Día del animal: dormir con el perro es una tendencia en crecimiento, pero ¿es aconsejable?

En el último tiempo hay una experiencia que sigilosamente se volvió en una tendencia notable que ha despertado polémica en los amantes de los animales y los profesionales de la salud: el hábito de las personas de dormir junto a sus mascotas. Ya sea que se trate de cachorros, perros pequeños, peludos o algunos del mismo tamaño que sus tutores, el descansar junto a ellos es una costumbre que día a día se normaliza cada vez más.

Sus fieles practicantes y devotos justifican este acto de varias formas: se sienten protegidos, no pueden escuchar al animal llorar si no lo suben a la cama, es un hábito que tienen desde hace tiempo y que no tiene sentido romper, se sienten más queridos; y la lista continúa.

También están quienes advierten que dormir junto a las mascotas puede ser dañino para la salud y que el único lugar donde debería dormir una mascota es fuera de la casa. Para ambas partes, las justificaciones pueden ser muchas y la brecha sobre qué grupo tiene razón y cuál no, se hace más amplia.

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El lazo que une a la sociedad con los animales evolucionó en formas impensadas que rompen con las barreras de lo que se consideraba “tradicional” o “correcto”.

Mascota cama adentro, ¿sí o no?

Como ocurre con cualquier otro hábito, el dormir con mascotas también conlleva una serie de consecuencias, tanto positivas como negativas. En su exploración es crucial examinar tanto sus motivaciones vinculadas a la necesidad humana y animal de conexión como sus implicaciones científicas y sociales.

“Primero hay que entender que el perro como especie social tiene una tendencia natural a buscar el contacto con otros individuos, entonces buscan y necesitan compartir el mismo espacio con otros. Así luego se genera el apego que es el vínculo más profundo que se da entre las personas y mascotas”, revela María Virginia Ragau Santos, médica veterinaria y especialista en etología clínica. Precisamente, el apego es entendido como la tendencia a crear fuertes lazos afectivos con determinados individuos de los que se espera protección y seguridad.

La evidencia pone de manifiesto que a día de hoy los humanos siguen mostrando un fuerte apego hacia sus mascotas y a menudo las consideran como miembros importantes de su familia. Y esto tiene un porqué: los animales son una fuente de apoyo, amor, confort, seguridad y estabilidad que puede llegar a tener buenos frutos en el estado de bienestar percibido por las personas.

Desde el punto de vista negativo, según indica el Instituto Europeo del Sueño dejar que la mascota duerma en la cama podría ser perjudicial por varios motivos.

1- Por higiene. No es muy recomendable dormir con animales, ya que para la institución esto se debe a que pueden transmitir infecciones por bacterias, virus o parásitos que, si bien forman parte de su equipaje natural, podrían representar un riesgo para el organismo humano.

2- Alteración del ritmo circadiano. Algunas personas pueden llegar a padecer de trastornos del sueño a causa de que el ciclo de sueño de los animales no es igual al de los seres humanos, por lo que puede producir interrupciones en el descanso.

3- Infecciones a causa de lamidas y besos. “Pese a ser una demostración del amor que tienen, al hacerlo elevan el riesgo de infectar con hongos, infecciones por bacterias, parásitos como el anquilostoma, problemas respiratorios y de alergia”, señalan.

Un escrito científico titulado La prevalencia y las implicaciones del colecho humano-animal en una muestra resalta que los más susceptibles a este tipo de problemas son los niños pequeños, las mujeres embarazadas y los pacientes inmunodeficientes. Pero que en la persona promedio los riesgos de salud suelen ser muy bajos y casi insignificantes si sus animales reciben cuidados médicos y mantienen una higiene apropiada.

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Por su parte, Ragau Santos sostiene que cuando se da un contacto tan estrecho y positivo entre el tutor y su mascota se presentan gran variedad de beneficios para ambas partes; no solo a nivel físico sino que también emocional. “Esta relación alivia el estrés porque al estar juntos aparecen respuestas hormonales y de neurotransmisores”, dice.

Los datos recopilados por el Centro de Medicina del Sueño de la Clínica Mayo revelan que más de la mitad de los dueños de mascotas atendidos en dicha clínica dejaban que su mascota durmiera en el dormitorio con ellos e incluso, la mayoría sostuvo que su mascota le era “beneficiosa para descansar”. Tan solo un 20% de los participantes de la muestra señalaron que dormir en compañía de los “peludos” empeoraba su calidad de sueño.

Otro estudio estadounidense colocó dispositivos rastreadores del sueño en perros y sus tutores para medir la calidad del descanso en ambos. Como resultado, los estudiosos observaron que quienes dejaban a sus perros dormir en la misma habitación tenían un patrón de descanso decente (lo mismo ocurrió con los perros); No obstante, un dato a destacar es que la calidad del sueño disminuyó levemente cuando los tutores permitían a su perro dormir dentro de la cama en comparación con los que dormían en su propio almohadón en el piso de la habitación.

“Siempre es muy importante que independientemente de donde duerma el tutor y de si se lo deja subir a la cama o no, el perro tenga su propia ‘camita’. Tiene que tener su propio espacio para poder descansar durante el resto del día y no solo de noche”, cuenta Ragau Santos respecto a los patrones de sueño de los canes que son mucho más variados que los de los humanos.

Sugerencias a tener en cuenta

La veterinaria y etóloga canina aconseja que si se trata de un cachorro o animal que es nuevo en el hogar hay que consensuar en familia en el primer momento dónde va a dormir ese can porque sino se pueden desencadenar problemas de conducta a futuro. hay que tomarla desde el primer día para que luego no haya problemas a futuro.

→ Abajo en vez de arriba. “Si se desea que esté en la misma habitación que los tutores, pero que no duerma en la cama se sugiere colocar el almohadón o camita del can a los pies de la cama o al lado. De esa manera el animal no se sentirá aislado ni estará tan pegado a sus tutores”, sugiere.

→ Contemplar la raza. “Si es de tamaño pequeño es poco probable que hay conflicto a futuro. En cambio, si se trata de un cachorro que después adopta un tamaño grande, cuando crezca puede aparecer conflicto porque de querer bajarlo de la cama no va a entender por qué a determinada edad le permitieron algo y luego no”, añade.

→ De conducta obediente. “Se puede presentar un conflicto en los perros que no son obedientes y toman ese espacio arriba de la cama como propio. Aparece una competencia con el humano y pueden presentarse signos de agresividad hacia los tutores cuando estos lo quieren sacar de la cama o correrlo de lugar”, indica.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/salud/descanso/dia-del-animal-dormir-con-el-perro-es-una-tendencia-en-crecimiento-pero-es-aconsejable-nid29042025/

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