Después de un largo viaje de casi 2000 kilómetros desde el sur de Brasil hasta La Pampa, y luego de más de un siglo de ausencia en el país, la raza bovina Devon volvió a pisar suelo argentino. Esta vez, la raza, proveniente del oeste de Inglaterra, no tendrá un paso fugaz como aquel de 1901, sino un regreso planificado, con proyecto trinacional incluido y debut oficial en la pista central de la 137a. Exposición Rural de Palermo.
Desde General Acha, provincia de La Pampa, Alejandro Allende, ganadero y criador de caballos criollos, fue uno de los impulsores del regreso. “En el año 2019 fuimos con Raúl Bergese, ahora presidente de la Asociación de Criadores de Devon, a la exposición de Esteio, en Porto Alegre. Ahí, un amigo brasileño, Leonardo Tavares da Silva, nos dijo que la raza estaba en todo el mundo menos en la Argentina. Y eso nos pareció rarísimo”, recordó a LA NACION.
Ese fue el puntapié inicial para lo que hoy es un proyecto trinacional que une a criadores de Brasil, Argentina y Chile. Según Allende, al regresar de ese viaje al país, Borgese se dedicó a investigar y descubrió que la raza Devon había estado inscripta en la Sociedad Rural Argentina (SRA) en 1901 y que en su momento se registraron 152 animales de pedigree. Pero la historia se interrumpió abruptamente. “No sabemos por qué se discontinuó”, comentó.
Con todos los trámites aceitados, fue así que en julio de 2024, finalmente, llegaron las primeras 20 vaquillonas preñadas y dos toros desde Pedras Altas, cerca de Pelotas, en la costa brasileña. “Hicieron 500 kilómetros hasta Uruguayana, donde pasaron dos noches en cuarentena, y después viajaron 1300 kilómetros hasta General Acha. Cuando llegaron al campo Wanda Hue, se pusieron a comer como si nada. Cuatro horas después recién tomaron agua. No lo podíamos creer”, relató Allende.
A los dos meses de su arribo, las vacas comenzaron a parir sin complicaciones. “Se adaptaron enseguida. Nos gusta mucho esta raza porque es extremadamente mansa, que es el principal problema que tenés en La Pampa: que la hacienda no sea mansa”, explicó. Y agregó: “Además, son animales rústicos, vienen del calor de Brasil y se bancan el frío pampeano. Tiene una carne más marmoleada que el Angus sin llegar a ser Wagyu. Eso hoy es un gran valor agregado”.
Para su presentación oficial en Palermo, Allende trajo una ternera y un ternero de nueve meses, nacidos ya en suelo argentino. “Estamos contentos. La ternera esta gorda, linda y mansa. Ahora hay que hacer las pruebas de carne. Este año vamos a hacerlo, ya vendimos semen a tres cabañas que están probando el cruzamiento Devon-Angus, en 50 vacas cada una”, detalló.
Raúl Bergese, coprotagonista de esta historia y también ganadero en la zona de General Acha, se entusiasmó con las posibilidades que ofrece la raza. “Me puse a estudiar las características de esta raza británica, originaria del condado de Devon. Según pude saber, parece que un hombre de Corrientes la trajo en 1901 y la inscribió en la SRA, pero después desapareció. Su intención era tener un animal más moderado que el Shorthorn, con mucha rusticidad, pero sin problemas de ojos como el Hereford, y con la ventaja de ser doble propósito”, explicó.
Según Bergese, uno de los objetivos es avanzar con cruzamientos. “Ya hay varios cabañeros que tienen Angus y están probando el cruce con Devon. Buscan dejar el Hereford para mejorar resultados. Las bondades del Devon son muchas: es manso, tiene bajo peso al nacer (entre 16 y 18 kilos), lo que le da una facilidad de parto muy buena, y puede llegar a pesar 500 kilos. Siempre se lo probó en campos duros”, detalló.
De hecho, hay un dicho que repiten los criadores: “Donde no vive el Angus y no vive el Hereford, el Devon vive”. Y en zonas como el oeste pampeano, con pastos duros, esta rusticidad se vuelve clave.
La asociación, que hoy tiene vida nueva, todavía es incipiente, pero con grandes ambiciones. “Queremos expandir la raza. La idea es competir el año que viene o el siguiente en el Block Test de novillos y ver qué resultados da el vigor híbrido para competirle a los novillos careta. También avanzar en pruebas con Hereford”, comentó Allende.
A simple vista, su pelaje colorado oscuro, al que cariñosamente llaman Devon Ruby o Ruby Red o Red Ruby, llamará la atención en la pista central de Palermo. Pero lo que más entusiasma a sus promotores es el potencial productivo y el aporte genético que puede ofrecer al rodeo nacional. “Esto no es solo volver a una raza que se había perdido, es abrir nuevas posibilidades productivas. Es un proyecto a largo plazo”, afirmó Bergese.
La Devon, entonces, vuelve al país no solo como una curiosidad genética del pasado, sino como una apuesta concreta al futuro ganadero argentino. Y su regreso, más de un siglo después, promete no pasar desapercibido.