Esta es la fórmula de la campaña de “autodeportación” de Donald Trump, según el Migration Policy Institute

Con el ambicioso objetivo de alcanzar un millón de deportaciones al año, la administración Donald Trump lanzó una campaña sin precedentes para incentivar la “autodeportación” de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos. En específico, el gobierno diseñó una compleja fórmula que combina incentivos financieros, castigos severos y una estrategia de comunicación a escala global para que los extranjeros decidan abandonar voluntariamente el país.

Incentivos económicos y tecnológicos por autodeportarse de Estados Unidos

Según un detallado informe del Migration Policy Institute (MPI), esta campaña representa una de las mayores apuestas en la historia migratoria estadounidense y se apoya en una serie de elementos interconectados que buscan convencer a las personas de abandonar EE.UU. por decisión propia.

El corazón del programa de autodeportación consiste en ofrecer una serie de beneficios a quienes se registren y salgan voluntariamente de Estados Unidos. El gobierno destinó al menos 200 millones de dólares a una campaña internacional para difundir esta política y prometió cubrir todos los gastos de viaje de quienes accedan a irse por su cuenta.

Las personas que se inscriben en el programa a través de la aplicación CBP Home, una versión reconfigurada del sistema CBP One, pueden obtener un bono de salida de US$1000 una vez que se verifique su regreso al país de origen.El gobierno puso en marcha un servicio de conserjería que gestiona la compra de pasajes aéreos y coordina la logística de salida, sin costo para el migrante.Las autoridades prometieron despriorizar los arrestos y deportaciones de quienes estén registrados en el programa, lo que les permite organizar su partida sin persecuciones inmediatas.La narrativa oficial plantea además que quienes se autodeporten “podrán tener la oportunidad de regresar legalmente en el futuro”, aunque esta promesa carece de un marco legal claro.

El 9 de abril, más de 5000 personas ya se habían registrado y marcado su salida por CBP Home, según Fox News. La iniciativa se formalizó con la proclamación presidencial del 9 de mayo que creó el llamado Proyecto Homecoming.

Sanciones severas para quienes se nieguen a autodeportarse de Estados Unidos

A la par de los incentivos, el plan de Trump incorpora castigos dirigidos a quienes decidan permanecer en el país norteamericano sin autorización. Esta combinación de beneficios y amenazas configura lo que el MPI define como un esquema de “zanahorias y garrotes”, una metáfora sobre el uso de recompensas y castigos.

El gobierno ha impuesto multas diarias de US$1000 a personas sin papeles, con lo que acumula hasta US$2000 millones en sanciones contra más de 7000 individuos.Las penalidades incluyen también la detención forzosa, la confiscación de propiedades como vehículos o viviendas, y la amenaza de ser enviados a países terceros, como se hizo con vuelos hacia El Salvador.Aquellos que se autodeporten verán perdonadas sus multas, como anunció la administración el 9 de junio.

La atmósfera de miedo fue profundizada por una serie de operativos de alto perfil. Arrestos durante audiencias judiciales, entrevistas de ciudadanía e incluso chequeos rutinarios con el ICE contribuyeron a un clima de creciente ansiedad. Además, la reciente movilización de la Guardia Nacional y los Marines en Los Ángeles marcó el primer despliegue federal en contra de la voluntad de un gobernador desde 1965.

Una infraestructura estatal para asistir la “remigración”

El gobierno rediseñó partes clave del Departamento de Estado para sostener su plan de autodeportación. A través de una reinterpretación de la Ley de Asistencia a Refugiados y Migrantes (1962), autorizó el uso de fondos que estaban destinados a reasentar refugiados.

El Departamento de Estado redirigió US$250 millones hacia el financiamiento de vuelos y pagos de salida.Se creó una Oficina de Remigración, dentro de la Oficina de Población, Refugiados y Migración, con la misión específica de gestionar y monitorear retornos voluntarios.Este giro institucional marca una ruptura con décadas de políticas centradas en la protección y reasentamiento de refugiados.

La terminología adoptada por el gobierno, como “remigración”, refleja un eco de discursos ultraconservadores europeos, donde el término es utilizado para defender la expulsión masiva de inmigrantes no europeos, según Migration Policy Institute.

Colaboración con países de origen: asistencia tras el retorno

La viabilidad del regreso también depende de la capacidad de los países de origen para reinsertar a los repatriados. La asistencia tras la llegada varía según cada nación.

En México, el programa “México te abraza” ofrece apoyo documental, vales de asistencia básica y ayuda para conseguir empleo.Honduras implementó la campaña “Regresa hermano”, que incluye orientación laboral, asistencia para emprendimientos y un pago simbólico de US$100 al llegar.

Sin embargo, estas iniciativas no siempre cubren aspectos psicosociales clave, como la salud mental o la integración laboral efectiva para quienes pasaron años en Estados Unidos. El MPI advierte que muchas de estas estrategias están pensadas para quienes vivieron breves períodos en el exterior.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/migraciones/esta-es-la-formula-de-la-campana-de-autodeportacion-de-donald-trump-segun-el-migration-policy-nid23062025/

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