Oración a San Gil: esta es su historia y qué rezarle

El Día de San Gil se conmemora por la Iglesia Católica cada 1° de septiembre. Este monje ermitaño fue venerado a lo largo de los siglos por ser un modelo de compasión. Es conocido por muchos como el “abogado de los pecadores” y se lo considera patrono de los leprosos y protector de pobres, tullidos y de los arqueros, ya que se cree que una vez fue herido por unos cazadores y sobrevivió. También es muy recordado como un gran intercesor por enfermedades, como el cáncer y la epilepsia, que algunos incluso llaman Mal de San Gil.

En la tradición germánica antigua, San Gil figura entre los “14 santos auxiliadores”, un grupo de santos que se destacan por su notable “capacidad” para atender las peticiones de sus fieles.

La historia de San Gil

San Gil nació aproximadamente en el año 640, en el seno de una familia noble. Según la Agencia Católica de Informaciones- ACI Prensa, cuando sintió el llamado divino, decidió convertirse en un monje, repartir su patrimonio entre los pobres, viajar a Provenzal (al sur de Francia) y consagrarse a la ascesis y a la oración, en una vida simple y austera.

La tradición recuerda muchos milagros asociados a su figura, que incluyen desde sanaciones a enfermos con parálisis o fiebres altas, curaciones a personas con mordeduras mortales de serpientes, la conversión de tierras estériles a fértiles e, incluso, la resucitación de muertos. Según se cree, a partir de estos eventos que su popularidad se volvió muy alta, por lo cual el monje decidió retirarse a un bosque en la desembocadura del río Ródano y comenzar una vida completamente ermitaña.

Recluido en el bosque, un día se encuentra con el rey Childeberto I, quien intentaba cazar una cierva que el santo protegía. Entonces, el político bajó el arma y comenzó una conversación profunda que terminó en una confesión de pecados muy graves. Las palabras de San Gil impactaron de tal manera en él que el monarca decidió resarcir su mal al dar ayuda al ermitaño, y mandó a construir un monasterio en el paraje donde San Gil estaba viviendo (en el bosque que, años más tarde, se conocería como Bosque de San Egidio o Gil). El santo sería el abad del templo que orbitaría bajo la regla benedictina.

El monasterio no tardó en ganar fama entre los fieles, ya que muchos buscaban al santo para ser sanados de males, corporales o espirituales. San Gil se dedicó a sus peregrinos durante muchos años, y aprovechaba la soledad para encontrarse con Dios en el silencio y la oración.

Murió a los 84 años de edad en el Pirineo catalán alrededor del año 720 o 725.

Qué oración rezar para pedir la ayuda de San Gil

Tal como indica la ACI, esta es la oración para invocar a San Gil y pedirle una gracia:

Dios nuestro, que llamaste a San Gil para que buscara tu reino en este mundo por la práctica de la caridad perfecta, concédenos que, fortalecidos por su intercesión, avancemos por el camino del amor con espíritu gozoso.

Por Jesucristo Nuestro Señor, tu hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/oracion-a-san-gil-esta-es-su-historia-y-que-rezarle-nid01092025/

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