Un sargento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires abatió a un delincuente armado durante un intento de robo ocurrido el jueves a la madrugada en Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza. El efectivo se encontraba de civil y fuera de servicio cuando fue sorprendido por cuatro hombres que lo interceptaron con un vehículo robado.
El hecho se produjo en la intersección de Calderón de la Barca y Martín Coronado. El policía circulaba en un Chevrolet Corsa blanco cuando un Chevrolet Prisma, también blanco, se le cruzó en el camino. Desde el interior del auto, al menos dos ocupantes lo apuntaron con armas para obligarlo a detenerse. Una cámara de seguridad registró la secuencia completa.
Ante la amenaza, el sargento disparó cuatro veces con su pistola reglamentaria desde el asiento del conductor. Uno de los agresores quedó herido dentro del Prisma, mientras que los otros tres descendieron y escaparon a pie. El vehículo, sin control, retrocedió y chocó contra la vereda. El hombre baleado murió en el lugar.
El policía se alejó unas 15 cuadras y, ya en la casa de su pareja, llamó al 911 para dar aviso. Cuando los patrulleros llegaron a la escena, hallaron el cuerpo del fallecido y constataron que el Prisma tenía pedido de secuestro: había sido robado el 1 de septiembre en Virrey del Pino.
La investigación quedó a cargo del fiscal Diego Rulli, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Temática Homicidios de La Matanza, quien dispuso el traslado del cuerpo a la morgue para la autopsia. Las pericias fueron realizadas por Gendarmería Nacional. El caso fue caratulado como “homicidio en legítima defensa” y el efectivo no quedó detenido. Hasta el momento, el delincuente abatido no fue identificado.
Un chaleco antibalas salvó a un choferRubén Carballo trabaja como chofer de una aplicación de viajes en La Matanza y usa chaleco antibalas. El viernes a la noche fue herido cuando fue asaltado por dos ladrones que se hicieron pasar como pasajeros. Durante el ataque, Carballo fue herido en la cabeza y en un brazo y mató a uno de los asaltantes.
Según relató el conductor a LA NACION, anoche, minutos después de las 23, le llegó un pedido de viaje a través de la aplicación de dos pasajeros que querían ir desde la plaza de San Justo hasta la calle Osiris, cerca del kilómetro 39 de la ruta 3, en Virrey del Pino.
“Me salvó el chaleco antibalas. Al llegar a la dirección indicada por los pasajeros, los esperaban cuatro cómplices. Uno de los asaltantes me pegó un culatazo en la boca. Al mismo tiempo, otro ladrón comenzó a apuñalarme”, relató Carballo.
De acuerdo con los testigos, el conductor fue agredido casi al mismo tiempo por uno de los ladrones que esperaba que los cómplices llegaran a la calle Osiris. Este agresor atacó a Carballo desde el costado del vehículo, a la altura de la ventanilla del conductor. Mientras que uno de los delincuentes que viajaban como pasajeros lo apuñalaba.
Mientras que el arma usada por el agresor fue hallada junto a un árbol. Hasta anoche no habían sido detenidos los otros cuatro ladrones.
Uno de los dos delincuentes heridos fue trasladado a la Unidad Primaria de Atención (UPA), donde falleció pocas horas después. El segundo delincuente herido fue trasladado al hospital local, donde quedó internado con la víctima.
Carballo, además de trabajar como chofer de una aplicación de viajes, es titular de la ONG denominada CAFAVI (Comisión de Ayuda a Familiares de Víctimas), que se dedica a acompañar a familiares de víctimas de la inseguridad.
Desde que efectivos de la Policía Federal mataron a su hijo, de 17 años, en noviembre de 2009, durante el recital del grupo Viejas Locas, en el estadio de Vélez Sarsfield, Carballo se dedicó a acompañar a las víctimas de la inseguridad.