Un descendiente directo de Napoleón Bonaparte sentó las bases de la agencia federal de investigación más poderosa de Estados Unidos. Se trata de Charles Joseph Bonaparte, sobrino nieto del emperador francés, quien fundó la fuerza precursora de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) durante su gestión como fiscal general del presidente Theodore Roosevelt.
Quién fue Charles Bonaparte, descendiente de Napoleón y “padre” del FBICharles Joseph Bonaparte nació el 9 de junio de 1851 en Baltimore, Maryland. Perteneció a una rama estadounidense de descendientes de Napoleón. En específico, fue sobrino nieto del emperador francés.
Para rastrear la llegada del linaje de Napoleón a EE.UU. hay que remontarse a fines del 1700. Por aquel entonces, Jerónimo Bonaparte, el hermano menor del emperador, viajó a América del Norte y se enamoró de Elizabeth Patterson, hija de un rico comerciante de Baltimore.
Ambos se casaron sin el permiso de Napoleón, quien al enterarse del matrimonio lo obligó a regresar a Francia sin su esposa. Jerónimo obedeció y nunca más volvió a EE.UU., donde quedaron Elizabeth y su primogénito, Jerónimo Napoleón Bonaparte, a quien su familia apodaba “Bo”.
Con el correr de los años, Jerónimo se casó con Susan May Williams y tuvo dos hijos. El más pequeño, llamado Charles Joseph Bonaparte, estudió Leyes en Harvard.
Charles se convirtió en un abogado comprometido con la lucha contra la corrupción. Tuvo un rol destacado como jefe de la Liga Nacional de Reforma del Servicio Civil, donde impulsó cambios en la administración pública. En 1906, el presidente Theodore Roosevelt lo nombró secretario de la Marina y más tarde, fiscal general, un cargo que ocupó hasta 1909, según consigna The Washington Post.
Charles Joseph Bonaparte: por qué el sobrino nieto de Napoleón fundó el FBISegún información de la web oficial del FBI, cuando Charles Joseph Bonaparte asumió como fiscal general, el Departamento de Justicia no contaba con una fuerza propia de investigación. Para realizar operativos o apoyar a fiscales federales, debía pedir “prestados” agentes del Servicio Secreto, lo que dificultaba su control sobre los casos.
En mayo de 1908, el Congreso prohibió que otras agencias utilizaran agentes del Servicio Secreto, después de que dos legisladores fueran encarcelados por acusaciones en su contra. Esa decisión política generó un vacío que Bonaparte supo aprovechar: reclutó a nueve agentes del Servicio Secreto y los combinó con otros 25 hombres para crear su propio cuerpo de investigación.
El 26 de julio de 1908, firmó una orden oficial que derivó todos los asuntos de investigación al jefe examinador Stanley Finch, para que los nuevos “agentes especiales” se hicieran cargo.
Los primeros 34 agentes formaban la llamada “Agente Especial Force” y se dedicaban a investigar fraudes financieros, quiebras, casos de prostitución y violaciones a las leyes antimonopolio. Sus perfiles eran similares a los que se exigen en la actualidad: debían tener estudios universitarios, preferiblemente en Derecho, y ser discretos para pasar desapercibidos
En su informe al Congreso en 1908, Bonaparte describió esta nueva fuerza como “absolutamente indispensable” para el cumplimiento de las funciones del Departamento de Justicia, según consignó The Washington Post.
Bonaparte dejó el cargo en marzo de 1909, cuando asumió la presidencia William Howard Taft. Su sucesor, el fiscal general George Wickersham, institucionalizó la fuerza de agentes especiales y le dio el nombre de Oficina de Investigación (BOI). Recién en 1935, la agencia recibió su nombre actual: Oficina Federal de Investigación (Federal Bureau of Investigation).