River no necesita abrir los paraguas: soluciona problemas con goles y así avanza en la Copa Libertadores

El césped regado con prolijidad, la altura ideal para un juego ofensivo y protagonista. La voz del estadio les pide a los hinchas que nadie abra paraguas. Todavía no llovía, pero es una disposición de la Conmebol. El anuncio del clima inestable le generó alguna tormenta pasajera a River por algunos errores defensivos que le dieron algún dolor de cabeza, pero terminó armando un show para clasificarse para los octavos de final de la Copa Libertadores superando a Independiente del Valle por 6-2.

El primer tiempo fue eléctrico. River pasó de creer que el partido iba a ser un trámite por el gol tempranero de Driussi (otra vez de 9, tomando un rebote abajo del arco tras una pelota parada) a sufrir por el ímpetu y las buenas acciones de un conjunto ecuatoriano que llegó a Núñez para jugarle de igual a igual.

Independiente del Valle salió a contrarrestar el 4-3-3 característico millonario con un 4-1-4-1 y generando a Patrick Mercado en figura con aceleraciones y rompiendo líneas por el medio. Y en diez minutos lo dio vuelta con dos muy buenos goles. El primero, de contraataque, tras una jugada de Spinelli que definió muy bien Michael Hoyos. La definición fue sacada de un manual de Premier League, pero el comienzo nació de un error de Martínez Quarta, con un pase que se llevó por delante Castaño. En el segundo hubo mérito visitante pero también groseros errores defensivos locales. Tras un pase de Mercado, Loor gambeteó a Pezzella en una baldosa y envió un centro que Spinelli cabeceó al gol anticipando a Martínez Quarta (también de flojo partido) y Armani.

A la “sorpresa” le quedaba tiempo para la “reacción”. Porque River no jugó bien incluso hasta dar vuelta el partido, pero tuvo ímpetu para -con actitud- para imponerse a los problemas. El tridente Mastantuono, Driussi y Colidio estaba estático, casi que no había conexión con la línea de volantes. En funcionamiento, extrañó a Paulo Díaz y Enzo Pérez.

Lo mejor del partidazo

Y ahí volvió a asomar la cabeza Mastantuono. A falta de combinaciones colectivas, le empezó a dar más vuelo a su inventiva personal. Ofreció un par de desbordes y luego de un pase suyo para Bustos llegó una bola lisa rasante que Zárate, en su afán por despejar, terminó metiendo en contra de su arco. El árbitro Valenzuela adicionó tres minutos y el 3-2 de Mastantuono llegó a los 49. En el medio, otra acción individual del 30 picando como 9 que generó (tras otra gambeta) el penal y la expulsión de Carabajal por último recurso.

El segundo tiempo casi no tuvo misterio: River, con las proyecciones de Bustos y un mejor manejo colectivo de la pelota, borró de la cancha a Independiente del Valle y llegó al 4-2 con un centro atrás del lateral derecho y una mediavuelta de Maxi Meza desde afuera del área, que había reemplazado a Nacho Fernández.

A mediados de abril, River tenía un juego “pesado”, con poca lucidez y le costaba mucho convertir goles: apenas había anotado 14 en 16 partidos. Gallardo pedía “paciencia” y los hinchas se la daban porque el que estaba hablando es el DT más ganador de la historia millonaria.

¿El tiempo le dio la razón? El equipo pareció “destrabarse” al mismo tiempo que lo hizo Driussi, con su primer festejo desde su regreso ante Gimnasia, en La Plata. Fue el 18 de abril y esa noche finalizó con un contundente triunfo por 3-0. Le siguió el empate con sabor a triunfo ante Independiente del Valle en la altura de Quito (2-2), pero el verdadero “despegue”, el golpe sobre la mesa, lo dio ante Boca en el Monumental, al ganarle por 2-1 con el golazo de Mastantuono y la arremetida de Driussi, que en la seguidilla positiva terminó haciendo cinco tantos seguidos.

Después de Boca a River le volvió al alegría. Ya fue otro equipo, que se potenció con la goleada ante Vélez 4-1, el triunfo por la Libertadores ante Barcelona, en Ecuador, por 3-2; la marcada diferencia en el éxito frente a Barracas Central 3-0 y lo que sucedió esta noche de jueves. Así pasó de los 14 goles en 16 partidos a los 23 festejos en 7.

En otra noche de fiesta, aparecieron Borja y Lanzini para decorar un 6-2 ante Independiente del Valle que ilusionó a la gente por el poder ofensivo. Luego del triunfo ante Barracas Central por 3-0, Gallardo usó una frase irónica: “Hice un poco de magia para que el equipo cambie. Es simplemente un chiste. En realidad todo es trabajo y no hay otra razón. Siempre dije que todo lleva un tiempo, una adaptación. Pero se trata de eso, de trabajar, de insistir. Sabía que el equipo se iba a soltar como lo hizo. Me pone contento ver al equipo como juega ahora".

El grito de guerra antes del partido y desde los cuatro costados del Monumental fue “para ser campeón, hoy hay que ganar...” El fútbol de River fue de menor a mayor y el clima, pese a un par de goles rivales que amenazaron con generarle alguna tormenta, acompañó. No hizo falta que nadie abriera el paraguas.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/river-no-necesita-abrir-los-paraguas-soluciona-problemas-con-goles-y-asi-avanza-en-la-copa-nid15052025/

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