“En esta temporada tuve que aprender a manejar algunas armas nuevas. Hubo un par que nunca había usado antes contra otras personas, así que eso me llevó cierto tiempo. Pero me dicen que aprendo rápido. Especialmente con un cuchillo y un hacha con los que precisaba tener buena puntería porque del otro lado estaba el actor y no quería lastimarlo”, dice Jenna Ortega casi sin inflexión, un estilo de elocución que parece haber tomado prestado de su personaje famoso, Merlina. O, tal vez, el estilo de la hija dilecta de la familia Addams haya sido la marca registrada de la intérprete aun antes de convertirse en la protagonista de la exitosa serie de Netflix y la actriz solo necesitaba al director indicado para sacar a la luz toda su oscuridad. Y nadie estaba mejor preparado para la tarea que Tim Burton que ahora, en medio de un encuentro con la prensa internacional del que participó LA NACION, se ocupa de mostrar lo bien qué se complementan, ya sea en un set o durante la larga campaña de promoción.
“No te olvides de tu arma más poderosa, el cello”, apunta el director, apenas Ortega despliega la lista de peligrosos adminículos que utiliza su personaje en la segunda temporada de la ficción que ya está disponible en Netflix. “Deberían escucharla tocar. Es muy buena, por eso digo que es como un arma”, dice Burton, entre risas, mientras a su lado la actriz mira hacia abajo avergonzada y murmura que no lo es. Resulta evidente que está acostumbrada al humor del realizador con el que ya trabajó no solo en Merlina, sino también en Beetlejuice, Beetlejuice, la secuela estrenada el año pasado, en donde además de reencontrarse con el desaforado personaje interpretado por Michael Keaton, Burton reunió a su musa de la generación X, Winona Ryder, con su versión de la generación Z, Ortega.
—En los nuevos episodios hay una escena animada que parece ser un guiño al tono melancólico y sombrío de sus primeros trabajos. ¿La intención era señalar un regreso a las fuentes?
Burton: —Bueno, yo empecé mi carrera como animador y mi primer film fue cortometraje de animación stop-motion, un estilo que encajaba muy bien con lo que estamos contando en esa escena de Merlina porque se trata de un cuento para niños. Queríamos aportar esa cualidad que tenían los cortos que hacía cuando era estudiante, animaciones que armaba con objetos descartados porque no tenía el presupuesto para hacer otra cosa. Como los personajes de Merlina yo era un chico raro contando historias raras. Así que me resultó divertido volver a hacerlo.
—Jenna, después de grabar las dos temporadas de la serie, ¿qué te sigue entusiasmando del personaje?
—Ortega: Creo que su fuerza y la confianza que tiene en sí misma. La mayoría de las veces cuando estás analizando un personaje se trata de dilucidar qué es lo que lo hace inseguro y tímido o cuál es esa característica sobre sí mismos que odiarían revelar, pero Merlina no tiene nada de eso. Ella es rotundamente auténtica, no tiene nada que ocultar. Así que es muy interesante meterme en sus zapatos. Al mismo tiempo, ella de alguna manera exige que las cosas sean de determinada manera, su manera. Cuando estaba tratando de descubrir cómo interpretarla, sus gestos, cómo se para, cómo camina, me resultaba obvio que hay algunas cosas que no son Merlina, que no encajan con ella. Es casi como si el personaje viniera con una lista de reglas a seguir. Lo que resulta muy útil para un actor como guía y base para construir el personaje. Así que cada vez que me siento perdida o confundida en alguna escena vuelvo a esa guía, a su postura...
Burton: —o salís de la habitación.
Ortega: —Ah, sí. Empezamos a hacer eso cada vez que sucedía algo o alguien comentaba alguna cosa que resultaba demasiado horrible para Merlina y yo simplemente caminaba fuera del cuadro.
—¿Qué influencia tiene el estilo tan definido de decorados, maquillaje, peinados y vestuario de la serie en el desarrollo de los personajes?
Burton: —Fue tan divertido como todo cobra vida en el set, pero aunque estos personajes son extremos y excéntricos y su vestimenta y ambientes reflejan eso, lo cierto es que en el interior son una familia. No conozco una familia que no sea extraña. En toda mi vida nunca me crucé con una que no lo fuera. Así que estas personas, los Addams, simbolizan lo que muchos sentimos sobre la mayoría de las familias consideradas normales.
—En ese sentido, una de las cosas más fascinantes de los Addams en general y de Merlina en particular es que todos se sienten cómodos con quienes son, a pesar de que puedan ser percibidos como parias por los demás.
Burton: —Cuando leí los guiones de la primera temporada fue extraño, pero sentí que habían sido escritos para mí aunque, como saben, no soy una adolescente, aunque a veces me sienta como una. Me sentí conectado con Merlina, amé su modo de ver el mundo y sus puntos de vista sobre la familia, la escuela, la psiquiatría, todo. Así que para mí, la fuerza de ese personaje es el origen de todo.
—¿Es difícil mantener la línea entre el terror pensado para adultos y el que está más enfocado en los espectadores más chicos, que como decías es el público al que en principio está enfocado el programa?
Burton: —No, nunca. De hecho esa distinción fue algo que siempre me confundió. La gente dice que algo es muy oscuro o muy liviano, pero a los chicos les gusta esa oscuridad como la de El extraño mundo de Jack. Había quien opinaba que daba demasiado miedo para los niños más chicos, pero a ellos les gustaba que los asustara. Son como fábulas o cuentos de hadas, relatos que permanecen en el tiempo porque incorporan la luz, la oscuridad, el humor, el drama y los elementos de terror. Yo no pienso en términos de líneas a cruzar o no porque para mí así es la vida, una mezcla de todas esas cosas. La cuestión de los límites no es algo que me preocupe.
—En el centro de la trama de la serie está el colegio Nevermore al que asiste Merlina, dónde ocurren muchas de esas cosas terroríficas de las que habla. ¿Se imagina como sería como estudiante allí?
Burton: —Me echarían. Somos dos de las personas que más odian la escuela en todo el mundo. Perdón, en realidad no sé quién la detesta más, si Jenna o yo .
—Jenna, después de haber trabajado con él en estas dos temporadas y en la película, ¿qué descubriste sobre Tim Burton?
Ortega: —Lo que amo de trabajar con Tim es que no comienza la jornada de trabajo con un plan preconcebido. Es maravilloso verlo llegar al set y absorber todo lo que pasa ahí desde su perspectiva. Es una forma efectiva de mantener la frescura del proyecto todos los días. Porque muchas veces en el caso de un programa de televisión es fácil caer en la fórmula y la rutina en el modo de grabarlo. Pero con Tim no es así. Un día quizás quiera hacer diferentes puestas en escena y otro tal vez hacer planos más generales. Todo empieza con el guion y a veces lo que lo inspira es una sola línea de diálogo. Es realmente fascinante ser testigo de cómo trabaja su mente y el modo en que las prioridades de un rodaje son muy diferentes para él de las de un director típico, digamos.
Burton: —De mi lado tengo que decir que el primer día de grabación de la primera temporada recuerdo que Jenna llegó antes que nadie al set y se dedicó a observarlo todo. Y sigue siendo así. Ella sabe más sobre la serie que todos los demás, más que yo, algunas veces. Y eso es lo que me gusta, tenemos guiones, pero empezamos cada jornada con todo el mundo sabiendo quién es su personaje y me sorprendo todo el tiempo, me encanta eso. Nos mantiene frescos, como si estuviéramos haciendo pequeñas películas todos los días.