En camino hacia la elección de octubre, el pasado domingo, se puso de manifiesto la realidad de una provincia con fuertes contrastes.
La provincia de Buenos Aires (PBA) tiene dos realidades opuestas. Este territorio, de 307.000 kilómetros cuadrados, tiene 17.523.996 habitantes, entre ellos, 14.376.592 electores habilitados. Por un lado, cuenta con un conurbano densamente poblado, con casi 11 millones de personas, altos niveles de desocupación (cerca del 10%), baja productividad y la pobreza alcanza al 42% de quienes viven allí, que a su vez sufren una extrema inseguridad. Por otro lado, la pampa húmeda es un motor productivo con baja densidad habitacional y un rol central en la economía argentina.
Según consigna el último informe de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba), la PBA produce el 33,7% del PBI nacional; también el 48% de la producción manufacturera y provee el 42,3% del empleo industrial con sus 25.342 establecimientos (el 47,4% del total). Además, genera el 36,8% de las exportaciones totales.
Aquí hay que hacer una salvedad: “Esta provincia aporta el 30% de los ingresos a la masa coparticipable, pero se lleva solamente el 13%. En consecuencia, aunque es rica desde el punto de vista productivo, está devastada desde el punto de vista de la infraestructura”, asegura el economista Jorge Colina, al frente de la consultora Idesa.
Más allá de la última elección, hay un horizonte en octubre que va a definir un camino a nivel nacional, donde la economía, con cinco factores clave en la provincia de Buenos Aires, juega un rol importante.
1- Empleo en tensión: Aunque en términos interanuales la tasa general de desocupación cayó levemente (-0,2%), en comparación con fines de 2024 se observa un deterioro del mercado laboral bonaerense.
El economista de FIEL, Juan Luis Bour, explica que “en noviembre el Gobierno dio de baja 400.000 monotributistas sociales, y además se vienen corrigiendo los programas sociales. Aquí una de las razones del castigo al oficialismo nacional”.
Para Jorge Colina, “el conurbano es una zona de muy baja productividad económica, y tiene la mayor tasa de desempleo del país. Además, concentra la mayor cantidad de personas inactivas, es decir, adultos que no trabajan ni buscan trabajo y dependen de los planes y del asistencialismo El resultado de las políticas populistas es que la gente vota al que le promete pan, no al que promete progreso“, dice Jorge Colina.
2- Crisis en la industria: Según Bour, “este sector entró en recesión en abril de 2022, tuvo corto respiro con el plan de (Sergio) Massa en primer semestre de 2023, se hundió en 2024, y volvió a caer desde marzo. Todo eso pega en los bonaerenses”, sostiene.
La II Encuesta del Centro de Estudios de la UIA mostró el 33% de las empresas indicó una retracción en su producción respecto al promedio del primer trimestre del año, mientras que el 26,1% registró una suba. Para el 31,5% la principal preocupación es el aumento de costos y, dentro de este grupo, afirmaron que el costo salarial fue el de mayor incidencia (41,9%).
En ventas, el 41,3% informó bajas y el 24,9% registró alzas y, respecto al empleo, en abril creció tanto la cantidad de empresas que incorporaron personal (14,8%) como la de aquellas que realizaron recortes (20,1%).
En exportaciones, el 31,1% de las empresas registró caídas y el 15,2%, subas. Un 11,4% dejó de exportar, principalmente, por problemas de competitividad y costos (57,8%) o factores cambiarios (31,3%).
El economista jefe de FIEL agrega que “el problema central de la Argentina es la baja productividad por haber sido una economía cerrada tanto tiempo. Ha vivido décadas protegida. Ahora se está abriendo la economía, en principio con un tipo de cambio bajo, aunque ahora está más alto, pero no alcanza, hay que hacer reformas para mejorar la productividad. No hay suficiente tiempo para competir con el resto del mundo”, analiza.
A eso, refiere, “hay que sumarle todos los otros problemas: el costo del crédito y la dificultad para conseguirlo, las regulaciones laborales que hacen que, por ejemplo, para agregar un turno más en una fábrica hay que hacer milagros. Además, es difícil conseguir gente capacitada para trabajar. También se suma la incertidumbre", advierte.
3- Comercio, servicios y construcción en baja: “Para que una recuperación económica se note en bolsillos humildes, tiene que crecer comercio y servicios, que todavía siguen abajo de 2023. Y la Construcción no arranca. Otro golpe en GBA", afirma el economista de FIEL.
4- La confianza y el factor dólar: Para Carlos Gervasoni, profesor investigador asociado del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Di Tella, el Gobierno perdió el control de la agenda en los últimos tiempos. “Registramos en agosto en el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), de la Universidad Di Tella, una baja importante, aunque no terrible ni catastrófica, de casi 14%. Pero la encuesta no llegó a tomar el escándalo de la Agencia Nacional de Discapacidad y esta cuestión de las coimas y la corrupción. Todo esto pegó muy fuerte en la opinión pública”, sostiene.
Asegura que “el Gobierno había empezado a sentir un desgaste en su principal logro de gestión, la sensación de que la economía está bajo control y estable. A lo mejor los precios no se movieron mucho, pero cuando se empieza a ver que el dólar se mueve para arriba, los argentinos nos ponemos nerviosos".