Miércoles, 17 de septiembre
Viedmenses

Vehículos motorizados en las playas de El Cóndor

LA GRIETA EN EL BALNEARIO EL CÓNDOR... UN TEMA DE TODOS LOS VERANOS.




El Turismo se ha convertido en la más importante fuente de empleo y principal herramienta de desarrollo económico regional del mundo, por los beneficios reales y potenciales que ofrece.
Cuando se practica en áreas de alta sensibilidad ambiental o social, obliga a mantener un balance entre áreas urbanizadas y naturales mediante la regulación del  uso de los recursos y minimizar los conflictos.
En El Cóndor el aumento de la afluencia de turistas y recreacionistas, la apertura de nuevos accesos a los sistemas costeros y la proliferación de vehículos aptos para transitar en terrenos diversos, ha incorporado un nueva modalidad de uso de esos ambientes: La bajada, el tránsito y la permanencia de vehículos motorizados en la playa.
Una práctica que hace una década era apenas una curiosidad reservada para atrevidos pescadores que buscaban sitios poco explorados, ahora se ha convertido en una costumbre que intensifica la presión sobre ambientes sensibles y obliga a una difícil convivencia entre quienes se desplazan motorizados y quienes lo hacen de a pie.
Sus defensores se justifican en la ventaja de acceso a playas distantes, que permite hacerlo con adultos mayores, niños o personas con problemas de motricidad, la comodidad que representa disponer en forma accesible de los elementos para una mayor permanencia, la protección contra inclemencias climáticas frecuentes, como el viento. 
Incluso hay quien sostiene que el “despegue” del balneario se produjo por esta facilidad que contribuyó a la preferencia por veranear en el lugar. 
Una polémica instalada en las temporadas pasadas que fue reflejada por el Diario Al Día que a través de una encuesta digital comprobó que sobre 1189 opiniones, había un 55% (654 personas) que estaba de acuerdo y un 45% (535 personas) que se oponían.
Los principales conflictos evidenciados ocurren por razones vinculadas con la seguridad y la tranquilidad que unos ven amenazados y otros minimizan.
Ruidos molestos, riesgos a la integridad física, entorpecimiento de actividades deportivas o culturales o simplemente alteración de momentos de descanso, han provocado conflictos que han llegado a la agresión física entre usuarios de vehículos en la playa y los que acceden a ella de a pie. 
Contribuye a estos desacuerdos la desatención institucional, el aparente vacío normativo en áreas territoriales de jurisdicciones superpuestas o lo que puede ser peor, definidas, pero en las que no se ejerce la autoridad.
Según un trabajo del Dr. José R Dadón investigador del CONICET sobre el impacto del turismo sobre los recursos naturales en la costa bonaerense, “Debido a sus características, los sistemas costeros resultan muy sensibles a los cambios usualmente asociados al turismo de sol y playa”.  
Consultada Andrea Diana Tombari, Dra en Biología de la UBA y profesora de Ecoturismo y Paradigmas Ambientales de la carrera de Ambiente de la Universidad  Nacional de Río Negro acerca de porqué permitir o prohibir el acceso de vehículos al espacio intermareal (entre la baja y la pleamar), señaló que “Si se altera un ecosistema como la costa, que en apariencia es estático, siempre va a ocurrir un impacto debido a que en realdad es dinámico y tiene vida”. 
“Pero si uno quiere saber las causas de porqué circula tanta arena, no puede cargar todas las culpas sobre los autos en movimiento o estacionados en la costa. Otros factores que afectan, son las inadecuadas construcciones de bajadas en los acantilados, defensas, veredas, caminos y viviendas hechas sobre la costa. Es una sumatoria de efectos”.
Manifestó también su preocupación por los impactos que la circulación de vehículos podría tener sobre la reproducción de aves que nidifican en las playas o incluso sobre recursos arqueológicos o paleontológicos ocultos en ellas. 
Señaló que no le consta que estos impactos provocados por la circulación o permanencia de vehículos en las playas, hayan sido estudiados por organismos científicos o académicos en la costa de Río Negro y que la Universidad Nacional de Río Negro podría estar interesada en hacerlo.
Este fenómeno de la circulación  de vehículos -inusual en otras playas argentinas- podría suponerse que encuentra los mayores reparos en la amenaza a los ambientes y la biodiversidad.
Las playas son jurisdicción pública, propiedad del Estado Provincial, sobre las que el Municipio ejerce una jurisdicción delegada y dicta normas de ordenamiento y uso.
En diferentes zonas está reglamentada, pero desde la bajada de El Faro a lo largo de la costa con acantilados no existe normativa que lo regule, aunque el Municipio presta servicios públicos como concesiones y de guardavidas. 
Esa supuesta “área vacante” o “Tierra de nadie” nos llevó a consultar a las autoridades de Prefectura Naval Argentina, el Ministerio de Turismo y Deportes de la Provincia de Río Negro y a la Municipalidad de Viedma, para poder saber cuál es la autoridad, el marco normativo y los usos regulados.
Según información aportada por la Lic Mariela Messina, Subsecretaria de Turismo de la Provincia de Río Negro, el Código Civil Argentino (Art 235) establece que son de dominio público las playas marítimas (“… porción de tierra que las mareas bañan y desocupan durante las más altas y más bajas mareas normales”)
En coincidencia con ello, según  el artículo 2340 inc 4° del Código Civil y Decretos posteriores, las playas de mar y los cauces de los ríos son bienes de dominio público de los estados ribereños, independiente del ejercicio de las potestades de jurisdicción de navegación y comercio que le competen al Gobierno Nacional.
Siendo las playas referidas propiedad de la provincia de Río Negro, la Prefectura Naval Argentina “sólo intervienen en temas de acaecimiento de la navegación, teniendo pertinencia exclusiva en documentación y control de embarcaciones y navegantes” como se informó desde la fuerza de seguridad.
 La Ley N° 5075 de la Provincia de Río Negro en su art 1° amplió el ejido de la Municipalidad de Viedma “…hasta llegar a las doce (12) millas náuticas…bordeando todo el litoral marítimo de las playas de El Cóndor, El Faro…”) delegando de esta manera la jurisdicción al estado municipal. 
Mientras que la Ley N° 2951, de Costas de la Provincia de Río Negro establece  que en las playas  “Quedarán prohibidos el estacionamiento y la circulación no autorizada de vehículos, así como los campamentos y acampadas”,
Las autorizaciones surgen de las ordenanzas municipales N°3939 Y N°7326 que habilitan zonas desde la calle 79 hasta el monolito Sargento Panes para la circulación de autos y cuatriciclos, “con gran precaución por ser un lugar de recreación e instalación de sombrillas” y amplía que “también se puede bajar con vehículo sólo para estacionar en la bajada “Complejo El Faro”, en la bajada de Cailoto y en la playa central. Quedando sin cobertura la playa de los acantilados desde la bajada de El faro.
Según interpretación del Fiscal Municipal Dr Luis Sabatella, en caso de ocurrir un hecho penalizable, conforme a jurisprudencia de otras provincias, la responsabilidad no excluye ni a la provincia, por su condición de propietaria del Dominio, ni al  Municipio por detentar la jurisdicción delegada y el consiguiente poder de policía sobre las playas.
Quienes han sido nominados como precandidatos a la Intendencia expresaron su opinión acerca de la situación y cómo debería intervenir el Estado:
 El Profesor Pedro Pesatti puso el acento en la necesidad de contar con una planificación estratégica que permita la protección y el aprovechamiento sustentable del ambiente costero, evitando incentivar acciones o costumbres que vayan en detrimento del recurso natural.
“Creo que la falta de planificación y de controles eficaces, han permitido que hoy se instale como “derecho adquirido” la posibilidad de bajar con vehículos a la playa sin restricción alguna.”
En tal sentido se ha propuesto revisar toda la normativa para poder segmentar, zonificar o tipificar los usos y habilitaciones, acudiendo para ello a consultas que brinden un fuerte respaldo técnico.
Es probable en tal sentido, que la posibilidad de llegar a orillas del mar en un vehículo le agregue a El Cóndor un atractivo que no debiéramos perder nunca, si somos capaces de usar esta vía con responsabilidad. Y es por ello, entonces, que estamos obligados a buscar los equilibrios que nos permitan el disfrute intenso de nuestro litoral, sin dañarlo.” concluyó
Para el Dr Mario Sabbatella constituye un tema complejo cuya solución debe formar parte de una planificación más integral del Balneario El Cóndor, formulada por profesionales vinculados con el tema urbanístico.
Aunque consideró viable el tránsito por la playa, sI no se toman determinados recaudos, “..en principio la bajada de El Faro no se debería habilitar”.  
Para hacerlo debería establecerse un corredor para vehículos, desde la bajada de El Faro hasta antes de la bajada de Picotto, delimitado por sogas, estacas y otros indicadores con un exhaustivo control por parte de las autoridades de Tránsito Municipal.
 Expresó que se deben tener presentes otros temas como “… el caso de las compañías de seguro que no estarían cubriendo cualquier evento que pueda ocurrir en esa zona.” 
Reiterando que “Si no se puede establecer un control estricto y una divisoria, que separe a la gente que va a descansar de la gente que va en vehículo es preferible no habilitarlo.” 
José Luis García Pinasco se pronunció a favor de la bajada y estacionamiento de vehículos pero no de la circulación. Para ello consideró que autos, motos, camionetas, cuatriciclos y todo vehículo a combustión pueden hacerlo en zonas bien señalizadas. “Mejorando el sistemas de sanciones y firmando protocolos de actuación con Policía, Prefectura y Bomberos, ejerciendo las facultades delegadas, minimizando los riesgos”.
Resulta preocupante la ausencia de normas que regulen el uso de un espacio de alta sensibilidad ambiental, que no cuenta con elementos que lo organicen, ni dispone de vías de acceso y desalojo inmediatas y confiables ante accidentes o emergencias y el descontrol por parte de las instituciones responsables.



Humberto Iglesias

Fuente: www.balneario-el-condor.com.ar
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