La aceptación de la renuncia de Demian Reidel a su cargo de jefe de asesores de Javier Milei tiene fecha oficial del jueves pasado. Pero la suerte del economista, cercano al Presidente y que seguirá al frente de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina, comenzó a sellarse mucho antes.
En marzo, en un discurso público que generó polémica ante inversores internacionales, Reidel, en un perfecto inglés, dijo que la “Argentina tiene enormes ventajas y un problema: que está poblada por argentinos”.
Según pudo reconstruir LA NACION a partir de fuentes oficiales, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, no dejó pasar esa frase de tono irónico, expresada en el Iefa Latam Forum, y nunca lo perdonó. Y a pesar de las disculpas públicas del funcionario, le “picó el boleto” al jefe de asesores del Presidente, un equipo del que se desconocen reuniones o publicaciones propias.
La exposición polémica de Demian ReidelLa situación de Reidel al frente del consejo de asesores, una entidad con mucho de simbólico sin funcionamiento continuo, se volvió entonces insostenible sin el aval de “El Jefe”, como Milei denomina a su hermana. Voces del universo libertario afirmaron que “varias veces”, miembros del entorno presidencial, le pidieron la renuncia a Reidel, quien fue postergando ese paso hasta que lo concretó en el final de la semana pasada.
“Sigo formando parte del Gobierno. Mi apoyo al presidente Milei y a las políticas de esta gestión es absoluto e inquebrantable. Además, seguimos escribiendo juntos un libro de teoría económica con una visión revolucionaria del crecimiento basada en los retornos crecientes a escala. Mi compromiso personal es total”, escribió Reidel, sin especificar los motivos de la renuncia al cargo, pero dejando en claro que su vínculo personal con el primer mandatario sigue intacto.
En el decreto publicado hoy, que lleva la firma del Presidente y el jefe de gabinete, Guillermo Francos, solo se agradece al funcionario, responsable del Plan Nuclear Argentino, por “los servicios prestados”, sin mayores aclaraciones, y sin dar pistas sobre su eventual reemplazante.
El actual embajador en Estados Unidos, Alec Oxenford, aún figura en la nómina como parte del consejo asesor, al igual que Eduardo Bastitta Harriet, Sebastián Braun, Ramiro Castiñeira, Miguel Boggiano, Julio Goldstein y Ariel Coremberg, todos con cargos ad honorem. El hoy legislador porteño Ramiro Marra, también enfrentado con Karina Milei y desterrado del oficialismo, y el empresario textil Teddy Karagozian, entre otros, formaron parte del consejo asesor en el pasado.
Experto en Inteligencia Artificial, Reidel fue un asiduo miembro de la comitiva del Presidente en varios de sus viajes al Exterior, sobre todo a los Estados Unidos, y tuvo mucho que ver en sus reuniones con referentes importantes del mundo financiero y empresarial.
“Los empresarios de Silicon Valley que vimos, además de la gente más rica del planeta, es la que maneja el negocio del planeta. Estos tipos no se juntan a sacarse fotos, se juntan porque piensan que de repente hay algo interesante para discutir; (Mark) Zuckerberg no necesita sacarse fotos. Esto no es un tour de vacaciones, es un tour para volver a insertar a la Argentina en el mundo, y que vean que somos serios y la pasión que tiene el Presidente al transmitir los temas. Hay una diferencia en hacer las cosas en persona”, justificó luego de una gira por Estados Unidos en la que acompañó al Presidente.
Un visitante frecuente de la quinta de OlivosReidel, además, fue desde el inicio de la gestión libertaria uno de los protagonistas de las tertulias de los domingos en la quinta de Olivos, a las que son invitados economistas, consultores y allegados. Y representaba al Gobierno en distintos foros, siempre con un tono desafiante y a veces subido de tono que llamaba la atención de sus ocasionales oyentes, como el discurso que diera en un almuerzo organizado por el Rotary Club, a fines de abril. “Es como el hermano menor de Milei”, lo definió uno de los comensales de aquella reunión, en la que Reidel lagrimeó al recordar a su padre, y utilizó un lenguaje rudo, con vocablos parecidos a los que suele recurrir el primer mandatario.
“Ya aclaré y me disculpé (…) Di un discurso breve sobre los problemas para atraer inversiones a la Argentina. Inestabilidad macro y la falta de credibilidad de los argentinos (si, nosotros) por haber sistemáticamente violado contratos de todo tipo. Y ahí doy un ejemplo de centros de datos. Digo que tenemos ese problema y como lo solucionamos. Tampoco es que me creo tan importante que tienen que andar prestando atención a todo lo que digo. Pero los que me putearon tanto ahí pueden ver. Las amenazas de muerte me parecieron un tanto extremas… para mi eh. :)”, escribió Reidel días después de aquel polémico discurso, a modo de explicación. Desde lo más alto del poder le mostraban, desde hacía semanas, la puerta de salida.