Luis Majul: “Basta de hablar de Cristina Kirchner”

Hartos de Cristina

En las últimas horas, hemos recibido, de parte de nuestras audiencias, un pedido casi unánime: basta de hablar de Cristina Kirchner, la tobillera, las visitas y el bailecito en el balcón.

Nos dijeron: “Estamos hartos”. Tienen razón. ¿Para qué darle tanta visibilidad?

Tanto ella como su hijo Máximo Kirchner están atravesados por la ira y el deseo de venganza. Viven en un mundo chiquito, irrelevante y tóxico. Representan el pasado.

Mejor hablemos, entonces, por ejemplo, de la catástrofe que dejaron tantos años de kirchnerismo en la educación.

Hablemos de eso para que no se repita. Hablemos de los resultados de las pruebas Aprender. De por qué 1 de cada 10 niños no sabe leer. Lo planteó una licenciada en Ciencia Política en el Concejo Deliberante de San Isidro hace poco.

Por si les aburre seguir hablando sobre educación tengo para compartir una escena de humor. Son fragmentos de un par de jingles que se viralizaron. Hay uno, basado en un hit de Eros Ramazzoti, al que le pusieron: “Hizo enojar a Majul”. Es muy divertido.

Por supuesto, se basa en un prejuicio: que me enoja o me molesta que Cristina salga al balcón. ¿Entre nos? No me va ni me viene. Que la señora haga lo que quiera. Lo único que lamento, es que la ruidosa bandita de fanáticos siga descuajeringando la vida a los vecinos. Vecinos como Aúrea, esta mujer de 84 años que fue amenazada por unos cuántos cobardes pero que no tiene miedo de decir lo que piensa.

Sin embargo, lo más indignante, es que a estos pseudo progres, que cada tanto sobreactúan empatía por el otro, de repente alimentan, por ejemplo, una de las peores discriminaciones que se puede padecer: la gordofobia.

Y solo porque a nuestro colega Nico Wiñazki se le ocurre informar y denunciar sobre los hechos de corrupción que le imputan a Cristina. Imaginá, por un momento, lo que hubiera sucedido si nosotros hubiésemos hecho algo parecido. Menos mal que Nico les contestó con altura.

Se puede ser de derecha, de centro, de izquierda, libertario, republicano, peronista o trosko. Lo que no se puede es negar los hechos.

O pretender que te traten como una ex presidente cuando te acaban de condenar por ladrona. O reclamar derechos civiles plenos cuando te acaban de inhabilitar de por vida para ejercer cargos públicos. O exigir privilegios, cuando antes reivindicabas la igualdad ante la ley.

Por eso. No hablemos de lo anecdótico. Hablemos del daño que sigue haciendo la principal líder de la oposición, presa, amenazando con volver. Operando para que el rumbo de economía y el gobierno se caigan.

O hablemos de cómo algunas buenas noticias económicas de los últimos días fueron eclipsadas por la ira y los violentos a los que mandaron a romper todo.

A saber:

La inflación de mayo del 1.5 por ciento.Una inflación minorista de la semana de -0.3 por ciento.El aumento del consumo en un 5.5 por ciento.

Y hablemos, también, ya que estamos, de la economía real. De cómo aumentan las escrituras, el patentamiento de autos, la venta de electrodomésticos y el turismo al exterior y al mismo tiempo baja el consumo masivo de alimentos, bebidas y salidas a comer y divertirse.

O también podemos hablar de cómo el gobierno deberá enfrentar a la oposición para evitar que se aprueben los cambios en el sistema previsional y el aumento en el área de discapacidad. Cambios que pondrían en riesgo el superávit fiscal, el eje del plan económico.

El propio Javier Milei ya había anticipado que vetará las modificaciones que propone el kirchnerismo con la ayuda de algunos radicales y la duda de ciertos legisladores de Pro. Pero el oficialismo, hoy, no cuenta con el tercio necesario para evitar el eventual rechazo al veto presidencial.

En diputados, por ejemplo, deberían ser 87, y ahora mismo no tendrían ni 70. En senadores la disparidad de fuerzas haría imposible evitar el rechazo al veto.

Por este tipo de situaciones es que en la Argentina el riesgo país todavía se mantiene en 687 puntos, cuando se debería ubicar alrededor de los 400 para empezar a recibir crédito barato. Es decir, el riesgo país, en la Argentina, tiene nombre, apellido y razón social. Se llama Cristina Elizabet Fernández y es principal representante del populismo nacional.

¿Te imaginás, por un minuto, si llegan a volver? ¿Te lo imaginás, por ejemplo, a Máximo Kirchner, tomando decisiones, si ahora mismo, en vez de justificar la supuesta inocencia de su madre, afirma que la condenaron por su condición de mujer?

Por eso. Hablemos de cosas relevantes.

De cómo algunos colegas que se autoperciben campeones del periodismo de investigación cometen la burrada de decir que no hay ninguna prueba concreta para condenar a Cristina en la causa Vialidad.

Vamos a hacer, una vez más, el esfuerzo de explicarlo. Me tienta mucho que escuches estos cuarenta segundos que aparecen en la cuenta denominada demicam369. Porque no le sobra ni le falta nada.

Pero también se puede explicar con las evidencias que presentaron el fiscal de instrucción Gerardo Pollicita, ni bien se inició el expediente. O de Diego Luciani, en el juicio oral.

Pollicita probó como en pocas horas el dinero que cobraba por anticipado Austral Construcciones pasaba a los hoteles que gerenciaba Lázaro y de ahí, directo, a las empresas de Néstor y Cristina.

Y Luciani mostró no solo que Lázaro era amigo de Néstor, sino también socio comercial de él y de Cristina.

Entonces: hablemos de lo que importa. Porque si en la fantasía de Cristina y los chicos grandes de La Cámpora prevalece la idea de ella puede volver porque la gente la ama, los invito a revisar cualquier encuesta.

Por ejemplo, está última, todavía inédita, de Isasi Burdman. Se titula: “Especial, Cristina presa”.

Pregunta por su inhabilitación, y sobre el cumplimiento general de las reglas de detención.

Es que la coreografía berreta de Cristina Kirchner ya tiene hartos a la abrumadora mayoría de los argentinos.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/luis-majul-basta-de-hablar-de-cristina-kirchner-nid23062025/

Comentarios

Comentar artículo