Es una historia de amor: Guillermina tiene una relación a distancia con el actor Brad Pitt. Y es una estafa: quienes se hacen pasar por él buscan, después de un año y medio de estrecho contacto virtual, el dinero de ella. Ellos invierten tiempo con el dinero como objetivo; ella cree que es el avance a pie firme de una relación que crece. La familia de ella está desesperada.
El anzuelo: el club de fansTodo empezó hace un año y medio, cuando Guillermina (no es su nombre real) entró en un grupo de Facebook de fanáticos del actor. Uno de los miles que existen allí, y con palabra como “fans”, “lovers” hasta “official” en el título. Una actividad inocente: es un actorazo, es muy atractivo, ha tenido una vida muy interesante (y algo polémica), el grupo era un lugar para charlar con otra gente que se interesaba por su vida.
Pero unos meses más tarde se lo confesó a uno de sus familiares más directos. “Te tengo que contar algo: mirá con quién estoy chateando…”, le dijo, y le mostró una conversación. Del otro lado, lejos de sentir sonrisas, hubo silencio. “Ese es un delincuente”, le contestó el familiar. Ella, embalada, ni se inmutó. Y siguió contándole cómo había llegado a estar chateando con Brad Pitt.
La llamada, gancho fatalTodo empezó cuando los administradores del club de fans le dijeron que había sido seleccionada entre los miles de fanáticos para tener una charla “especial”. Ella aceptó, entusiasmada: ¿cómo no lo hacerlo? Era la elegida. La llamaron por teléfono para contarle la sorpresa; el número que la llamaba era del extranjero. Obvio. “Hola”, le dijo la voz en el teléfono. “¿Sabés quién soy?”. Cuando escuchó su voz, Guillermina no tuvo dudas: era Brad Pitt.
Tengo a Brad Pitt en WhatsAppLos motivos por los cuales creyó (y aún hoy sigue creyendo) que quien le hablaba por teléfono era efectivamente el astro de Hollywood es que lo que él le decía (y le dice) coincide con lo que se conoce públicamente de él: su paso por Bastardos sin gloria o El Club de la Pelea, sus otros proyectos, sus parejas presentes y pasadas, sus hijos.
Todos los días Guillermina tiene un contacto: él le manda fotos del lugar en el que está, aunque rara vez se le ve la cara. Ella le manda fotos de sus hijos, nietos y amigas. A veces hablan del futuro: él le promete que pronto se casarán. Ella está convencida de que así será: ¿qué mejor muestra de amor y confianza que Brad Pitt la tenga como contacto en WhatsApp? La quiere tanto que hasta tiene la cara de ella como avatar de Whatsapp.
Pero no todo es color de rosas. A veces discuten cuando en una imagen pública él aparece junto a su pareja, Inés de Ramón, como en una reciente fotografía en el contexto de los incendios en California. Él le jura que no ama a Inés, que todo es una pantalla. “Lo de Inés es por contrato, es para la prensa”, le asegura.
¿Brad? Para los íntimos es WilliamGuillermina es viuda. Tiene 75 años. Trabaja como profesora de inglés. Pero habla varios idiomas más: entre ellos, alemán. La comunicación es siempre en el lenguaje nativo del actor. Ella no tiene problema en entenderlo. La confianza fue creciendo. Cuando habla de él, ella le dice William, tal como le dice el círculo íntimo a William Bradley Pitt.
Me llama desde todo el mundoEn el celular de Guillermina hay registros de llamadas de líneas de diferentes países. Los códigos indican como origen a Estados Unidos, pero también a Nigeria y Costa de Marfil. Se supone que siempre es Brad. Pero a veces duda: teme que el propio William haya contratado alguna clase de hacker para espiar cuánto amor tiene realmente ella por él. Y que es por eso por lo que la pone a prueba en las conversaciones que tiene.
A Guillermina la convencieron para cambiar algunas configuraciones en el teléfono. Su familia todavía no entiende cuáles. Ella le comparte su ubicación todo el tiempo. “Se siente permanentemente acompañada”, dice alguien que la conoce, y explica: “Es una especie de secta, ellos permanentemente le señalan que ‘si vos le contás a tus hijos te van a decir que soy un hacker, no te van a creer’. Se la pasan anticipándole cosas lógicas que le vamos a plantear”. Sus comunicaciones a veces son videollamadas. Algunas de ellas sexuales, donde incluso sabe que la están grabando. Nunca se ve la cara de Brad. Solo les pide que luego las borren.
Te roba el corazón, luego el dineroGuillermina bloquea sus familiares y amigas apenas le cuestionan su vínculo con el actor. “Tiene absoluta creencia que es él”, se resignan. A algunos les llegó a decir que no la “quieren ver feliz”. En los últimos días, llegó a aliviarse de no haber viajado a verlo a California “por los incendios”. Hace algunas semanas, cuando se viralizó la historia de la francesa que perdió más de 800 mil euros creyendo que tenía vínculo con Pitt, se indignó. “Pobres mujeres. Yo le dije a él: pobres mujeres, lo que les está pasando. Él tiene que hacer algo para ayudarlas a que no les pase”.
Al igual que en el caso de la víctima gala, en este año y medio también hubo dinero involucrado. Sus familiares creen que hasta el momento el monto que ella le envió a él no supera los mil dólares. Pero nada está cuantificado. Sí supieron que compró tarjetas de regalo de Apple. Y que aparecieron gastos en las extensiones de la tarjeta de alguno de sus hijos, que luego fueron desconocidos. Ella negó haberlos hecho. Pero la historia empezó a ponerse oscura en el último mes, cuando el supuesto Brad Pitt le pidió una transferencia de 10.000 dólares.
Una membresía de 10.000 dólaresEsos 10.000 dólares que le pidió Brad Pitt por WhatsApp son los que necesita Guillermina para ser parte de una membresía especial. Ser “socia de negocios” de él. Tras “asociarse”, él incluso le prometió mandarle un avión privado a Ezeiza para buscarla y casarse. Ella no tiene visa; él le dijo que no se preocupe, que se encargará de todo. Ella le mandó imágenes de su pasaporte y de su documento de identidad.
Para Guillermina, esos 10.000 dólares son mucho dinero: está jubilada y cobra la mínima ($273.086,5 desde febrero). Así que puso en venta la única propiedad que tiene a su nombre. Hasta publicó un aviso y lo está mostrando, a ver si se puede hacer de fondos frescos, tener la membresía, viajar, casarse. Quiere verlo. Ya lo intentó, pero no pudieron concretar el encuentro: “tengo un contrato con Disney y lamentablemente no puedo verme con alguien que no esté previsto”, le dijo él. Y le dijo que su empleador sabía de esas conversaciones y que si seguía podría tener multas económicas. Por eso, la membresía: una forma de “regularizar” la relación.
El rol de la familiaLos familiares de Guillermina están desesperados con la posible pérdida patrimonial y, mientras tanto, hicieron una denuncia. Ya que es difícil el diálogo para explicarle que no es Brad Pitt quien chatea con ella, la estrategia fue ir por otro lado: lograr que la Justicia los ayude a bloquear cualquier posibilidad de venta. Así, tras una denuncia penal, lograron que actúe la justicia civil y, con una medida cautelar, dispusiera la inhibición de bienes. Por 90 días no puede disponer de su única propiedad, a pesar de que la sigue mostrando. También le bloquearon la posibilidad de girar dinero al exterior por Western Union. Y todos revisan minuciosamente la extensión de las tarjetas y sus consumos.
Pero, más allá de lo económico, hay algo más de fondo: ¿cómo entablar un vínculo lógico con alguien que está convencida de que efectivamente está hablando con William Bradley Pitt? “En un momento empezamos a cambiar la manera”, cuenta alguien del entorno. “Dejamos de insistirle que era mentira y empezamos a seguirle el juego para que nos brinde más información. Gracias a eso nos pudimos enterar de los 10.000 dólares de la membresía”, explica.
“La persona se aísla, nadie le quiere hablar, es de lo único que habla. La gente, las amistades, piensan que perdió la brújula. Se cansan de escuchar siempre lo mismo. Te van alejando y te quedás solo”, explica alguien que conoce la historia. “Hay un tema de autoestima, hacerte creer lo importante que sos, qué tan linda sos, y hay un tema de reconocimiento, esto de sentirte reconocida, que te da bola nada más ni nada menos que Brad Pitt”.
Cómo saber quién está detrás de Brad PittLa primera denuncia llegó a la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Nacional Número 34, a cargo de Juan Pedro Zoni. Desde allí admiten la dificultad de interactuar con justicias en distintas partes del mundo, como India, Nigeria, Costa de Marfil y Alemania, entre otros países. Se trata de una modalidad de estafa romántica cuyos casos abundan: por Tinder, por ejemplo. Utilizan las plataformas y la tecnología para escalar la estafa: más gente posiblemente estafada al mismo tiempo. Y con el agregado actual de automatizar conversaciones a través de la inteligencia artificial. “La sensación es que tienen un sistema de gestión en el que van rotando los operadores”, detalla un familiar.
Este caso tuvo la participación de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC). Lo complejo es que la víctima no fue la denunciante. Se trató de un pedido desesperado de la familia. Allí fue cuando intervino la Justicia civil de forma cautelar para proteger el bien en cuestión.
Horacio Azzolin, de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) explica que este tipo de estafas románticas son poco denunciados. “Acá recibimos una decena por mes, pero no hay conciencia de ser víctima y además hay mucha vergüenza”, describe. Entre los nombres más utilizados, así como el de Brad, aparecen otros como Keanu Reeves o George Clooney.
La usurpación de identidades digitales asociadas a famosos sigue creciendo. Por otro lado, y aunque en este caso la estafa resulta evidente, todavía no hay un método fidedigno que permita determinar si una persona es realmente esa persona cuando se establecen comunicaciones digitales, más allá de desarrollos como los que está probando World con pruebas de humanidad.
Y todavía no se sintieron del todo los efectos que tendrá la inteligencia artificial, en términos de deepfakes, voces, y fotografías: con una herramienta de IA crear una foto de Brad Pitt en cualquier situación posible es solo cuestión de imaginación: ya no es necesaria ninguna habilidad técnica.
Así y todo, muchos eligen creer. Otros, saben que no son ellos. Pero igual es difícil distanciarse de los hechos. Es como dice un familiar de Guillermina. “Yo ya lo odio a Brad Pitt, y él no tiene nada que ver”.