En busca del violín robado

The Marquess es un magnífico pub de moda ubicado en la calle Canonbury del pequeño distrito londinense de Islington, un barrio idílico de fachadas pintorescas y parques grandes en el norte de la ciudad. Punto de encuentro de cierto carácter y sofisticación por su arquitectura histórica de estilo victoriano de techos altos y decoraciones rústicas. Una esquina llena de encanto –dicen los que lo frecuentan– para disfrutar del ambiente y un buen rato con amigos y el final del día de manera animada. Eso para la mayoría de sus visitantes. Excepto para uno: un músico andaluz llamado David López Ibáñez, integrante de la Orquesta Filarmónica de Londres a quien le fue sustraído un violín del año 1740.

A comienzos de esta semana se supo la noticia, publicada por la BBC y otros influyentes medios de habla inglesa, como The New York Times, que un hombre de 43 años fue arrestado por la policía metropolitana en la capital británica luego de ser reconocido por las cámaras del Marquess como sospechoso del robo de un violín ocurrido en la fría noche del pasado 13 de febrero a las 19.30, según consta en la denuncia, cuando el músico, después de su ensayo, se dirigió al local en boga.

Llegó al pub cargando el violín en su espalda, como de costumbre. Se lo quitó, lo apoyó sobre un asiento y se dispuso a compartir la cena con un amigo. Al instante siguiente, en un minuto desesperante, o mejor dicho “desconcertante”, si vale el eufemismo, advirtió la ausencia del instrumento que lo acompaña todos los días desde la fila de los “segundos”. El violín, de casi trescientos años, valuado en 200.000 dólares, había desaparecido y con él, el mundo entero que se derrumbaba encima. Por arte de magia, no estaba más.

Alguien, aprovechando el camuflaje de los abrigos en pleno invierno, había logrado hacerse del estuche rápidamente, esconderlo bajo el paño grueso de un sobretodo gris y huir con la cabeza baja. Huir por la noche con el botín de oro sin levantar sospecha.

Otros objetos había dentro del estuche, una de esas típicas cajas negras en forma de mochila para transportar instrumentos llamadas “Unoeotto”, del diseñador italiano Maurizio Riboni, cremonés, de los pagos de Stradivarius. Tres arcos había: uno con punta de nácar, otro de fibra de vidrio y el tercero, un fino ejemplar de los arqueros franceses, los hermanos Morizot, de varios miles de dólares.

Lo que no cuenta la noticia es si el robo fue al azar, por encargo de terceros o por impulso propio, tal vez por amor al arte

Lo que no cuenta la noticia es si el ladrón, ese hombre de 43 años que fue detenido y luego liberado bajo fianza, reconocía la magnitud del hecho. Si tenía conocimiento del valor de la reliquia fabricada por el maestro luthier Lorenzo Carcassi, artesano de Florencia del siglo XVIII, famoso por la exquisitez de su luthería. Si el robo fue al azar, fue por encargo de terceros o por un impulso propio, tal vez por amor al arte. Y lo más importante de la historia, si el violín florentino, esa pieza como una joya, fue recuperado, si regresó a las manos de su intérprete o a las de su dueño, el mecenas alemán Sebastian Klutscha, que lo compró como una inversión, pero luego lo concedió en préstamo al joven español de 31 años, para asegurar que el alma de esa pequeña caja, de madera noble y forma de mujer, siga viva y trascienda. O, finalmente, cuál fue el destino de ese ejemplar precioso. Por el momento nada se sabe.

Lo que sí es seguro es que la venta de un instrumento de cuerdas antiguo sin la correspondiente documentación de procedencia y la certificación de un restaurador o experto acreditado por las exclusivas casas de subastas sería una misión imposible.

Por eso, si algún lector de esta columna, por fortuna melómano, llegase a encontrar el anuncio de un violín semejante en el mercado negro, quizá contribuya a resolver el caso. Entre las señas particulares que le permitirán reconocerlo, hay, en la punta de su mástil, detrás de la voluta, un diminuto y delicado agujero, un símbolo tallado en forma de corazón.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/en-busca-del-violin-robado-nid22072025/

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