“Futuro superpromisorio”: los presidentes de dos multinacionales hablaron de tres requisitos para que la Argentina crezca en producción agrícola

La Argentina tiene todo para ser protagonista global en el agro, pero arrastra un preocupante estancamiento en productividad que la aleja de países competidores como Brasil y Estados Unidos. Así lo afirmaron Juan Lariguet, presidente para la región Cono Sur de Corteva Agriscience, y Juan Farinati, presidente y CEO de Bayer para la región, en Jonagro, la Jornada Nacional del Agro que se realizó en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, organizada por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

Señalaron que el país podría crecer significativamente en volumen de producción si impulsa un entorno más favorable para la inversión, mejora su infraestructura y deja atrás impuestos distorsivos, como las retenciones.

“Malditas retenciones”: Rogelio Frigerio le dijo al Gobierno que bajar los derechos de exportación debe ser una prioridad

“Sin duda que la Argentina es uno de los diez grandes países agroindustriales del planeta con un rol fundamental: producir alimentos y, por qué no, jugar un papel clave en bioenergía”, señaló Lariguet.

Según explicó, el país transita un cambio de paradigma, de un modelo financiero a uno más productivo. “Siempre digo que los agrónomos tenemos que dejar de ser banqueros para volver a ser agrónomos”, graficó.

Mensaje contundente: una entidad del agro pidió terminar de manera “urgente” con las retenciones

En la misma línea, Farinati aseguró que la Argentina ocupa el tercer lugar a nivel mundial en relevancia para las multinacionales del agro, por detrás de gigantes como Brasil y Estados Unidos. “Es un país clave por su aporte al PBI, las exportaciones, el empleo y por su demanda de tecnología”, destacó.

Ambos ejecutivos coincidieron en que el país tiene un enorme potencial para mejorar sus niveles de productividad por hectárea. Lariguet precisó que la Argentina podría pasar de producir entre 130 y 140 millones de toneladas por año a alcanzar las 200 millones, esto con la incorporación de cultivos y un aumento de los rindes.

“El futuro del campo en la Argentina es superpromisorio, así nos ven desde el exterior. Y si hay un país que puede poner al agro con letras mayúsculas, es este”, afirmó.

Farinati agregó que, a pesar de contar con tecnología de punta en semillas, agroquímicos y fertilizantes, hoy el productor argentino está entre un 30% y 40% por debajo del rendimiento alcanzable. “El promedio nacional de maíz está entre 7,5 y 8 toneladas por hectárea, y podríamos estar sacando 10 o 12. Ese es el gap que manejamos”, aseguró.

Según los especialistas, la pérdida de competitividad frente a países como Brasil se refleja con claridad en los números. “A comienzos de los 2000, la Argentina producía medio kilo más de soja por hectárea que Brasil. Hoy, Brasil produce media tonelada más que nosotros, y estamos bastante estancados”, indicó Lariguet. En el caso del maíz, comparó: “Tenemos suelos similares a los de EE.UU. pero estamos al menos dos toneladas por debajo en rendimiento”.

Las causas de este atraso son múltiples. “El productor argentino ha estado enfocado en el costo por hectárea, no en el costo por tonelada, porque el contexto lo llevó a eso. Pero el productor no produce hectáreas, produce toneladas”, remarcó Farinati. Y agregó: “Para revertir esto necesitamos una macro estable que permita invertir en tecnología e infraestructura”.

En este contexto, las retenciones aparecen como uno de los principales obstáculos. “Sin duda que son un impuesto distorsivo que hace que el productor argentino compita en inferioridad contra su par brasilero”, sostuvo Lariguet. “Como dijo el secretario de Agricultura Sergio Iraeta, el camino es retirarlas. Eso va a ser un gran combustible para que el productor invierta”.

Pero no solo se trata de impuestos. El presidente de Corteva también alertó sobre la falta de avances en marcos regulatorios clave, como la propiedad intelectual en soja. “Llevamos casi tres décadas sin inversión en mejoramiento genético en soja. Eso hizo que el productor argentino no pudiera acceder a variedades más tolerantes a eventos climáticos o a tecnologías que permitan expandir la frontera agrícola”, explicó.

Farinati coincidió en que la previsibilidad es clave para atraer inversiones. “La decisión de lanzar una tecnología en el país tiene una ecuación económica detrás, igual que cuando un productor decide sembrar. Cuanto más atractivo sea el país para invertir, más disponibilidad tecnológica habrá en el mercado y más beneficiado estará el productor”, afirmó.

Para el ejecutivo de Corteva, hay un escenario de consensos de la industria con los productores: “Siempre puede haber detractores como en todo sistema, pero los datos lo demuestran. Hay más del 40% de la superficie de soja argentina que este año entró en sistema Sembrá Evolución; hay más de 19.000 contratos firmados. El productor hoy puede elegir si entra en este sistema o sigue produciendo otro tipo de variedades con tecnologías inferiores. Esta tecnología de soja que paga el productor se lo vamos a devolver en rendimiento, en manejo, en cobertura contra las plagas y de malezas que es creciente”.

En esa línea, Farinati dijo que es fundamental que en cualquier cultivo se piense en tener un mercado que fomente la existencia de tecnología y después será el mercado el que haga el trabajo y que haya empresas y compañías que quieran invertir y productores que puedan elegir: “Ese es el círculo virtuoso de tener condiciones claras para que se genere y se incentive la inversión”.

Para Lariguet, la Argentina tiene un montón de cosas para mejorar, pero hay un montón de cosas para aplaudir. “La ley de semillas es algo que siempre está en discusión y, por suerte, hemos logrado consenso y acuerdo entre privados para que la Argentina de todas maneras pueda estar con lo último en tecnología. Hay un montón de espacios para seguir trabajando. Es clave seguir sosteniendo el rigor científico basado en datos que le da seguridad al sistema y que hace que los productos que llegan al mercado sean seguros", explicó.

Para Farinati, contar con un mercado atractivo, con reglas de juego claras y un sistema que permite lanzar tecnologías de manera rápida es algo sumamente positivo para el país: “Lanzar tecnologías de manera rápida no significa hacerlos de manera insegura. La Argentina tiene un sistema basado en datos, en ciencia y nada de lo que se lance es algo que no esté probado, lejos de eso”.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/futuro-superpromisorio-los-presidentes-de-dos-multinacionales-hablaron-de-tres-requisitos-para-que-nid14052025/

Comentarios

Comentar artículo