PALMA DE MALLORCA−. Confiesa sin complejos que se sumergió en los secretos de la tradición mística hebrea tras investigar el origen judío de Jesús y la aparición del cristianismo. “Soy un gran admirador de él y sus enseñanzas. Jesús elevó el nivel de conciencia a un punto que su generación no llegó a comprender. Fue un místico a gran escala. Y así, estudiando su vida y el secreto que tiene el cristianismo sobre su origen judío, San Pablo incluido, ingresé en el secreto del judaísmo, que es la cábala. Pero nunca imaginé que ese secreto no era del judaísmo, era del alma humana y del origen del universo”.
Mario Javier Sabán, nacido en Buenos Aires, llegó a España en 2002 para iniciar en Barcelona el doctorado de Filosofía que luego terminó en la Universidad Complutense de Madrid. Porteño y judío practicante tradicional, sin fanatismos, según aclara, es fundador y director de la Escuela de Psicología y Cábala, la más importante de habla hispana, con un amplio menú de cursos de transformación personal y evolución espiritual a partir de los principios ancestrales de la cábala. Registra más de 25.000 alumnos de todo el mundo que asisten en modalidad online, sin contar las decenas de miles de followers en redes.
No le gusta que lo llamen doctor, ni profesor ni maestro. Solo Mario. Está casado con Marisa Ventura, tiene dos hijos (Max y Lucas), reside en Andorra y lleva escritos 27 libros, 15 sobre cábala. Entre ellos, Kéter, el éxtasis de la eternidad, que es el último; Sod 22: el secreto; El misterio de la cábala; La Merkaba y El Judaísmo de Jesús, entre otros.
“Cuando terminé el secundario quería estudiarlo todo”, recuerda, y vaya si lo hizo. Cursó Derecho, Administración de Empresas y Periodismo al mismo tiempo. Mañana, tarde y noche. Afán por el saber que heredó de su abuelo, un hombre muy estudioso y creyente, “pero observante moderado”. Mientras leía en hebreo, don Meir Sabán lo sentaba sobre su falda y, ante el explícito aburrimiento del nieto, que no pasaba de seis años, le ofrecía un caramelo Sugus por cada diez minutos de escucha. “Y así me quedaba hora y media atento para recibir más Sugus”.
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Volviendo la mirada atrás, piensa que detrás de esa hiperactividad había un hambre de investigación, lo que lo llevó, ventiañero aún, a escribir su primer libro, Judíos Conversos, sobre los antepasados judíos de las familias argentinas más antiguas. Cuando terminó la licenciatura en Derecho ya había escrito dos más: Los hebreos nuestros hermanos mayores; y Los marranos y la economía del Río de la Plata.
No extraña por lo tanto que Mario Sabán tenga siete doctorados: Filosofía, Antropología, Psicología, Historia, Teología, Matemática Aplicada y Educación. Este último lo alcanzó en octubre pasado en la Universidad Ramon Llul con una tesis doctoral sobre la espiritualidad dentro de la educación para adultos a través del misticismo judío.
–Para neófitos, ¿qué es la cábala?
–Es la antigua sabiduría oculta del judaísmo que estudia el nacimiento, la formación y el funcionamiento del universo. Y a partir de ahí, qué es el alma humana y cómo funciona, qué sentido tiene cada uno de nosotros en el plan general, y qué equilibrios y desequilibrios tiene cada alma, para rectificarlos y desarrollar todo su potencial.
–¿Cómo lo hace?
–Trabaja los secretos que se esconden detrás de las diferentes energías del universo a través del análisis de las letras hebreas y de los números (guematria se llama), y cómo cada alma puede encontrar paz en su interior y sentido a su vida. Comprende el sentido de la existencia del mal y el proceso histórico hacia la redención final de la humanidad.
–¿Qué significa la palabra cábala?
–Su nombre en hebreo, lecabel, significa saber recibir. Recibir un conocimiento.
–Se dice que hay un resurgir de esta sabiduría milenaria…
–Sí, no solo en mi escuela sino en todo el mundo. Se calcula que han entrado al estudio de la cábala entre dos a tres millones de personas en los últimos cinco años. La gente llega buscando una dimensión espiritual que en la década del 80 o 90, buscaban sobre todo en la India.
–¿Qué la diferencia de otras disciplinas espirituales?
–La relación con el dinero y todo lo material, por un lado, y con el sexo. En la India no es que atacan la materia, sino que relativizan todo lo que tenga que ver con ella, como el dinero. Pero no se puede prescindir de lo material porque estamos inmersos en ello. La cábala sostiene que la materia es un instrumento a favor del crecimiento espiritual. El problema no es la materia, sino hacia dónde van los recursos materiales. Y luego, con respecto sobre todo a la tradición cristiana, tenemos una aceptación más natural de la sexualidad, sin tabúes ni control religioso o espiritual.
–¿Alguna otra diferencia?
–Creo que el reconocimiento de un racionalismo moderado. La razón complementada con la intuición. En la India se habla de la ‘mente en blanco’. Y la cábala dice ‘la mente no en blanco’. No se trata de que no haya pensamiento sino de canalizarlo correctamente, de guiarlo en una determinada dirección. Además, como espiritualidad integral, engloba todas las dimensiones del ser humano. Es holística por naturaleza y muy antigua. Al menos tiene 4000 años. Tan desarrollada estaba en tiempos de Jesús que muchos de los temas que él trata en los Evangelios tienen que ver con la cábala. Él era para mí uno de los más grandes cabalistas.
–¿Qué atrae a los que llegan a la cábala?
–Es muy variado. Está llegando diferente tipo de gente, no solamente los que estuvieron en las filosofías orientales sino también los desangelados de todas las religiones. Buscan una propuesta de relación directa del alma con Dios, sin intermediación. Y también los que se sienten desequilibrados y los que sufren de vacío en el alma.
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–¿Por qué estuvo tanto tiempo oculta?
–Es una sabiduría con un gran nivel de complejidad y durante muchos siglos terminó perteneciendo, podríamos decir, a una élite intelectual.
–Se la ha vinculado al esoterismo…
–Sí, al esoterismo, pero intelectual. Los maestros de cábala elegían a sus alumnos por su nivel ético y de conocimientos. Empezó a cambiar en el siglo XVIII, cuando el movimiento jasídico lo abrió un poco, pero dentro del ámbito judío. Recién a partir del siglo XX se internacionalizó cuando un grupo de cabalistas tomó la decisión de sacarla del ámbito judío y llevarla a toda la humanidad, para alcanzar la redención. Con la idea de la redención al estilo de San Pablo. Porque hace dos mil años la espiritualidad judía saltó a los gentiles por obra de San Pablo. Para mí la cábala está pasando por un proceso parecido con la diferencia de que hoy hay muchos San Pablos.
–Siempre menciona a San Pablo…
–Fue un adelantado de la época porque él vio un producto espiritual en Jesús y en la idea del reino para sacarlo fuera del ámbito judío y, veinte siglos después, nuevamente estamos haciendo lo mismo aunque muchos no lo van a reconocer. Pero yo lo reconozco plenamente. En el mundo judío lo que sucede es que durante muchos siglos se van trabajando internamente diversos temas que luego eclosionan y se universalizan. Por ejemplo, San Pablo hace eclosión y provoca el nacimiento del cristianismo.
–¿Cómo empiezan sus cursos?
–Tenemos un primer curso introductorio que es Cábala desde cero, y luego otro, que para mi es clave, que es el estudio del Árbol de la Vida, la estructura del alma. Tenemos dos años de diplomado y dos años de maestría.
–¿En qué consiste la parte práctica?
–La cábala es fundamentalmente práctica. Tenemos tres tipos de meditación. Por la acción, con las buenas obras, lo que se llama el refinamiento del carácter. Por el estudio, que provoca un cambio de percepción dentro de lo cognitivo. Y finalmente, por contemplación, que es la recitación de los nombres de Dios, para elevar las frecuencias cerebrales, que es como la meditación oriental pero con letras hebreas.
–¿Tres condiciones que un estudiante debería cumplir?
–Respetando el libre albedrío de cada uno, lo primero es la interinclusión. Tratar de averiguar qué hay de positivo en el discurso del otro que no yo estoy viendo a priori. No es tolerancia ni empatía. Es aprender del otro. Amarlo desde el conocimiento. Lo segundo sería pensar y a la vez actuar, que el pensamiento no me paralice con su bucle.
–¿Y el tercero?
–Reservar una hora para sí mismo cada día, por lo menos. Una hora de reclusión. Para leer, para meditar, caminar, para ir a tomar un café a la esquina, pero solo. Los cabalistas dicen que quien no tuvo tiempo para sí mismo no ha vivido ese día.
–¿Qué es la espiritualidad en el siglo XXI?
–El hombre del siglo XXI necesita con urgencia la espiritualidad para que le ordene un tiempo del que dispone por primera vez en la historia. Hacer foco en su interior. La energía que deberíamos usar para evolucionar está siendo acumulada para nuestra autodestrucción. No sabe dónde ponerla. No obstante hay una masa crítica espiritual que no para de crecer. Es la primera vez en la historia humana donde el crecimiento espiritual de la gente va más rápido que los gobiernos.
–¿Una nueva conciencia?
–Sí. Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva conciencia. Se puede hablar del reino de Dios como lo llamaba Jesús en los mismos términos, o era mesiánica. El amor universal, la paz universal. Un salto de conciencia que debería poner fin a las guerras y a la pobreza.
–¿Cómo es la espiritualidad de los ateos?
–Es increíble. Yo he tenido un montón de ateos en mis clases presenciales de cábala. Al ateo no le tienes que hablar de Dios, le tienes que hablar de cómo funciona el universo. Para mí los ateos, en muchos casos, comprenden mejor la cábala que los creyentes. Porque el ateo ya rompió con todas las formas religiosas y entiende mucho mejor la espiritualidad que el religioso, que está lleno de dogmas y le cuesta abrirse.