Todo salió como lo habían soñado. A las 15, bajo el sol cálido de un verano que se despide, Diego Pando Soldati, reconocido entrepreneur (es cocreador de empresas como Brubank y Digital House Coding School) y director de Olimpíadas Especiales Argentinas (como su madre, la recordada Pía Soldati), ayudó a bajar del sulky a su hija mayor, Olivia, la tomó del brazo y caminaron juntos y tranquilos por el imponente parque de La Elina, la antigua estancia familiar ubicada en San Miguel del Monte, a 120 kilómetros de Capital Federal, que originalmente perteneció a Norberto Láinez y su mujer, María Elina Peralta Alvear. En el altar esperaba el novio, Borja Martel Seward, CEO y cofundador de Roxom (una suerte de Wall Street crypto, según distintos medios), que quedó deslumbrado al ver avanzar a la creadora digital y periodista especializada en tecnología con su espectacular traje de encaje bordado (con toques en dorado viejo) de Anushka Elliot que llevó un año de trabajo.
La ceremonia fue muy emotiva, hablaron amigos de los novios y entre los muchos invitados se las vio a Paula y Lulu Cahen d’Anvers y a Santiago Soldati (primas y tío del padrino). Después de leer cada uno sus votos y tras ser declarados marido y mujer, la pareja salió en medio de una lluvia de aplausos y se preparó para disfrutar del fiestón al que, por sus intereses profesionales, llamaron Bitcoinchella.
De la ambientación se encargaron las chicas de Michelson-Lagos y llenaron cada rincón con girasoles y otras flores frescas y frutas como naranjas, que dictaron el hilo conductor cromático de la decoración. El cóctel arrancó a las 17, al aire libre, y los invitados circularon libremente, mientras compartían un exquisito bandejeo de finger food de pie o sentados en livings. Después se unicaron en las mesas (entre otras cosas, se sirvió risotto) y a eso le siguió el dancing pero dentro de una espectacular carpa. De la música se encargó Tomás Fernández Sáenz, que sacó a todos a la pista por horas. La madrugada los encontró a todos disfrutando de un espectacular show de fuegos artificiales, a la altura de una celebración inolvidable.
Olivia y Borja habían pasado por el Registro Civil el mes pasado, el Día de los Enamorados. Y dos días antes de esta noche mágica, hicieron una ceremonia religiosa en la parroquia San Miguel Arcángel, la iglesia del pueblo, que terminó con una fiesta prewed para los íntimos.