Bolivia, agotada, se acerca a su mayor cambio político en dos décadas, pero sin esperanzas

LA PAZ.- En medio de una exasperante crisis económica, sin combustible, con escasez de alimentos y alta inflación, casi ocho millones de bolivianos decidirán este domingo mucho más que quién será el próximo presidente y cómo estará conformada la nueva asamblea legislativa por cinco años a partir de noviembre.

Hay varias claves en juego. ¿Podrá la derecha efectivamente, tal como anticipan las encuestas, romper la hegemonía de la izquierda de las últimas dos décadas? Si es así, frente al plan de ajuste que se viene, cómo reaccionará la población, y tercero qué respaldo puede tener la campaña de resistencia que seguramente impulsará el expresidente Evo Morales (2006-2019), que ya le hizo imposible la gestión a su exaliado, el presidente Luis Arce, que gobernó estos cinco años al frente del Movimiento al Socialismo (MAS).

En una singular medida decidida por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) -que en Bolivia es uno de los cuatro poderes del Estado, junto con el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial- el país estará paralizado este domingo. Los aeropuertos solo funcionarán para vuelos internacionales, no despegará ningún avión con destinos domésticos, y estará prohibida la circulación de vehículos, incluyendo el transporte público, en todo el país. Quienes por alguna necesidad particular sabían que este domingo debían circular con sus automóviles, debían tramitar un permiso especial antes del miércoles pasado. Por eso todos los centros de votación, se encuentran a una distancia que puede ser recorrida a pie por sus votantes. La medida apunta a garantizar la seguridad y desarmar cualquier boicot organizado.

Las urnas estarán abiertas desde las 8 de la mañana hasta las 16 (17 en la Argentina). El tribunal tiene como objetivo publicar el 80% de los cómputos preliminares a las 21 (22 en la Argentina). Los resultados oficiales se darán a conocer en un plazo de siete días.

Con el nuevo sistema, las hojas de recuento de votos se fotografiarán en los colegios electorales y se transmitirán directamente a los centros de recuento. No habrá necesidad de traslado de actas para este recuento preliminar. Observadores internacionales de la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos supervisarán todo el proceso.

Un país desmotivado

Sin embargo, en una recorrida por esta ciudad capital no se percibe el clima preelectoral que suele respirarse en otros países de la región y que cabría esperar ante tantas cuestiones cruciales en juego. En La Paz casi no hay carteles en las paredes ni pasacalles con propaganda electoral, apenas algún que otro grafiti en los paredones de la autopista que desciende desde la vecina ciudad de El Alto.

Los analistas relacionan este fenómeno precisamente con la gravedad de los problemas que acosan a los bolivianos.

“Las preocupaciones de la gente pasan por las colas que tienen que hacer en los negocios para aprovisionarse de alimentos, o en los surtidores de las estaciones de servicio para cargar un combustible que se suele agotar rápidamente y que demanda otras horas de espera en la fila hasta que llega el refuerzo", comentó a LA NACION el analista político Jorge Dulón.

"En este contexto no estaría bien visto que los partidos, que vienen predicando la urgencia de un ajuste, gasten mucho dinero en publicidad“, agregó Dulón.

La primera mecha que puede encender el fuego que amenazará al próximo gobierno es la elección legislativa que también se desarrolla este domingo, pero para la que no habrá segunda vuelta el 19 de octubre.

Hoy se define la conformación del próximo parlamento. Y si el resultado es acorde con los sondeos, ningún partido superará el 25 % de los votos. Eso supone que el próximo presidente deberá enviar sus proyectos a una asamblea extremadamente fragmentada.

Una “democracia pactada”

“El marco ideal, desde el punto de vista de la estabilidad institucional, sería que el conjunto de partidos de derecha que viene liderando los sondeos tenga suficiente mayoría en el Parlamento como para no poner trabas importantes a la aprobación de los proyectos que necesite el Ejecutivo. Por ejemplo, para leyes que impliquen cambios constitucionales se necesita el voto de 2/3 de la Asamblea”, explicó Dulón.

“Claro que esa ‘democracia pactada’ va a dar mucho pie para la corrupción y para la circulación de ‘maletines negros’ que permitan la aprobación de leyes. Y ese sería el terreno propicio para que se vuelva a fortalecer la izquierda y Evo Morales”, señaló el experto.

De hecho, algunos analistas señalan que Morales lanzó la consigna del “voto nulo” este domingo desde su feudo en el Chapare -donde está prófugo de la Justicia que lo quiere detener por abuso de menores- porque en Bolivia el voto en blanco y el nulo no se tienen en cuenta para el porcentaje que obtendrá cada partido. Entonces, asegurado un triunfo amplio de la derecha, Morales sería el único líder opositor en condiciones de aglutinar la resistencia al inminente plan de ajuste. Y el líder cocalero puede decir con honestidad que jamás necesitó hacer circular “maletines negros” en el Congreso porque, con su abrumadora mayoría, la asamblea legislativa se convirtió en una “escribanía” de cada una de sus iniciativas.

Por eso, tanto el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Alianza Libre, como el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional -que según las encuestas preelectorales compartirán el liderazgo de la elección con alrededor del 24 % de los votos- anunciaron a su manera que buscarán la forma de sacar del medio a Morales.

Quiroga le advirtió a Evo esta semana: “Tu futuro es una hamaca caliente en Cuba -si escapas antes que cambiemos gobierno- o una celda fría en La Haya”, la sede de la Corte Penal Internacional.

Doria Medina dijo por su parte en una entrevista con LA NACIÓN, que “cuando Evo Morales vea los resultados de las elecciones, se va a ir a refugiar a Venezuela o a Cuba”.

¿Son creíbles las encuestas?

Todos estos cálculos de candidatos y analistas se apoyan en sondeos que anticipan un amplio triunfo para el bloque de partidos de derecha. Pero, ¿son creíbles las encuestas? En Bolivia —como también ocurre en países desarrollados— no sería la primera vez que el resultado en las urnas contradice a las proyecciones.

Sin ir demasiado lejos, los sondeos de 2020 anunciaban un triunfo del candidato de centroizquierda Carlos Mesa y ubicaban a Luis Arce en un segundo lugar con alrededor del 30%.

Pero el actual presidente se impuso el 18 de octubre de 2020 en primera vuelta con más del 55% de los votos.

El especialista José Rafael Vilar, autor del libro Encuestas, medios y elecciones explicó a LA NACION los motivos de aquel error y profundizó sobre la situación actual. “El problema de 2020 fue que era muy alto el número de indecisos que había en los sondeos previos y su importancia fue desestimada por los analistas. Si uno suma ese porcentaje de indecisos y alguno que otro voto ‘vergüenza’ que no manifestó su verdadera intención, se llega al 55 % que obtuvo Arce”, señaló.

Pero la situación política actual es diferente y el número de indecisos, también.

“Fíjese que en los últimos sondeos, por un lado, los indecisos suman apenas el 5%. Y en segundo lugar, por ejemplo, el candidato oficialista del MAS, el exministro de Gobierno de Arce, Eduardo del Castillo, tiene un 1,83 % de apoyo. El postulante de la izquierda mejor parado, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, de Alianza Popular, apenas llega al 8,46 % de la intención de voto. ¿Cuánto tendría que ser el voto oculto de los indecisos para que haya un cambio significativo que impida un triunfo de la derecha?“, reflexionó Vilar.

Por último, el experto analizó la repercusión que cree que tendrá el llamado de Morales a anular el voto.

“El mito de que Evo arrastra multitudes desapareció en mayo último cuando anunció, textualmente, que 100.000 seguidores suyos llegarían a La Paz para inscribir su candidatura presidencial, que ya estaba prohibida por una sentencia del Tribunal Constitucional que dictaminó que un candidato no puede buscar una segunda reelección. Finalmente los seguidores que llegaron a la capital boliviana apenas superaba el centenar. Por eso, yo calculo que como mucho, un 10% del electorado seguirá su consigna de anular el voto”, concluyó Vilar.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/bolivia-agotada-se-acerca-a-su-mayor-cambio-politico-en-dos-decadas-pero-sin-esperanzas-nid17082025/

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