Una curva de madera a medida ordenó este tres ambientes a estrenar que tenía una distribución caprichosa

Cuando las arquitectas Joy Zimmerman y Camila Castillo, creadoras de Ideï Arquitectura, cruzaron por primera vez la puerta de este departamento en Villa Urquiza, supieron que no era solo cuestión de amueblar. El espacio a estrenar tenía potencial pero, también, una distribución caprichosa: puertas enfrentadas, recovecos y un living atrapado entre funciones. Bastó una conversación con el cliente, un joven soltero, para entender qué necesitaba: un hogar que organizara su rutina, acompañara sus reuniones sociales y transmitiera esa calma que a veces no se ve, pero se siente.

Con 96 m2 cubiertos y 20 descubiertos, el departamento tenía todo para convertirse en un espacio funcional, pero necesitaba dirección. El living aparecía en el centro, perforado por accesos desde todos lados: la cocina, el baño, el dormitorio principal y el segundo cuarto.

El riel de iluminación enmarca el espacio desde el techo y permite ajustar el clima según el momento.

La pieza clave

El gran hallazgo del proyecto fue un volumen curvo que articula, ordena y embellece. Ubicado cerca del ingreso, su diseño no solo resuelve la circulación, sino que también oculta puertas, suaviza recovecos y suma almacenamiento.

Bien disimulado esta sección del mueble permite guardar la ropa de los invitados y tener los vinos a mano en el comedor y la cocina.

Una cocina integrada y ordenada

“Nos interesa que cada puerta tenga sentido. Que la casa pueda mantenerse ordenada no porque se oculte el desorden, sino porque fue pensada para eso”, dicen las arquitectas.

Al estar completamente abierta al estar-comedor, la cocina requería una resolución impecable. Se trabajó con módulos estrictos para mantener un ritmo visual ordenado: las alacenas se elevaron hasta el techo y se respetó la alineación con los bajos. Para sumar calidez y disimular uniones, se eligió un varillado de madera que recorre el frente.

“Revestimos el sector de la barra para darle otra impronta y, al mismo tiempo, ocultar el acceso al dormitorio principal”.

Neutros con carácter

“Revestimos la cabecera en MDF enchapado en roble americano dándole un desnivel en el centro de la altura que sirve de apoyo y nos permitió jugar con la iluminación y aportarle calidez al ambiente", nos explican Zimmerman y Castillo.

“Queríamos un tono que acompañara la variedad de texturas y formas, sin competir. El gris aporta calma, es neutro pero con presencia”.

“La idea era darle aire al cuarto, no saturarlo. Que siguiera siendo un espacio íntimo, pero con recursos que lo hacieran más práctico y armónico”.

“Al no ser muy ancho el dormitorio, resolvimos el mueble de la TV con un modulo colgante con los bordes curvos para suavizar la sensación al entrar”.

Una vida también afuera El balcón, de buenas proporciones, se pensó como una verdadera expansión del interior: con parrilla incluida, se equipó con una mesa, sillas y una mesita con ruedas que puede moverse según la ocasión y funcionar como barra o apoyo.

Una vida también afuera

El balcón, de buenas proporciones, se pensó como una verdadera expansión del interior. Para mantener la coherencia, las sillas exteriores comparten diseño estructural con las interiores (solo cambian los tapizados), de modo que pueden usarse indistintamente si hace falta ampliar la mesa del comedor.

       



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-living/una-curva-de-madera-a-medida-ordeno-este-tres-ambientes-a-estrenar-que-tenia-una-distribucion-nid03072025/

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