El Gobierno decidió ubicar al Grupo Clarín entre sus adversarios. Luego de que se oficializara que Telecom (que tiene entre sus accionistas al conglomerado de medios) va a adquirir a Telefónica de Argentina, altas fuentes del Gobierno aseguraron que la gestión de Javier Milei está dispuesta a “ir a fondo para obstaculizar la conformación de un monopolio artificial” en la industria de las telecomunicaciones. “El Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) es el que tiene que autorizar la adquisicion y va a evaluar si hay posicion dominante”, dijeron cerca del Presidente a LA NACION.
La gestión de Milei ya había enviado señales de hostilidad hacia el grupo empresario en octubre del año pasado, cuando, en una conferencia de prensa de Manuel Adorni se anunció la apertura del 5G a nuevos jugadores, lo que generaría mayor competencia para Telecom. Aquello fue una advertencia que aún no tuvo derivaciones concretas. Pero esta vez la Casa Rosada anunció que “tomará todas las medidas pertinentes” para evitar que Telecom acumule más de 41 millones de clientes de telefonía celular de los 62 millones que hay en el país, de acuerdo a los cálculos oficiales.
En lo político, la decisión respecto a la adquisición de Telefónica de Argentina coincide con el malestar de la gestión libertaria contra una parte de los medios tradicionales por determinadas informaciones y opiniones que estos emiten. Es una manera de ubicar al enemigo afuera del núcleo duro de seguidores de Milei que habita las redes sociales.
En el oficialismo hay quienes opinan que la decisión, además, busca desordenar a la oposición. La abierta confrontación con el Grupo Clarín es un clivaje muy ligado a la historia del kirchnerismo. De hecho, el encuadre es el mismo: se machaca sobre su posición dominante en el mercado (el kirchnerismo hablaba de “oligopolio” y el mileísmo de “monopolio”). Es una agenda que deja a los aliados de la gestión libertaria (sobre todo a Pro) en un lugar de incomodidad, opinaron fuentes de La Libertad Avanza.
El comunicado que emitió el lunes pasado la Oficina del Presidente de la República Argentina (OPRA) advirtió que el Gobierno dará intervención al Enacom y la Comisión Nacional de Derecho a la Competencia (CNDC) “con el fin de evitar posiciones oligopólicas”.
Apuntó que la administración nacional va a investigar la compra de Telefónica por parte de Telecom para evaluar si la adquisición incurre en la formación de un monopolio “creado a la luz de décadas de beneficios estatales”. Y advirtió que la administración Milei tomará todas las medidas “para evitarlo”.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) February 24, 2025“Monopolio artificial”La pelea contra los monopolios no marida del todo con el enfoque económico histórico que Milei ha defendido en los foros internacionales. Sin ir más lejos en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de 2024, Milei dijo: “¿Por qué la teoría neoclásica dice que los monopolios son malos, si nos trajo tanto bienestar y tanta caída en la pobreza? Y en realidad, como diría Murray Newton Rothbard, el inventor del anarcocapitalismo, el problema es que el análisis neoclásico está mal”. Y añadió: “Supongamos que tengo diez empresas compitiendo por hacer teléfonos celulares y una de ellas descubre una técnica para hacer un teléfono de mejor calidad a un mejor precio. Naturalmente hay nueve empresas que van a quebrar. ¿Alguno de ustedes se quejaría por tener mejores teléfonos a un mejor precio?”. En otro tramo de aquella alocución, el Presidente agregó: “Regular los monopolios quiebra el efecto de los rendimientos crecientes y hacen que las economías se estanquen”.
En Balcarce 50 salvan esa contradicción haciendo una aclaración: aseguran que el Gobierno no está en contra de los monopolios “naturales” que se dan por la capacidad de las empresas de ofrecer mejores bienes y servicios que sus competidores, sino que se opone a los monopolios “artificiales” dados por “beneficios estatales”, tal como subrayó el comunicado de OPRA. Es la misma argumentación que utilizaron cuando embistieron contra las prepagas.
Según pudo reconstruir LA NACION, el Gobierno sabía desde hacía un tiempo que había una posibilidad firme de que Telefónica de Argentina fuera adquirida por Telecom, una compañía que pertenece en un 40% a CVH ( Grupo Clarín), en un 40% a Fintech (David Martínez) mientras que un 20% cotiza en Bolsa. Y confirmó la noticia unas horas antes de que Telecom de España lo oficializara ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Madrid. Eso explica por qué el comunicado de OPRA, validado por el Presidente, se publicó tan rápidamente.
El área de telecomunicaciones del Gobierno depende de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, que depende de Darío Genua, quien fue directivo de Telecom Argentina entre 2015 y 2018 además de secretario de Hacienda en el municipio de Pilar, durante la gestión del intendente kirchnerista Federico de Achával. Al frente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) se ubica Juan Martín Ozores, un consultor que supo trabajar con Movistar, del Grupo Telefónica. Toda el área quedó supervisada por el ala del asesor presidencial, Santiago Caputo, sobre todo luego de la renuncia del exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, que era el que controlaba estas dependencias en los primeros meses de la gestión mileísta.
Milei, no obstante, está muy enojado con periodistas y editorialistas a los que califica de “operadores ensobrados” y sigue de cerca el tema. El sábado, día de su encuentro con Donald Trump en Washington, publicó un tuit muy agresivo contra un periodista que en la previa a la CPAC había señalado que no estaba prevista una reunión bilateral entre ambos mandatarios. Ese día, el Presidente escribió: “¿Es casualidad que esto ocurrió en el canal del Grupo que quiere comprar Telefónica y así tener el monopolio de las telcos?”. Fue 36 horas antes de que se conociera la compra de parte de Telecom.