Camilo Ugo Carabelli y un momento particular en Wimbledon: “se fue” del partido y perdió en el debut

Camilo Ugo Carabelli es uno de los tantos tenistas argentinos que le pegan duro y hacia adelante. No aflojan. Conocido como El Brujo, su impulso es el talento, a veces la perseverancia. Sobre el césped inglés, no tuvo buenas sensaciones. Y en su debut en Wimbledon, cayó frente al estadounidense Marcos Giron, por 7-6 (6), 7-6 (4) y 6-3.

Más allá de la derrota y de la actuación, algo llamó la atención. La bronca acumulada se dio a conocer, en público, en el cierre del segundo set.

Después de haber caído en dos tie-breaks consecutivos (en los que la suerte no estuvo de su lado), el tenista porteño se sentó en el banco para descansar en la antesala del tercer parcial, mientras su rival preparaba sus pertenencias, con la intención de trasladarse al vestuario, seguramente, también a los baños.

En ese momento y sin ningún filtro, empezó a hablarle a su equipo, ubicado en uno de los vértices opuestos de la Cancha 9 donde se disputó el encuentro. No estaba solamente su equipo claro: había decenas de espectadores y, desde ya, varias cámaras. Es imposible, a esta altura, algo que pase y que no sea rápidamente replicado por algún video.

“Se te rompe la cabeza, te juro que se te rompe la cabeza. Se te rompe, se te rompe la cabeza...”, repetía, sentado y con la mirada perdida, como no encontrando explicación a las dos oportunidades que dejó pasar frente a Giron y a una superficie en la que, como muchos tenistas de nuestro país, no suele encontrar sus mejores sensaciones.

“No hay vuelta atrás, no hay vuelta atrás”, se advertía. Lo curioso es que todavía faltaba una eternidad: el tenis de los grandes torneos suele dar segundas, terceras oportunidades. Nunca alcanzó la segunda etapa en el césped de Londres, lo que pudo haber sido una motivación enorme.

🇦🇷 Ugo Carabelli no la pasó muy bien durante su estadía en #Wimbledon y lo que dijo no tiene despericio. 😂 pic.twitter.com/iRqoCqOOuL

— ESPN Tenis (@ESPNtenis) July 2, 2025

“Es una verga y listo, no hay nada para hacer”, asumía, siempre interactuando consigo mismo. Derrotado, vencido, antes de seguir jugando. En un momento, hasta se la agarró con la tradicional vestimenta de Wimbledon. O eso pareció.

“Encima estoy disfrazado, además. Estoy disfrazado, mirá cómo estoy... Parezco un heladero”, les comentaba a sus allegados, lo que parecía una broma.

Evidentemente, no salió con la mejor actitud para jugar el tercer set, el que perdió prácticamente sin luchar.

Hace un año, estaba diez escalones afuera del top 100 y en enero comenzó la temporada en el puesto 95°. El ajuste de tuercas, el empuje y los resultados lo llevaron a su mejor ranking (51°). Ahora, está cinco escalones por debajo. Nada mal, por cierto.

Semanas atrás, le contaba a LA NACION: “Arranqué desde chico con un psicólogo con el que hablo de todo menos de tenis. Trabaja con equipos de fútbol y eso me encanta. Y hace un año empecé a trabajar con un mental coach que ayuda un montón, porque me cuesta hablar y siento que sacar las cosas me hace bien. En estos años tuve y tengo mis momentos de bajón. Ahora es el mejor momento de mi carrera, no tengo problemas personales, pero soy muy exigente, me siento bastante atrapado, quiero que esté todo perfecto, la suplementación, los alimentos...Me puse obsesivo con la raqueta, la tensión, la cuerda. Me preguntabas antes con qué raqueta jugaba y no tenía ni idea cuánto pesaba, qué tensión, nada. Le daba la raqueta a mi entrenador y le decía: ‘Tomá, llevala a encordar’.

“Ahora pido que siempre me las encuerde el mismo, con la misma máquina. No sé por qué me puse así: tiene sus cosas buenas y malas. En abril, en el torneo de Madrid, para mí me la estaban encordando mal y fui a decirle que no podía ser, que estaba floja. El tipo me decía que no, que la había encordado el mismo, en la misma máquina y a la hora que yo le había pedido. Y yo: ‘No, que no, que no’."

La salud mental siempre es una clave para tener en cuenta. Mas allá de que en este caso pareció un gesto clásico del Gato Gaudio, es un tema serio. Que puede tener consecuencias más allá del court.

“Es muy duro. Es clave rodearse de gente que te acompañe. A mí, estar con mi familia y mi novia, me hace bien. Pero es como que en ningún momento terminás de relajar la cabeza, estás todo el tiempo pensando, incluso en vacaciones. Siempre algo con el tenis hay que hacer. Ahora entré en el programa de doping y tenés que avisar dónde estás todos los días de tu vida y la hora. Te pueden caer a hacer un test a cualquier hora. Es muy invasivo. Obvio que me cuido a full. Tengo un atrape tan grande que no comparto el mate con mi familia, por ejemplo. A ver si, por alguna medicación que alguno esté tomando, me salta algo y chau. No sé si es posible, pero por las dudas no lo hago. Es una locura", contaba.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/camilo-ugo-carabelli-y-un-momento-particular-en-wimbledon-se-fue-del-partido-y-perdio-en-el-debut-nid02072025/

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