Con la llegada del verano, Nuevo México se prepara para una de las épocas más intensas del año: la temporada de monzones, que oficialmente comienza el 15 de junio y se extiende hasta el 30 de septiembre. Este fenómeno climático trae consigo lluvias intensas, tormentas eléctricas frecuentes, altas temperaturas e incluso peligrosas inundaciones repentinas.
Temporada de monzones 2025 en Nuevo MéxicoLa temporada de monzones de este año se perfila como más activa que la del 2024, con lluvias cercanas o incluso superiores al promedio en varias partes del estado. Se espera que julio sea el mes más lluvioso, seguido de una leve disminución en agosto y septiembre, de acuerdo con las estimaciones del meteorólogo Grant Tosterud de KRQE.
En Albuquerque, se anticipan precipitaciones en torno a los 11,7 cm durante toda la temporada, aunque esto puede variar significativamente por zonas, especialmente cerca de las montañas Sandia.En el oeste y norte de Nuevo México, se pronostican lluvias superiores al promedio.En las llanuras del este, se esperan niveles de lluvia ligeramente por debajo de la media.Se espera que las inundaciones repentinas seguirán como una amenaza, especialmente en áreas previamente afectadas por incendios forestales, como South Fork y Salt Fire (montañas Sacramento) y Hermits Peak/Calf Canyon (montañas Sangre de Cristo).
¿Qué es el monzón y cómo afecta a Nuevo México?El monzón no se refiere únicamente a lluvias intensas, sino que es, en términos meteorológicos, un cambio estacional en la dirección predominante de los vientos, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés). En el suroeste de Estados Unidos, incluidos estados como Nuevo México, Arizona y partes de Colorado, Texas y Utah, este fenómeno es conocido como el monzón del suroeste y desempeña un papel fundamental en el clima regional.
Un sistema de alta presión que se establece sobre las Montañas Rocosas y el suroeste empuja el aire hacia el norte desde el Golfo de México y el Océano Pacífico. Estos vientos del sur y sureste arrastran humedad subtropical hacia el interior del continente, esto genera condiciones propicias para lluvias frecuentes y tormentas eléctricas.
Este cambio estacional da lugar al llamado Monzón Norteamericano, que generalmente se manifiesta con más fuerza entre mediados de julio y fines de agosto. En algunos lugares, puede extenderse hasta septiembre. En Nuevo México, por ejemplo, el monzón representa entre el 40% y el 60% del total de las precipitaciones anuales, siendo esencial para recargar acuíferos, sostener ecosistemas y reducir el riesgo de incendios forestales.
Calor extremo, rayos y otros riesgos de la temporada de monzonesLa temporada de monzones también marca el periodo más caluroso del año. En 2024, se registró el cuarto monzón más caluroso en la historia del estado, y este año podría ser similar debido a un persistente sistema de alta presión sobre las Cuatro Esquinas, que potencia las temperaturas.
Además del calor, las tormentas eléctricas frecuentes aumentan el riesgo de incendios, daños por vientos fuertes y caída de rayos, el segundo fenómeno meteorológico más mortal después de las inundaciones.
Consejos de seguridad para enfrentar el monzón por parte del Servicio Meteorológico Nacional:
Evite cruzar caminos inundados: 15 cm de agua pueden arrastrar a una persona; 30 cm, a un vehículo.Esté atento a alertas meteorológicas: active notificaciones en su teléfono o use una radio meteorológica.Hidrátese y busque sombra: el calor extremo puede provocar golpes de calor si no se toman precauciones.Protéjase de los rayos: si escucha truenos, busque refugio inmediato y evite actividades al aire libre.¿Cómo fue la temporada pasada?La temporada de monzones 2024 fue irregular según el Servicio Meteorólogo Nacional: aunque se registraron eventos significativos como la intensa tormenta del 29 de junio en Albuquerque (que dejó casi 4 cm de lluvia en pocas horas), en términos generales fue una de las más secas en la historia reciente del estado. Sin embargo, algunas áreas específicas, sobre todo las montañosas del norte, experimentaron lluvias por encima del promedio.
Zonas afectadas previamente por incendios forestales, como Ruidoso, sufrieron inundaciones extremas, lo que llevó al Servicio Meteorológico Nacional a emitir un número récord de alertas por emergencias de inundación repentina.