneja para evitar que cada licitación pueda generar incertidumbre en la economía.
Tomó esa cifra, que “significa un rollover de 165%”, destacó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, al postear los resultados por la red X, luego de haber recibido ofertas de compra “por un total de $5,314 billones”.
Es decir, rechazó el 17% de las presentaciones, en un intento de no convalidar tasas más altas a las del 2,58% al 2,53% mensual (lo que implica un rango que va del 35,73% al 34,93% nominal anual), que terminó pactando con las Letras de Capitalización (Lecap) emitidas a 31, 59 y 81 días, rendimientos todos que se ubicaron por encima de los que se operan en el mercado.
Así confirmó -como advirtió ayer LA NACION- que su principal objetivo, tras dos licitaciones sin poder renovar todo lo que le vencía, era preservar el colchón de liquidez antes mencionado (hoy en torno a los $5 billones si se considera sólo las tenencias en moneda nacional) o incluso ampliarlo, de ser posible, para tratar de evitar sobresaltos en la materia en adelante.
“El excedente de $1,740 billones será depositado en la cuenta del Tesoro en el BCRA”, indicó al respecto Quirno, quien se encuentra en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) tomando parte de la cumbre de ministros y banqueros centrales del G20. Allí tendría encuentros con los presidentes del Banco Mundial y del BID, cuando el equipo económico está en plena negociación de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
“Lo logró pagando ‘premio’ sobre las tasas del mercado secundario donde las Lecap cotizan alrededor de 2,2%. Esto muestra que el Gobierno quería un roll-over fuerte”, destacó Federico Machado, de Economía Open (Observatorio de Políticas para la Economía Nacional).
El analista financiero Juan Manuel Palacios coincidió en evaluar que la tasa convalidada, superior al 2,5% mensual para los instrumentos a tasa fija, fue “alta”, en especial, comparada “contra un crawling peg del 1%”. Es decir, que buena parte de la oferta pudo haber estado atraída por quienes apuestan al denominado carry trade, es decir, colocaciones que se hacen en pesos buscando aprovechar la quietud del tipo de cambio para capturar luego ganancias en dólares.
Hay que observar que los vencimientos de estos instrumentos caerán meses antes de las elecciones de medio término y que las previsiones de mercado indican que, de tener que realizar alguna corrección cambiaria, el Gobierno optaría por hacerla luego del comicio previsto para octubre.
Y recordar que, en licitaciones previas, el Gobierno buscado extender muchos vencimientos hasta 2026 y 2027 ya sea mediante sucesivos canjes o colocando títulos a mayor plazo, todo lo contrario a lo que hizo ayer.
Según los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) este giro en la estrategia previa habría respondido a una intención de evitar tasas más altas en títulos a largo plazo.
Por lo pronto, de los resultados difundidos surge que los instrumentos ofrecidos a tasa fija captaron el 78,3% del total colocado, mientras que casi $1 billón (el 21,7% restante) se volcó al bono ajustable por inflación (Boncer) por vencer a fin de mayo, que se colocó con una tasa del 5,43% por encima del recorrido que registre hasta ese entonces ese indexador basado en data del IPC.