PARÍS.- El longevo líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei, enfrentó un sinfín de momentos críticos al frente de la república islámica, pero el conflicto abierto con Israel representa su prueba más difícil, ya que amenaza tanto el sistema político que dirige como su integridad física.
Khamenei sucedió al ayatola Ruhollah Khomeini en 1989, y desde entonces resistió sanciones, tensiones internacionales y protestas reprimidas con sangre, las últimas de ellas en 2022-2023, contra la política del velo impuesto a las mujeres.
Dada su avanzada edad, 86 años, la cuestión sucesoria lleva presente un tiempo en la escena política iraní.
“Khamenei está en el ocaso de su reino, con 86 años que tiene, y buena parte del mando diario del régimen ya no está en sus manos sino en las de una serie de facciones pendientes de lo que ocurra en un futuro”, explica Arash Azizi, quien tiene un doctorado en historia y estudios de Oriente Medio por la Universidad de Nueva York y actualmente es profesor visitante de la Universidad de Boston. “Este proceso ya estaba en camino, y la guerra actual no hace más que acelerarlo”, añade en declaraciones a AFP.
Según un funcionario estadounidense, el presidente Donald Trump vetó un plan israelí para asesinar a Khamenei.
Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no descartó ninguna opción el domingo en una entrevista con Fox News. “Haremos lo que tengamos que hacer, y creo que Estados Unidos sabe lo que es bueno para Estados Unidos”, declaró.
⚡️🇮🇱JUST IN: Israeli PM Netanyahu in an interview ABC news:
Assassinating Iran’s supreme leader Khamenei “is not going to escalate the conflict, it's going to end the conflict”
"We've had half a century of conflict spread by this regime that terrorizes everyone in the Middle… pic.twitter.com/7um1qwVY8v
Khamenei, un veterano de la guerra contra Irak (1980-1988), no ha viajado al extranjero desde que asumió el cargo hace 36 años, y en 1981 sobrevivió a un intento de asesinato, que le dejó el brazo derecho paralizado. Cualquiera de sus movimientos está envuelto de secretismo y un importante dispositivo de seguridad.
“Es posible que tenga su propio plan de cambio de régimen, o bien apoyando un golpe dentro del mismo, o bien matando al más alto nivel con la esperanza de que eso lleve a un cambio fundamental de postura respecto a Israel o a algo parecido a un cambio de régimen”, explica Azizi.
Karim Sadjadpour, asociado del Carnegie Endowment for International Peace, comenta que Jamenei parece haberse autoimpuesto un difícil dilema, y cree que carece de “la agudeza física y cognitiva necesaria para conducir a Irán en una guerra con alto componente tecnológico”.
“Una respuesta débil a Israel disminuiría aún más su autoridad”, sentencia Sadjadpour y agrega que “una respuesta fuerte podría poner en riesgo su supervivencia y la de su régimen”.
Giro en el guionDurante décadas, Khamenei logró mantener el país a salvo de conflictos directos, al tiempo que su régimen patrocinó a los enemigos de Israel —el Hamas palestino, el Hezbollah libanés, los hutíes de Yemen— y al régimen sirio del clan Assad, derrocado el pasado diciembre por una coalición de grupos islamistas.
Pero con los socios de Irán debilitados por Israel desde que empezó la guerra en Gaza en octubre de 2023 y los actuales ataques del Estado hebreo, esa situación cambió por completo.
“Desde que asumió el liderazgo supremo en 1989, se enorgullece de haber alejado los conflictos de las fronteras de Irán”, comenta Jason Brodsky, de la organización United Against Nuclear Iran (UANI), con sede en Estados Unidos. “Así que Khamenei cometió un gran error de cálculo”, añade. Lo que está ocurriendo en este momento “se está produciendo a una velocidad que amenaza con sobrepasar la capacidad de Teherán”, incide.
Israel, una potencia nuclear oficiosa, lanzó el 13 de junio una campaña militar sin precedentes contra Irán, matando al líder de los Guardianes de la Revolución, al jefe del Estado Mayor del ejército y a varios científicos nucleares, y golpeando instalaciones de su programa atómico y sitios militares. Todo ello con el objetivo de impedir que Irán se dote de la bomba atómica, una meta que la República Islámica niega estar persiguiendo.
La ofensiva israelí tomó por sorpresa a la dirigencia iraní, tras años de penurias económicas debidas a las sanciones internacionales impuestas al hilo del programa nuclear. “Muchos iraníes quieren que termine la república islámica, pero la mayoría no quiere que esto se logre a costa de sangre y guerra”, matiza Holly Dagres, asociado sénior del Washington Institute.
La oposición, divididaEn su entrevista con Fox News, Netanyahu sugirió que el “cambio de régimen” podría ser el resultado de la campaña militar israelí, e insistió en que serán los iraníes quienes decidan la suerte de su gobierno. “Ese podría ser efectivamente el resultado, porque el régimen iraní es muy débil”, declaró Netanyahu, afirmando que el 80% de la población está en contra del gobierno.
La oposición iraní está muy dividida, dentro y fuera del país. Reza Pahlavi, hijo del último sha, depuesto por la revolución islámica en 1979, y una destacada figura opositora en el exilio, animó a los iraníes: “manténganse fuertes y venceremos”.
Por el momento no se reportaron protestas masivas contra el gobierno, aunque algunos canales en persa con sede en el extranjero difundieron imágenes de grupos coreando eslóganes contra Khamenei.
Azizi, por su parte, llama a la cautela: “la idea de que todo esto termine con un levantamiento popular que propicie un cambio de régimen o le entregue el poder a alguien de la oposición en el extranjero no tiene ninguna base”.