River y un triunfo ante Estudiantes al que llegó por la vía del fútbol y sostuvo transpirando en una batalla

De tan presente que tienen Estudiantes y River la Copa Libertadores terminaron disputando un partido de copa. Hicieron un simulacro de lo que les espera la próxima semana. Caliente y con mucho trabajo para el árbitro Ramírez, que debió interpretar varias manos –con ayuda del VAR en el caso del gol de Nacho Fernández- y revolear 11 once tarjetas amarillas y una roja.

Ganó River, que le sobraba en juego y goles mientras estuvieron once contra once y aguantó y sufrió en los casi 60 minutos que disputó con 10 por la expulsión de Martínez Quarta. A partir de ahí, River se puso el overol y descartó su libreto preferido para que el juego fuera lo más interrumpido posible, dejó pasar minutos cada vez que un jugador se caía al piso, se metió en varias refriegas con los rivales y le estuvo encima a Ramírez con recurrentes protestas. Y con Salas en una versión pendenciera, hasta provocadora con los hinchas locales. Otra manera de ganar.

Desde las formaciones ambos dejaron traslucir que tomaron algunas precauciones en función de la Copa Libertadores. Sin quitarle el cuerpo al Clausura, la mente también se ocupa de la empinada cuesta brasileña que les espera en los cuartos de final: Palmeiras y Flamengo. Unas pocas rotaciones. En River, la pausa es para Montiel, Paulo Díaz y Castaño; en Estudiantes, para Medina, Carrillo y, quizá, Cetré, aunque es difícil imaginarlo al colombiano de titular en el Maracaná el próximo jueves. No por nada los tres ingresaron en el segundo tiempo, cuando Estudiantes, con un jugador más por la expulsión de Martínez Quarta, se vio empujado a quemar las naves para revertir la desventaja de dos goles

Si bien el Clausura todavía está tibio y la temperatura de los dos se rige más por el termómetro de la Libertadores, fue cuestión que la pelota se pusiera en movimiento en el Uno para que el partido empezara a entregar varias noticias, ninguna anodina ni insustancial. La primera novedad habló muy bien de River, lo mostró en una versión bastante mejorada de lo que venía siendo su imagen promedio.

Lo más destacado de Estudiantes 1 - River 2

Gallardo hizo ajustes tácticos: línea de tres, con Portillo de líbero junto a Martínez Quara y Rivero; Bustos y Acuña, laterales-volantes; Enzo Pérez en el eje central, con Nacho Fernández y Galoppo de interiores; arriba, la dupla ofensiva Salas-Driussi que suma minutos por el bajón de Colidio en los últimos partidos.

Con ese dibujo, River se sintió dominante, tuvo la iniciativa, controló la pelota e impuso el ritmo ante un Estudiantes demasiado pasivo, escaso de respuestas. El arranque de River fue tan decidido como el cabezazo de Galoppo a los cinco minutos para conectar el córner de Nacho Fernández; el volante entró en tromba ante un Muslera tan parado en el área chica como el resto de sus compañeros. Sexto gol en 24 encuentros de Galoppo, cuya eficacia está superando las expectativas y no hace más que aumentar el significado de su ausencia por suspensión en la ida frente a Palmeiras.

River armónico y simétrico; mostraba una cohesión que no venía siendo su sello de identidad. Estudiantes era un padecimiento constante: enseguida se quedó sin González Pirez por una lesión muscular. Al ratito, el gol de Nacho Fernández, que necesitó la convalidación del VAR para determinar que no había interceptado con un brazo el mal despeje de Facundo Rodríguez.

En menos de 20 minutos, River ganaba 2-0 y tenía el desarrollo en un puño. Panorama poco menos que ideal, que obviamente impacientaba los hinchas de Estudiantes cuando los jugadores llegaban tarde a las jugadas o mostraban una indecisión insólita. El León estaba anestesiado. Ni siquiera tenía en un nivel óptimo a su estandarte Ascacíbar, que arrastra algunas molestias físicas, pero es indispensable en todo momento y bajo cualquier circunstancia. A la distancia, Armani seguía todo sin intervenir, Estudiantes no le llegaba nunca.

De tener el partido servido, River se lo empezó a complicar por cuenta propia. Martínez Quarta y Portillo tuvieron un fuerte choque de cabezas al despejar una pelota. El ex Talleres siguió con una gorra de nadador y a Martínez Quarta lo tiene que haber afectado algún mareo porque en un par de minutos recibió dos amonestaciones. La primera amarilla fue por una dura entrada en plancha a Ascacíbar. Si Ramírez hubiera sido estricto lo podría haber expulsado, pero decidió ser muy riguroso un par de minutos después, con un brazo en alto del zaguero central de River sobre Sosa que nunca llegó a ser un golpe o agresión. Roja y otro partido iba a empezar.

Estudiantes puso a los titulares que se había guardado y River pasó a una línea de cuatro y a mandar jugadores frescos para resistir. Estudiantes tuvo una muy clara con Cetré, pero después fue más tumulto que otra cosa. La buena estrella persigue a Armani hasta cuando se equivoca: un mal rechazo no fue gol porque la pelota dio en parte del brazo y del cuerpo de Medina. Estudiantes descontó con un gran cabezazo de Núñez cuando quedaban escasos minutos de un partido que River hacía rato que no quería jugar más.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/river-y-un-triunfo-ante-estudiantes-al-que-llego-por-la-via-del-futbol-y-sostuvo-transpirando-en-una-nid13092025/

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