Los nuevos barrios privados que combinan mar, campo y hasta viñedos en el sur de Mar del Plata y Chapadmalal

MAR DEL PLATA.- Frondosos bosques, acantilados y mar. A un puñado de kilómetros, nada más, un entorno rural y el contexto de verdes incluye hasta vides, una de las flamantes y exitosas incorporaciones de estas tierras, a unos pasos de las playas. Esa variedad de paisajes naturales, esa riqueza de imágenes y entorno, se convirtió durante estos últimos años en imán para turistas, cada vez más de nuevos residentes y a la par, los ambiciosos y proyectos inmobiliarios sobre el extremo costanero sur de Mar del Plata. Todo en ese anillo más próximo a ese paraíso natural en que se ha convertido Chapadmalal.

La ola que tomó fuerza a fines de la década pasada, se hizo algo más visible en período de pandemia y se potenció durante estos últimos años, comenzó con una mayor y creciente demanda para la construcción de viviendas particulares, en algunos casos proyectos multifamiliares con formato de cabañas pensadas para viajeros, y encuentra hoy su cresta briosa con desarrollo de barrios privados.

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Al menos dos nuevos emprendimientos, Olas Chapadmalal y Pueblochapa, ya están en marcha, con sus primeros pasos, como continuidad en cercanías de esas playas de una multiplicación también en el sur del distrito pero tierras adentro, en casi todos los casos a no más de 3000 metros de la costa atlántica.

Un informe del municipio de General Pueyrredón al que accedió LA NACION confirma que hasta el primer bimestre de este año, último corte de este relevamiento, Mar del Plata registraba urbanizaciones cerradas.

La discriminación de esa oferta, que apunta al segmento de mayores ingresos, delata preferencias: en esa zona sur se concentran 41 de los 45 proyectos multifamiliares y más de la mitad de los lotes unifamiliares: 5450 de los 7938 que se encuentran bajo la modalidad de countries.

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Uno a uno, los proyectos en marcha

Por allí ya prosperó, casi pionero en términos de cercanía con ese frente de playas, Barrancas de San Benito, un club de campo. Aunque pionero, algo más al sur, fue Marayuí, próximo al frente sur de Chapadmalal. Tiene su casona histórica, decenas de casas, cursos de agua que atraviesan el barrio y una de las canchas de golf más exquisitas de la zona.

Olas Chapadmalal se lanzó a comienzos de este año. Son algo más de 100 hectáreas plenas de vegetación añosa en la estratégica intersección de la ruta 11 con la flamante Circunvalación, una reciente obra del gobierno bonaerense que permite una salida directa a troncales como la avenida Jorge Newbery y la avenida Antártida Argentina.

Es una apuesta personal de Fernando Aguerre, empresario pero por sobre todo, surfista. Es marplatense, presidente de la Federación Internacional de Surf (ISA) y como tal, un apasionado del mar. Lo tiene a 150 metros de uno de los límites de este predio con 350 lotes desde 1300 hasta casi 2500 m². “Los barrios en general tiene parcelas de 600 a 800 m², lo que le aporta a este proyecto el plus de baja densidad”, comentó Manuel Ladanaj, de la inmobiliaria Robles Casas & Campos, que comercializa este producto.

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“Lo que proponemos no se parece a nada porque contra proyectos que son tierras peladas lo que tenemos en Olas es un bosque de 75 años y el que tiene menor densidad por hectárea de todo lo que hay por aquí”, dijo Aguerre a LA NACION y destacó que ya están en marcha las obras iniciales de lo que le gusta llamar “comunidad oceánica”. “Olas es un estilo de vida”, asegura.

Salieron al mercado y pronto llegaron a las primeras 60 ventas. Advierten una importante presencia del segmento joven entre los interesados, afines con este perfil que intenta imprimirle Aguerre desde su historia personal. Los valores, confirma Ladanaj a LA NACION, rondan los US$100/m².

Ese extremo de la ciudad presenta una carencia importante: por ahora está lejos de las últimas terminales de las redes de gas y cloacas. La primera, en este caso puntual, se da por segura a partir de una inversión de los propios desarrolladores. La segunda, al igual que la mayoría de los barrios cerrados del distrito, se resuelve con una planta propia dentro del predio.

Pueblochapa está sobre el otro frente de Chapadmalal. Casi frente a la ubicación de Marayuí, a unos 2,5 kilómetros de la colonia turística de Chapadmalal y unos 1300 metros de Playa Redonda, la oferta de mar más próxima.

Son otras 110 hectáreas que en algún tiempo tuvieron explotación ganadera y que ahora se proponen como tierra fértil para el desarrollo de una idea también distinta dentro del segmento de barrios privados: al mix del entorno que combina mar y campo suma otro, que es el de ofrecer al frente un sector abierto a toda la comunidad, complemento de la privacidad y exclusividad del resto del predio.

“Plantea un formato más integrador a las necesidades de la zona, sin alambrados en el frente, con 820 metros de vides como primera imagen un primer pórtico de acceso con seguridad pero sin barreras”, explicó Ezequiel Lorenzo, de la firma Espatolero & Lorenzo, de larga trayectoria en la ciudad y ya con experiencia en barrios privados tradicionales como Casonas del Haras, en la zona de la avenida Jorge Newbery, sobre cuyas márgenes abundan este tipo de desarrollos.

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Como parte de la propuesta que combina mar, campo y viñedos, el proyecto prevé movilizar una inversión superior a los US$20 millones en los próximos tres años. En este sentido, se prevé que las inversiones individuales que movilizará Pueblochapa tendrán un impacto central en la economía regional, por ejemplo, en los cerca de US$140 millones que se volcarán a la compra de materiales para la construcción en los corralones de la zona de aquí a 2030.

En el estudio Pacífica Arquitectura han confiado el diseño, con trazos afines a la idea de descanso y sector comercial, que estará abierto a todo público, con gastronomía –dan por confirmado allí un espacio del destacadísimo restaurante marplatense Sarasanegro-, coworking y un gimnasio, entre otras propuestas.

Esta etapa de preventa dispone de 543 lotes que se reparten en tres modelos: parcelas básicas de 600 m², quintas de 800 m² y chacras que van desde 1200 a 2200 m². Estos dos últimos con un régimen distinto, según explica Lorenzo: más cerca del acceso y con un solo nivel de seguridad. “La preventa ha funcionado muy bien, mejor de lo que esperábamos”, remarcó.

Se ofrecen desde US$62.000 que se pagan con un anticipo al contado de 40% y el saldo en 36 meses, que es el plazo establecido para entrega al propietario. Durante ese período queda habilitado a participar del proceso de parquización y forestación de su lote, siempre bajo un reglamento de paisaje que supervisa el reconocido estudio Carlos Thays. Por allí habrá pinos, álamos y eucaliptus. Recién en 2027 comenzarían las primeras viviendas.

La inclusión de un viñedo, casi a modo de fachada del barrio, no asoma como un detalle meramente estético. A unos pocos kilómetros de Pueblochapa, también con frente sobre la misma calle 749, se encuentra Costa y Pampa, la primera experiencia vitivinícola en este distrito que llegó de la mano de Trapiche. La idea es que el desarrollo inmobiliario también tenga su propio vino y etiqueta.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/propiedades/los-nuevos-barrios-privados-que-combinan-mar-campo-y-hasta-vinedos-en-el-sur-de-mar-del-plata-y-nid08062025/

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