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Franco Pardo sufrió lesiones y una anomalía coronaria pero hizo el gol de la clasificación de Racing
El Racing de Gustavo Costas juega con el corazón en la mano. En un ciclo cruzado por el sentimiento y una fuerte impronta copera, los futbolistas del plantel tienen un común denominador: varios c...
El Racing de Gustavo Costas juega con el corazón en la mano. En un ciclo cruzado por el sentimiento y una fuerte impronta copera, los futbolistas del plantel tienen un común denominador: varios comparten historias de resiliencia y hallaron el sitio donde pueden convertirse en protagonistas principales de una película de escenas épicas. Con apenas cinco partidos oficiales en la Academia, Franco Pardo se transformó en uno de los héroes de la clasificación para los cuartos de final de la Copa Libertadores. Con un gol de cabeza a los 48 minutos del segundo tiempo, el ex jugador de Unión estremeció las estructuras del Cilindro de Avellaneda, donde una multitud celebró el 3-1 a Peñarol.
Ese encuentro electrizante tuvo la resolución de un futbolista al que le habían detectado una anomalía coronaria cuando jugaba en el cuadro tatengue. La situación, descubierta en el inicio de la pretemporada de verano de 2024, provocó entonces que Pardo no pudiera acompañar al resto de la delegación a Uruguay. Sin embargo, luego de exhaustivos estudios complementarios, se comprobó que el defensor estaba en condiciones de afrontar la práctica profesional.
Este martes, Pardo, de 28 años, rompió en llanto en plena celebración de su conquista contra el Peñarol, que conllevó el pase de Racing a la instancia que reúne a los ocho mejores de la Copa. En ese trance de euforia y emoción, quedó con el rostro bañado por lágrimas por un pensamiento en particular: “Pensé en mi hijo. Fue muy emocionante. Estoy esperando un bebé con mi mujer. Eso siempre da fuerzas. Esto es para toda la vida, estoy viviendo un sueño”, comentó luego del cotejo, en el que había festejado el gol con la pelota en la panza, en alusión al futuro arribo de Fausto, su primogénito.
La frase popular da cuenta de que los bebés llegan al mundo “con un pan bajo el brazo”. Al pequeño Fausto Pardo le desearán que aparezca con la Copa Libertadores, ya que su fecha de nacimiento es proyectada para mediados de noviembre, justo el mes en el que, el sábado 28, se hará la final del certamen subcontinental que tanto anhelan conquistar Costas y sus dirigidos. Como padre, con la pelota como vehículo, Pardo podrá enseñarle a su pequeño que bajar los brazos no es una opción, más allá de la magnitud de las dificultades que se presenten. El nuevo stopper académico tuvo que lidiar con dos roturas ligamentarias y con no ser considerado como opción importante en Belgrano, el club en el que se formó y en el que debutó en la primera división, a los 20 años, en 2017.
“La verdad, me impresionó lo que progresó Pardo. Cuando llegué a Belgrano le costaba muchísimo entrenarse en la primera. Pero muchísimo, ¿eh? Le hacíamos trabajos de campo y no aguantaba. No podía, se arrastraba. Hablé con él y me decía «no puedo, me cuesta»”, reveló en su momento Ricardo Caruso Lombardi, que manifestó en Racing de Alma que “de a poquito, Franco mejoró”.
“Empecé a ponerlo en las prácticas para el equipo suplente. Lo puse de 4, de central, y hasta en un momento lo puse de doble cinco”, recordó el entrenador y comunicador, que en la primera impresión “pensaba que Pardo no iba a jugar en primera“. Algo cambió, claro. ”Después mejoró, estaba muy bien y era una locura ver que se fuera libre de Belgrano”, expresó Caruso Lombardi.
Sin continuidad en el Pirata, en el que protagonizó apenas nueve partidos oficiales en cuatro años (2017 a 2021), Franco bajó una categoría para subir su carga de minutos y relanzar su carrera: se fue a Estudiantes, de Río Cuarto, en el que se destacó, con 34 encuentros y dos conquistas. Luego, en la temporada 2022/2023, se mudó de La Docta a Chile, donde se incorporó a Palestino, de la máxima categoría trasandina, bajo la dirección técnica de Gustavo Costas.
El cordobés dejó una buena imagen en el DT, que en aquel club también dirigió a Maximiliano Salas. Éste resultó uno de sus refuerzos estelares para Racing en 2024, año en el que la Academia obtuvo la Copa Sudamericana con el aporte sustancial del delantero correntino. Producto de aquel buen recuerdo, el entrenador no dudó cuando desde la Secretaría Técnica, que conduce Sebastián Saja, surgió Pardo como una opción para reforzar a la defensa blanca y celeste.
¡¡¡LOCURA DE LA ACADÉ: PARDO PUSO EL 3-1 (3-2 GLOBAL) DE RACING A PEÑAROL!!!
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De aquel paso por Palestino hasta la llegada a Racing, Pardo sumó a su trayectoria estadías en All Boys (2023) y Unión (2024 y 2025) y con eso, considera, saldó una cuenta pendiente. “Siempre tenía la espina de jugar en la máxima categoría para mostrarnos a la gente y a mí mismo que podía hacerlo”, enfatizó en La Doce, de Santa Fe, sobre su afianzamiento en la primera, con Kily González como director técnico.
“Pardo reúne todas las características que necesita un defensor de Racing: es agresivo y rápido, tiene fuerte personalidad y buena técnica y puede defender con mucho campo a su espalda”, describieron para LA NACION desde Racing, que pagó 1.300.000 dólares por la totalidad de la ficha del zaguero, antes compartida en partes iguales con Unión. En el torneo Clausura, en la segunda fecha, Franco se destacó en la Bombonera cuando el equipo tatengue diseñado por Leonardo Madelón rescató un 1-1 contra Boca. En ese partido, desde Racing lo observaron y consideraron que “era el indicado” para incorporarlo.
“Van a encontrar un jugador que deja todo en cada pelota”, avisó Pardo cuando fue presentado como refuerzo del plantel campeón de la Sudamericana y de la Recopa, cuyos defensores venían en caída. Al poco tiempo, y otra vez en la Bombonera pero ya con la blanca y celeste, también se lució. Y antes de la revancha contra Peñarol era el mejor del encuentro con Tigre, hasta que dos amonestaciones conllevaron una prematura expulsión en el segundo tiempo.
De la tristeza y la bronca por esa tarjeta roja en un encuentro que pasó de la victoria a la derrota en Avellaneda, el cordobés pasó a tener el voto de confianza de Costas para el decisivo duelo de la Libertadores contra Peñarol. El defensor le pagó con una firme tarea, coronada por un frentazo que quedó en las mentes de los racinguistas.
“Todos juntos”, el lema que promueve Costas para que cada parte del club se disponga a ir detrás del sueño de alzar la Copa Libertadores, tuvo su máxima expresión frente a Peñarol. No sólo por la victoria con el gol de Pardo: también cuando la camioneta del jugador, después del partido, no arrancaba. Ya en la madrugada lluviosa de Avellaneda, un grupo de hinchas se sumó a Pardo para empujar el vehículo, en una imagen que se volvió viral. La camioneta retomó la marcha. Como el Racing copero, que va por más.
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