Sombras sobre Milei, del Congreso a Roma

No fue un día sencillo para el Gobierno. El halo de sospechas que lo rodeó tras el rechazo al proyecto de ficha limpia en el Senado por el voto de dos senadores que se han destacado por su colaboracionismo lo obligó a dar explicaciones y a buscar culpables afuera.

Cuando aún no se habían disipado esas sombras, llegó desde Roma la noticia de la elección de un papa cuyos antecedentes no permiten ubicarlo nada cerca de la cosmovisión libertaria de Javier Milei.

El meme, reposteado por el Presidente, de un león libertario ataviado con los atributos papales, en un intento paródico de asimilar la consagración del nuevo jefe de la Iglesia Católica a una señal divina afín a su ideario, podría tener demasiado rápido destino de grotesco búmeran autorreferencial. Es un hecho: el león con más seguidores fieles del mundo no está en Buenos Aires sino en Roma y usa otro léxico, aunque pueda explayarse con fluidez en el mismo idioma (el único) que habla Milei.

Aplausos y ovación: la reacción de los obispos argentinos al escuchar el nombre de Prevost

La elección de un papa muy cercano a su predecesor Francisco no solo en lo personal sino en cuanto visión pastoral y ciertos postulados sobre problemáticas mundanas, como la pobreza, la desigualdad y las migraciones, por solo citar tres temáticas sensibles, tuvo una lectura inequívoca en las primeras horas posteriores a la difusión de la noticia que esperaba una parte importante del mundo desde hace 18 días.

La alegría que manifestó en público y subrayó aún más en privado la cúpula de la iglesia argentina, moldeada a imagen y semejanza por Francisco, así como el saludo protocolar del Gobierno al nuevo pontífice, en el que no buscó reafirmar su posicionamiento ideológico y enmarcar el futuro de las relaciones con el Vaticano, exponen el diferente impacto que la noticia tuvo por acá y las expectativas que despierta.

Para los obispos, sacerdotes y fieles comprometidos con el ideario, las palabras y los símbolos que Bergoglio instauró en su papado, la elección del norteamericano-peruano Robert Francis Prevost es vista como una ratificación del sendero que ellos transitaban, una especie de empoderamiento que trajo alivio ante los temores por la llegada de un pontífice de raíz conservadora u ortodoxa.

El nombre elegido, León XIV, está lleno de significado y no podría despertarles a los seguidores de Francisco mejores reminiscencias. El anterior papa homónimo fue León XIII, autor en 1891 de una encíclica nodal para la renovación de la Iglesia (Rerum Novarum), entre otras cosas, por su abordaje de los problemas terrenales que sacudían al mundo, en el que se cuestiona la opresión de las clases obreras y se cuestiona la concentración de la riqueza. Allí están las raíces de la doctrina social de la Iglesia, de la que emana el concepto de justicia social, a la que Milei ha calificado de “aberración”.

Parecen, a priori, suficientes elementos como para generar incomodidad en el gobierno libertario, aunque rápidamente sus exégetas más formados y menos arrebatados hayan salido a absolver contradicciones entre ese antecedente doctrinario del catolicismo y los principios doctrinarios de la escuela económica austríaca, su iglesia.

También es cierto que el nombre elegido, León, denota más un sentido de continuidad que de ruptura, como fue en su momento la elección de Bergoglio, al convertirse en el primer Francisco que dirigía la Iglesia Católica.

La defensa de la propiedad privada y de la libertad individual, principios que fueron subrayados en el saludo presidencial a León XIV, también son parte esencial de aquel documento clave de la Iglesia moderna. Rerum Novarum también tuvo por objetivo ponerle un dique a la expansión del socialismo que a fines del siglo XIX ganaba terreno en Europa. El alivio de los libertarios argentinos, de nuevo, puede ser motivo de autocelebración de los peronistas. Tan lejos, pero, a veces, tan cerca. En Roma y en el Congreso. Aunque no parezca.

A eso podría agregarse que los antecedentes de Prevost, así como sus primeras palabras papales, reafirman su disposición a la construcción de puentes, más propenso a sumar y absolver antes que a ampliar divisiones y condenar.

Los adversarios de Francisco, internos y externos, eclesiásticos y políticos, tienen ahí un motivo de consuelo para la frustración que les causó que el nuevo jefe de la Iglesia y del estado Vaticano no tenga sus raíces en el terreno de los conservadores, como ellos aspiraban y esperaban.

La reafirmación de principios que consideró necesario hacer Milei en su mensaje a León XIII, para marcar posiciones, pueden encontrar algún paralelismo en el distante saludo al “papa latinoamericano” que le prodigó hace 12 años Cristina Kirchner a Francisco.

Sin embargo, dados los antecedentes de la relación del Presidente con Francisco, también podría verse ese saludo, que también fue cordial y veloz, como una reafirmación del aprendizaje que le dejó al Presidente haberse visto obligado a rectificarse públicamente de las diatribas que le había dedicado al papa Bergoglio.

En ese acercamiento hubo una razón de pragmatismo político de peso para que ocurriera, además del impacto emocional que le causó a Milei el saludo amistoso y risueño que le dispensó Francisco, al tratarlo en su primer encuentro casi como a un adolescente díscolo, más que como a un líder político adversarial, irreverente y agresivo.

Aunque parezca contradictorio, Milei y Francisco compartían fieles en los sectores populares. Lo sabían y ninguno quería perder su adhesión.

En el último año y medio, ambos han sido los dirigentes más populares del país. Un trato amigable y llano servía, entonces, para difuminar a ojos de esos seguidores diferencias ideológicas, políticas y doctrinarias. Al fin y al cabo, uno y otro siempre han procurado mostrarse y ser vistos como hombres comunes con responsabilidades excepcionales (Néstor Kirchner dixit). Lo que muchos autores consideran características inherentes a los liderazgos populistas.

“Los que en los barrios populares veneran a Francisco y a Milei encuentran un punto de confluencia clave: ambos son vistos como outsiders, que vienen de la periferia, cuestionan el sistema y desafían el statu quo, del que se sienten víctimas”, explica el sociólogo y antropólogo Pablo Semán, especialista en religiosidad popular y uno de los pocos que advirtió tempranamente la penetración del libertario en los barrios de las clases media-baja y baja.

Así como Bergoglio recuperó fieles donde se habían hecho fuertes los evangélicos, Milei atrajo voluntades donde históricamente dominaba el peronismo. Habrá que ver ahora cómo se equilibra la balanza tanto con la prédica de la nueva figura que mandará en Roma, como con el efecto de la economía mileísta en los bolsillos de los menos pudientes.

Ficha limpia, sospechas sucias

Allí tal vez pesen más algunas urgencias y necesidades que la nueva defección de la política en materia de transparencia, con el rechazo en el Senado a la ley de ficha limpia.

Más allá de la proclamada indignación oficialista por el triunfo del voto negativo final, los antecedentes dicen que Milei se subió tardíamente al impulso de la norma que tenía por objetivo impedir candidaturas de condenados por corrupción en el ejercicio de la función pública. Lo hizo después de haber trabado el tratamiento del proyecto original en Diputados y luego de que esa acción generara un repudio mayoritario.

El crucial voto negativo de los senadores misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, dependientes de Carlos Rovira, el mandamás peronista que controla el poder provincial, robusteció todas las sospechas sobre algún tipo de acuerdo bajo la mesa con la Casa Rosada.

Aunque en el Gobierno lo nieguen, nadie imagina en Misiones (como lo relata Martín Boerr, colaborador de la nación en esa provincia) que Rovira hubiera impulsado ese voto negativo sin algún tipo de diálogo con el gobierno nacional, con el que mantiene un vínculo privilegiado.

Misiones es una de las provincias que entre 2024 y lo que va de 2025 más se benefició con la distribución discrecional de fondos nacionales. Mucho menos creíble resulta, además, que Rojas y Arce hubieran tenido un rapto de independencia de criterio después de haber expresado, sobre todo la primera, un apoyo absoluto al proyecto.

Aunque el oficialismo se mostró más indignado por las críticas del macrismo que con la defección de los misioneros, la realidad es que lo que fue decisivo es el voto de los aliados para impedir que saliera una ley destinada a modificar el mapa de la política nacional. Lo que podía haber sido un sismo terminó siendo un temblor que mantiene casi todo como estaba.

Fue, al final, una falsa alarma que celebró el kirchnerismo, cuya jefa hubiera quedado inhibida de postularse a un cargo nacional.

También, mantiene abierta la polarización entre mileístas y kirchneristas, que es funcional a ambos espacios.

Al oficialismo, además, le suma la opción de seguir agitando el fantasma de un eventual regreso del kirchnerismo para convocar al electorado de centroderecha a votar a sus candidatos y no dispersarse.

El cruce de acusaciones protagonizado por el oficialismo y el macrismo tras el fracaso de la ley en el Senado, cuando había sido el perokirchnerismo el responsable de la caída del proyecto, se encuadra en aquella lógica. Mucho más cuando la primera gran elección relevante para libertarios y amarillos se dirimirá dentro de apenas nueve días en la ciudad de Buenos Aires y podría ser decisiva para las próximas disputas electorales, en especial la bonaerense. La suerte de Pro se juega en estos tableros. También parte del futuro del Gobierno.

Por eso, no resultó casual que quienes protagonizaron el mayor duelo verbal fueran el vocero presidencial Manuel Adorni y la diputada Silvia Lospennato, principal impulsora de la ley de ficha limpia, desde hace años. Ellos lideran las listas de candidatos a legisladores porteños de sus respectivos espacios.

Una encuesta cerrada hace dos días por una consultora que hace mediciones para dirigentes oficialistas y aliados muestra al alfonsinista-peronista Leandro Santoro al frente de la intención de voto, con cierta comodidad, y a Adorni y Lospennato en un virtual empate, separados por apenas un punto porcentual.

En un electorado que se caracteriza por estar informado y menos sujeto a algunas urgencias, como es el porteño, cualquier tropiezo de un espacio puede alterar el voto. Y en una elección que se anuncia tan apretada eso podría ser letal.

Las sombras que el Congreso y Roma proyectaron sobre la Casa Rosada no trajeron motivos para despejar la incertidumbre.

Y el primer gran domingo de elecciones, que se celebrarán pasado mañana en Chaco, Jujuy, Salta y San Luis, tampoco prometen traer aire fresco para el Gobierno, más allá de la posibilidad de subirse a un festejo prestado como aliado de apuro del oficialismo chaqueño. Serán días intensos.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/sombras-sobre-milei-del-congreso-a-roma-nid08052025/

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