Un bombardeo estadounidense en la capital de Yemen, Saná, dejó al menos nueve muertos y otros nueve heridos este sábado. El ataque se produjo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara una “acción militar decisiva y poderosa” contra el grupo insurgente respaldado por Irán. La cadena Al Masirah, afín a los hutíes, reportó un bombardeo sobre un barrio residencial en la capital y otro en Saada, una zona rebelde al norte del país.
Trump justificó la acción militar argumentando que los ataques hutíes han generado pérdidas económicas millonarias y representan una amenaza directa para la seguridad internacional. “Estos ataques implacables han costado a la economía de Estados Unidos y del mundo miles de millones de dólares, al mismo tiempo que ponen en riesgo vidas inocentes”, declaró el mandatario.
El Ministerio de Salud del gobierno hutí indicó que el número de víctimas podría aumentar debido a la gravedad de los heridos. Aún no hubo confirmación oficial del gobierno británico sobre su participación en los ataques.
La operación se produce tras el anuncio de los hutíes del 11 de marzo, en el que declararon que retomarían los ataques contra barcos que consideren vinculados a Israel en el mar Rojo. Justificaron esta decisión en la continuidad del bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza.
Los hutíes, por su parte, advirtieron que “esta agresión no quedará sin respuesta” y prometieron escalar el conflicto. “Nuestras fuerzas armadas están listas para responder a la escalada con escalada”, afirmó su oficina política en un comunicado difundido por Al Masirah. El grupo insurgente, que controla amplias regiones de Yemen, ha mantenido una relación cercana con Irán, país al que Trump también apuntó en su mensaje. “El apoyo a los terroristas hutíes debe cesar inmediatamente”, escribió el mandatario, instando a Teherán a cortar los vínculos con el grupo rebelde.
Este ataque concretado por Estados Unidos marcó la primera acción militar de Washington contra los hutíes desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero. La escalada ocurre en un contexto de tensión creciente en la región, con el conflicto en Gaza como telón de fondo. La administración estadounidense ha argumentado que la ofensiva busca garantizar la seguridad de las rutas comerciales y disuadir nuevas agresiones hutíes en el mar Rojo, donde han atacado embarcaciones en reiteradas oportunidades en los últimos meses.
El grupo islamista palestino Hamás calificó los bombardeos como “una flagrante violación del derecho internacional y un atentado contra la soberanía y la estabilidad del país (Yemen)”. Según informes locales, el bloqueo de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza fue impuesto por Israel el 2 de marzo, lo que habría motivado la decisión de los hutíes de reanudar sus ataques en el mar Rojo.
Los hutíes informaron que las explosiones del sábado por la noche causaron daños significativos en infraestructura en Saná y en instalaciones militares cercanas al aeropuerto. Además, imágenes difundidas en redes sociales mostraron columnas de humo negro sobre el área afectada. Sin embargo, la magnitud exacta de los daños aún no ha sido confirmada.
Estados Unidos ya había llevado a cabo ataques previos en Yemen contra objetivos hutíes, en operativos coordinados con Israel y Reino Unido. Hasta el momento, el ejército israelí no ha hecho comentarios sobre la reciente ofensiva estadounidense en el país árabe.
Un bombardeo estadounidense en la capital de Yemen, Saná, dejó al menos nueve muertos y otros nueve heridos este sábado. El ataque se produjo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara una “acción militar decisiva y poderosa” contra el grupo insurgente respaldado por Irán. La cadena Al Masirah, afín a los hutíes, reportó un bombardeo sobre un barrio residencial en la capital y otro en Saada, una zona rebelde al norte del país.
Trump justificó la acción militar argumentando que los ataques hutíes han generado pérdidas económicas millonarias y representan una amenaza directa para la seguridad internacional. “Estos ataques implacables han costado a la economía de Estados Unidos y del mundo miles de millones de dólares, al mismo tiempo que ponen en riesgo vidas inocentes”, declaró el mandatario.
El Ministerio de Salud del gobierno hutí indicó que el número de víctimas podría aumentar debido a la gravedad de los heridos. Aún no hubo confirmación oficial del gobierno británico sobre su participación en los ataques.
La operación se produce tras el anuncio de los hutíes del 11 de marzo, en el que declararon que retomarían los ataques contra barcos que consideren vinculados a Israel en el mar Rojo. Justificaron esta decisión en la continuidad del bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza.
Los hutíes, por su parte, advirtieron que “esta agresión no quedará sin respuesta” y prometieron escalar el conflicto. “Nuestras fuerzas armadas están listas para responder a la escalada con escalada”, afirmó su oficina política en un comunicado difundido por Al Masirah. El grupo insurgente, que controla amplias regiones de Yemen, ha mantenido una relación cercana con Irán, país al que Trump también apuntó en su mensaje. “El apoyo a los terroristas hutíes debe cesar inmediatamente”, escribió el mandatario, instando a Teherán a cortar los vínculos con el grupo rebelde.
Este ataque concretado por Estados Unidos marcó la primera acción militar de Washington contra los hutíes desde la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero. La escalada ocurre en un contexto de tensión creciente en la región, con el conflicto en Gaza como telón de fondo. La administración estadounidense ha argumentado que la ofensiva busca garantizar la seguridad de las rutas comerciales y disuadir nuevas agresiones hutíes en el mar Rojo, donde han atacado embarcaciones en reiteradas oportunidades en los últimos meses.
El grupo islamista palestino Hamás calificó los bombardeos como “una flagrante violación del derecho internacional y un atentado contra la soberanía y la estabilidad del país (Yemen)”. Según informes locales, el bloqueo de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza fue impuesto por Israel el 2 de marzo, lo que habría motivado la decisión de los hutíes de reanudar sus ataques en el mar Rojo.
Los hutíes informaron que las explosiones del sábado por la noche causaron daños significativos en infraestructura en Saná y en instalaciones militares cercanas al aeropuerto. Además, imágenes difundidas en redes sociales mostraron columnas de humo negro sobre el área afectada. Sin embargo, la magnitud exacta de los daños aún no ha sido confirmada.
Estados Unidos ya había llevado a cabo ataques previos en Yemen contra objetivos hutíes, en operativos coordinados con Israel y Reino Unido. Hasta el momento, el ejército israelí no ha hecho comentarios sobre la reciente ofensiva estadounidense en el país árabe.
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