Nilda Furfaro, la madre del dueño del laboratorio HBL Pharma, fue liberada esta noche tras ser indagado por el juez federal Ernesto Kreplak por el escándalo del fentanilo, mientras que su hijo Ariel, el principal investigado, será indagado mañana.
Según informaron fuentes judiciales, esta tarde fueron interrogados y contestaron preguntas los hermanos Damián y Diego Garcia Furfaro y el director general de labarotarios Ramallo y HBL Pharma, Javier Tchukran.
Damian García Furfaro, si bien aparecía en el directorio, por lo que fue detenido, mencionó que en su tarea no tenía relación con el laboratorio, salvo hacer arreglos o hacer galpones, ya que tiene una empresa que se dedica a eso.
Diego, el otro hermano, indicó que trabajaba en cuestiones administrativas y comerciales, como compras de insumos nacionales en el laboratorio. Finalmente Tchukran dijo que fue contratado hace pocos meses, que era consultor externo para evaluar un pase de planta.
Tchukran negó tener relación con la producción de fentanilo, ya que su trabajo comenzó unas semanas antes de la producción de ampollas contaminadas.
Sigue mañanaAriel García Furfaro será indagado mañana a las 10.30. El empresario viene diciendo públicamente que fue víctima de un sabotaje en el que vincula a un exsocio del laboratorio.
La acusación es muy grave. La fiscal federal Laura Roteta le imputó a García Furfaro un delito que tiene una pena máxima de 25 años de cárcel (y una pena mínima de diez), informaron fuentes con acceso a la investigación.
El delito está previsto en el artículo 201 bis del Código Penal y castiga a quien adulterare o envenenare aguas potables, sustancias alimenticias o medicinales cuando de eso “resultare la muerte de alguna persona”.
Además de los diez detenidos, hay otros siete acusados que están libres y fueron citados a declarar por el juez.
El juez Kreplak dispuso además que el Ministerio de Salud ya no sea más querellante en la causa. La fiscal Roteta y el fiscal nacional Sergio Rodríguez, de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), acusaron al organismo de persistentes incumplimientos en sus deberes de control.
En cuanto a García Furfaro y sus socios, las pruebas que sostienen el dictamen de la fiscal acreditarían que el fentanilo se contaminó por graves fallas estructurales en todo el proceso de producción. Fue central el informe que presentó en las últimas horas el Instituto Malbrán sobre cómo se fabricaron los lotes 31202 y 31244, que resultaron adulterados.
Ese peritaje da cuenta de un proceso poco robusto e inconsistente de producción, según informaron las fuentes a LA NACION. No precisa en qué punto de la fabricación se adulteró el fentanilo, pero menciona, por ejemplo, que la calidad de cierre y llenado de las ampollas fue deficiente y explica que el “mal cierre” compromete la esterilidad del producto y representa un peligro directo para el paciente.
También destaca que el personal operativo que trabajaba en el Laboratorio Ramallo hacía turnos más largos de lo que correspondía y que esto incrementó el riesgo de contaminación. Advierte asimismo que sobre falsedades en los registros que llevaba el laboratorio.
En paralelo, sigue adelante la investigación sobre la actuación de la Anmat y avanza el tramo de la causa que busca determinar si existió un “desvío de cantidad”; es decir, si se traficó ilegalmente fentanilo. En este tramo de la investigación interviene la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), que lidera el fiscal Diego Iglesias.
Además, los investigadores siguen adelante con otras medidas de prueba, como los análisis del contenido de los teléfonos celulares de los acusados, de donde podrían surgir datos sobre otras posibles complicidades en la causa.