Después de que una medida cautelar de la Justicia española paralizara la distribución del nuevo libro del escritor español Luisgé Martín (Luis García Martín; Madrid, 1962), El odio, que Anagrama iba a lanzar el próximo 26, la editorial emitió un comunicado en el que defiende el libro basado en el caso real de José Bretón, que en 2011 asesinó a sus dos hijos, Ruth y José (de seis y dos años), en la ciudad andaluza de Córdoba, y luego incineró sus cadáveres. La exesposa del filicida, Ruth Ortiz, solicitó el miércoles que se frenara la distribución del libro por el daño que causaba a ella y a la memoria de sus dos hijos. Ayer, la Fiscalía de Menores pidió a la Justicia que suspendiera el lanzamiento por supuesta “intromisión ilegítima” y utilización de un delito “para conseguir notoriedad pública u obtener provecho económico, o divulgación de datos falsos sobre hechos delictivos”. Además, solicitó que se investigara si la obra vulneraba los derechos del honor y la intimidad de las víctimas. Bretón ideó el crimen como una venganza contra su mujer, que quería divorciarse.
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También el autor madrileño, que en 2020 había ganado el Premio Herralde de Novela con Cien noches, difundió un comunicado, “El odio hacia El odio”, donde cuenta que empezó a escribir la obra cuestionada “porque era incapaz de entender que alguien pudiera matar a sus propios hijos”. Tras citar los casos del estadounidense Truman Capote (por A sangre fría) y del francés Emmanuel Carrère (por El adversario), señala: “No me comparo literariamente con esos autores -ojalá pudiera hacerlo-, pero sí comparo mi propósito con los suyos. Indagar sobre el odio, sobre la brutalidad de la naturaleza humana, sobre la crueldad, sobre las estructuras sociales que sostienen esa violencia inacabable. Eso es, en buena medida, la historia de la literatura”. La editorial también menciona a ambos escritores.
“El odio está escrito con el mayor respeto hacia las víctimas -sostiene el autor, que fue asesor cultural del presidente español Pedro Sánchez y dirigió el Instituto Cervantes de Los Ángeles entre 2022 y 2024-. El libro puede provocar dolor al reabrir heridas, pero no más que otros libros que se han publicado sobre los hechos o que la serie audiovisual Bretón, la mirada del Diablo, emitida en 2023. El odio no da voz a José Bretón: se la quita, niega su explicación de los hechos, le enfrenta con sus contradicciones. El odio, en mi humilde opinión, sirve para mostrar los laberintos de la infamia y de la vileza de un asesino. Nada más. Y nada menos”.
Pues aquí estamos ya. En un mes, en la calle pic.twitter.com/vlrlXviEJr
— Luisgé Martín (@luisgemartin) February 26, 2025Y concluye: “Merece una reflexión, por último, que un libro como El odio, que pocas personas han leído aún, despierte el odio público que ha despertado entre los que no lo han leído. Es tristemente coherente con el tipo de sociedad hacia la que caminamos, en la que el resentimiento preventivo sustituye al pensamiento crítico”. Un sector de la sociedad española caracterizó como oportunistas a la editorial y a Martín.
En la obra, Bretón -que mantuvo contacto telefónico y epistolar con el escritor, que incluso lo visitó en la cárcel- confiesa por primera vez en forma pública su crimen y comenta que le había faltado “un poco de suerte” para evitar la condena. Cuando Martín le preguntó si estaba seguro de que los niños no habían sufrido, el asesino respondió: “Absolutamente seguro. Disolví las pastillas machacadas en agua con azúcar y se la di para que bebieran. Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban, estaban ya muertos. No se enteraron de lo que iba a pasar. Confiaron en mí. No hubo miedo ni dolor ni ningún tipo de sufrimiento”.
La Audiencia Provincial de Córdoba condenó en julio de 2013 a Bretón a cuarenta años de cárcel por un doble asesinato donde mediaron como agravantes el parentesco, la premeditación y el carácter despiadado demostrado por Bretón en la ejecución de los hechos. En marzo de 2015 la condena se vio rebajada hasta un máximo de veinticinco años. Las revelaciones de El odio podrían hacer que los jueces revisaran la decisión.
Por su parte, en el comunicado de Anagrama se indica “la Constitución reconoce el derecho fundamental a la creación literaria” y que “tanto el autor como la editorial están en su derecho de publicar esta obra”, si bien admiten que esperarán a lo que “las resoluciones judiciales indiquen”. El sello retiró de su página web la información sobre la obra. En la plataforma Change, una petición colecta firmas para impedir la publicación del libro (ya impreso), con la imagen de un volumen con cadenas y candado.
Comunicado de Anagrama sobre 'El odio' de Luisgé Martín: https://t.co/dPsQUeQpCU pic.twitter.com/3zONKRlcoM
— Editorial Anagrama (@AnagramaEditor) March 21, 2025“Desde Anagrama somos plenamente conscientes de la monstruosidad de los crímenes cometidos por José Bretón y comprendemos la sensibilidad que puede suscitar la exploración de la condición del asesino que aborda el escritor Luisgé Martín en El odio -comienza el descargo de Anagrama-. La literatura trata desde siempre realidades complejas y dolorosas, también crímenes que han marcado a sociedades enteras. Desde Emmanuel Carrère o Truman Capote, y tantos otros, los escritores pueden trabajar con materiales difíciles y controvertidos. La obra de Luisgé Martín intenta dilucidar una violencia extrema, las condiciones en las que se produce y las implicaciones filosóficas y éticas de la crueldad como una pulsión en lo humano, explorando cómo la sociedad y la psicología individual convergen en actos que desafían la moral”.
“El tratamiento literario de El odio se aleja y rechaza cualquier intención que no sea la de presentar al lector la maldad del asesino sin justificar ni exculpar el crimen, sino al contrario, mostrando su horror -prosigue-. Reafirmamos nuestro compromiso con la responsabilidad editorial y la libertad de expresión, sabiendo que ambas deben convivir. En este sentido, entendemos que la literatura puede y debe abordar estos temas sin dejar de lado la complejidad que representan, como hace Luisgé en El odio. La Constitución reconoce el derecho fundamental a la creación literaria. Por ello, Anagrama considera que tanto el autor como la editorial están en su derecho de publicar esta obra, pero esperaremos a lo que las resoluciones judiciales indiquen”.