PARÍS – Europa se moviliza de urgencia antes del encuentro del viernes entre Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska, temiendo un compromiso en detrimento de Ucrania sin la participación de Kiev ni de los países europeos.
Este lunes, el canciller alemán Friedrich Merz anunció para el miércoles una reunión virtual en la que participarán Donald Trump, los líderes de los principales países de la Unión Europea (UE) y de Gran Bretaña, de Ucrania y de la OTAN.
Ayer, también los ministros de Relaciones Exteriores del bloque mantuvieron una reunión virtual extraordinaria, pero informal, respondiendo a la convocatoria de la responsable de la política exterior de la UE, Kaja Kallas.
“Mientras trabajamos por una paz duradera y justa, el derecho internacional es claro: todos los territorios temporalmente ocupados pertenecen a Ucrania”, declaró Kallas.
También advirtió que ningún acuerdo debe “servir de trampolín para una nueva agresión rusa contra Ucrania, la alianza transatlántica y Europa”.
Por su parte, las “conversaciones” del miércoles, organizadas a iniciativa de Berlín “en diferentes grupos temáticos”, tratarán sobre “la preparación de posibles negociaciones de paz”, las cuestiones “relativas a las reivindicaciones territoriales y las garantías de seguridad”, así como sobre eventuales “acciones adicionales” para “ejercer presión sobre Rusia”, declaró Stefan Kornelius, vocero del canciller Merz en un comunicado.
Los participantes serán “los jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Finlandia, Francia, Reino Unido, Italia, Polonia, Ucrania, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, así como el presidente estadounidense y su vicepresidente”, enumera Berlín.
Según la prensa alemana, esta iniciativa diplomática se desarrollará en dos etapas, con una primera videoconferencia entre los dirigentes de los Estados europeos y de la UE, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky y el secretario general de la OTAN.
En una segunda videoconferencia, los dirigentes comunicarán luego el resultado de sus consultas a Donald Trump y al vicepresidente estadounidense JD Vance, con el fin de forjar una posición común antes del encuentro previsto en Alaska, estado norteamericano vendido por Rusia a Estados Unidos en el siglo XIX.
Durante esta cumbre, se debe tratar un posible acuerdo que prevea “intercambios de territorios”, según Donald Trump, para poner fin al conflicto desencadenado por la invasión rusa en Ucrania el 24 de febrero de 2022. Una posibilidad que provoca escalofríos tanto a ucranianos como a europeos, teniendo en cuenta la extraña relación de proximidad que mantiene Donald Trump con Vladimir Putin.
En vísperas de la reunión extraordinaria de ministros convocada para este lunes por Kallas, en la noche del sábado al domingo, los líderes francés, alemán, italiano, polaco, británico y finlandés, así como la presidenta de la Comisión Europea, exhortaron a Donald Trump a aumentar la “presión” sobre Rusia.
“La soberanía de Ucrania está en el corazón de la seguridad de Europa, y nunca aceptaremos que su futuro sea decidido en una sala cerrada en Alaska sin su consentimiento ni el nuestro”, enfatizó a su vez el lunes Valérie Hayer, presidenta del grupo centrista en el Parlamento Europeo.
Para los europeos, toda negociación debe realizarse “en el contexto de un alto el fuego o una reducción de las hostilidades” y advierten que una solución diplomática debe incluir “garantías de seguridad sólidas y creíbles” para Ucrania. Esto quiere decir en claro que los europeos pretenden desplegar sus propias tropas para garantizar el eventual cese del fuego, aun cuando estas estacionen lejos de la línea del frente.
El ejército ruso controla actualmente alrededor del 20% del territorio ucraniano.
Moscú exige que, antes de llegar a un cese del fuego, Ucrania acepte cederle cuatro provincias parcialmente ocupadas (Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón), además de Crimea anexada en 2014, y que renuncie a las entregas de armas occidentales y a cualquier adhesión a la OTAN. Exigencias inaceptables para Zelensky así como para los europeos, que consideran que es la línea de frente actual la que debe servir de punto de partida a las negociaciones.
El vaivén de TrumpDurante una conferencia de prensa este lunes en la Casa Blanca, el presidente norteamericano volvió a decir que tanto Ucrania como Rusia tendrán que cederse terreno mutuamente para poner fin a la guerra y que sus conversaciones con el presidente ruso tendrán como objetivo “tomar la temperatura” sobre un posible acuerdo.
Según él, las conversaciones que mantendrá el viernes con Putin en Alaska serán una “reunión de tanteo” para determinar si está dispuesto a llegar a un acuerdo. Según indicó, “en dos minutos podrá saber si es posible avanzar”.
“Voy a hablar con Vladimir Putin y le voy a decir: tienes que poner fin a esta guerra. Tienes que ponerle fin”, dijo Trump a los periodistas.
Sin embargo, en vísperas de esa reunión, Trump también decidió volver con sus viejos e injustificados ataques contra el presidente ucraniano.
“No estoy de acuerdo con lo que él ha hecho. Muy, muy en desacuerdo. Esta es una guerra que no debería haber ocurrido”, dijo en conferencia de prensa este lunes en la Casa Blanca.
“Me molestó que Zelesnky dijera que necesita obtener aprobación constitucional. ¿El tuvo aprobación para ir a la guerra y matar a todos, pero ahora necesita autorización para un intercambio de territorio?”, dijo ignorando completamente el hecho de que Rusia invadió Ucrania. También insistió en su falsa versión de los hechos: “Putin hubiera llegado a Kiev en cuatro horas con sus tanques, si a un general ruso no se le hubiese ocurrido lanzarlos a campo traviesa en vez de mantenerlos en la ruta”, dijo. En verdad, los tanques rusos nunca dejaron la ruta. Quedaron paralizados gracias al contraataque de drones ucranianos.
¿Cómo interpretar este nuevo cambio de actitud del ocupante de la Casa Blanca que, en las últimas semanas, aparentemente enojado con un Putin indiferente a sus llamados de negociación, lo habían llevado a mostrarse más bien conciliador con su homólogo ucraniano?
“Solo fueron gesticulaciones. Donald Trump detesta a Zelensky. Quiere un cese del fuego, a cualquier precio, para poder reivindicarlo. No le importa absolutamente nada de Ucrania y tiene una admiración casi obsesiva por Putin. En consecuencia, hará todo lo que pueda para favorecerlo”, dice Sergei Jirinov, exoficial del KGB pasado al oeste, especialista de Rusia.
Otro momento extremadamente ilustrativo de la admiración que siente el presidente norteamericano por los autócratas fue el siguiente pasaje de su conferencia de prensa:
“Hice una pregunta a un hombre muy inteligente que a algunas personas les gusta y a otras no: Víctor Orbán, el jefe de Hungría. Él conoce muy bien los dos países . Le pregunté, ‘Entonces, ¿puede Ucrania vencer a Rusia?’ Me miró como diciendo, ‘Qué pregunta tan estúpida.’ Y contestó: ‘Rusia es un país enorme y ganan su país y su vida a través de guerras. Hacen guerras. Eso es lo que hacen. China te vence con el comercio, Rusia te vence con la guerra.’ Fue una declaración muy interesante”, relató.
Zelensky ha instado a sus aliados europeos a tomar “medidas claras” para definir un enfoque común, mientras que estos últimos siguen excluidos de las negociaciones.