El juez Fernando Jorge Cesari, del Juzgado Civil n° 60, reemplaza al magistrado Carlos Goggi en la causa de la sucesión de Beatriz Sarlo, en la que intervienen el marido de la autora de Instantáneas, el arquitecto Alberto Sato (que reside en Santiago de Chile), el encargado Melanio Alberto Meza López, que reclama el departamento de la calle Hidalgo, en Caballito, y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
En tiempo récord, la semana pasada la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil dispuso el sorteo de un nuevo juez. El expediente 2537 ya fue remitido al Juzgado Civil n° 60 y se restringió la consulta pública.
Ahora, el juez, tras informar a las partes que ha sido designado como tal, debe esperar el informe del peritaje caligráfico del supuesto testamento ológrafo de Sarlo en el que “dejaba a cargo” su departamento y la gata Nini a Meza López. También se espera que dé intervención a la Procuración General del gobierno porteño, a cargo del doctor Martín Ocampo. Generalmente, la Procuración tiene sesenta días para contestar la demanda, pero es probable que en un caso como este, de repercusión mediática, el juez le brinde menos tiempo.
En su resolución, la Cámara de Apelaciones dispuso que Sato tiene que demostrar que él y Sarlo no estaban separados de hecho, pese a ambos tuvieron otras parejas desde su separación en la década de 1970.
Tras el informe de la perito calígrafa Liliana Ibáñez, la causa podría tener nuevas bifurcaciones. El peritaje podría resultar favorable a Meza López y, en ese caso, Sato y el gobierno porteño lo podrían impugnar; o bien podría resultar desfavorable al encargado, y entonces serían los abogados del estudio Ciminelli y Asociados los que impugnen el informe.