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La Haya se vistió de gala para celebrar el Prinsjesdag, conocido como el Día del Príncipe, una de las fechas más solemnes y esperadas del calendario institucional neerlandés. Este año, la jornada tuvo un tinte especial: por primera vez, las tres hijas de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima —Amalia, Alexia y Ariane— participaron juntas en los actos oficiales, marcando un momento histórico para la Casa Real de Orange-Nassau.

El arribo del rey Guillermo Alejandro, la reina Máxima y la princesa Amalia

La cita, que marca la apertura del año parlamentario, comenzó con el tradicional desfile real desde el Palacio Noordeinde hasta la Sala de los Caballeros, en una carroza escoltada por la policía montada, bandas de música y regimientos ceremoniales. El Rey, como dicta el protocolo, pronunció el esperado Discurso del Trono, en el que presentó los planes del gobierno para el próximo año.

Pero todas las miradas estuvieron puestas en las princesas. Amalia, la heredera al trono, lució un vestido manga larga con una capa con detalle de flecos, un tocado a juego y joyas discretas pero elegantes. Alexia, siempre audaz en sus elecciones de moda, apostó por un diseño color púrpura, con escote asimétrico, una sola manga y una capa que caía desde el hombro. Y Ariane, que hizo su debut oficial en esta ceremonia tras haber cumplido los 18 años en abril, eligió un traje azul noche de Victoria Beckham, el mismo modelo que lució la reina Letizia en la coronación de Carlos III, aunque adaptado en color y largo. La reina Máxima, fiel a su estilo sofisticado, sorprendió al recuperar un diseño de Jan Taminiau, de inspiración grecolatina, que usó por primera vez en los actos por el Día del Príncipe en 2011.

Tras el acto, la familia real saludó desde el balcón del Palacio Noordeinde, en una imagen que quedará grabada en la historia de la monarquía neerlandesa: los reyes junto a sus tres hijas, unidas en deber y en estilo, y los príncipes Constantino y Laurentien frente a un pueblo que los recibió con entusiasmo a pesar del cielo nublado y el viento que acompañaron la jornada.

Este Prinsjesdag 2025 no solo reafirmó la tradición, sino que también marcó el inicio de una nueva etapa para Ariane, quien recientemente anunció que se tomará un año sabático para reflexionar sobre sus próximos pasos, siguiendo el ejemplo de sus hermanas mayores.