A cualquiera que siga el renovado Mundial de Clubes de la FIFA le retumba en la cabeza la pegadiza melodía de “Freed from desire”, que puede traducirse como “Liberada del deseo”. Suena en cada estadio y cada transmisión, y quien la oye sucumbe a las ganas de cantar su coro universal: “Na-nana-naná...”. La canción hace referencia a una persona que valora el amor, la libertad y la mente por encima de las posesiones materiales. Un tema que sobrevivió en las últimas décadas y se utilizó para protestas y manifestaciones, pero encontró su lugar en las tribunas.
En apenas ocho días, el novedoso Mundial de 32 equipos ya cosecha ingredientes de torneo inolvidable: asistencia masiva, resultados sorpresivos, alta competencia, partidazos y ahora un pegajoso himno propio. “Es una señal inequívoca”, dice el fotógrafo chileno Nicolás Tapia, acreditado en el Mundial de Clubes. “Cada vez que suena la canción, apunto a las tribunas y saco las mejores fotografías de los aficionados, sus rostros son señal de que están pasando un buen momento”.
Freed from Desire“Freed from Desire” salió al mercado en 1996, se convirtió en el hit del verano europeo y vendió seis millones de copias. Cuando la canción mermó su popularidad, nada hacía presagiar que el fútbol la iba a rescatar dos veces del olvido.
Interpretada originalmente por la cantante italiana Gala Rizzatto, veinte años después, la canción cayó en manos de los hinchas del Wigan Athletic inglés, que en 2016 se apropiaron de la contagiosa melodía para alentar a su delantero Will Grigg. “Will Grigg’s on fire, your defense is terrified (Will está encendido, tu defensa está aterrorizada)“.
“Invita a celebrar”Desde entonces, el estribillo sin requisito de idioma se tomó los altoparlantes de los estadios en el Viejo Continente, empezando por la Eurocopa 2016 en Francia y pasando por el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de París en 2024. La fiebre ha continuado desde entonces y el “Na-nana-naná” se instaló como un himno futbolero de la victoria, que se oye incluso en otros deportes como tenis y pádel, pero también en contextos reivindicativos.
“Si quieres usarla en el deporte, está bien. Pero al mismo tiempo, en París, la canción fue usada por mujeres, por la comunidad LGBTQ+, por estudiantes contra el gobierno. Tiene su propia energía. Me alegra que la gente encuentre alegría en ella”, dijo hace un año Gala en una entrevista al diario británico The Guardian.
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Uno de los últimos clubes que armó su fiesta con el clásico del eurodance fue el Liverpool -ausente en el Mundial-, que celebró su título de la Premier League 2024-25 poniéndole ‘play’ en Anfield, y con el coro de sus hinchas y jugadores logró un festejo que rápidamente se hizo viral. “Es una canción para celebrar”, dice Emmanuel Vega, hincha de Boca, que viajó desde Buenos Aires a Florida para el Mundial de Clubes. “Es un buen tema también desde el punto comercial, me invita a celebrar”. Aunque los miles de aficionados del Xeneize tienen su repertorio de clásicos para alentar desde la tribuna, disfrutan de la canción y la incorporan con singular alegría a la fiesta azul y oro.
La segunda resurrecciónGala escribió esta canción en Nueva York, donde la oriunda de Milan, de familia con recursos, se instaló en 1993 a los 18 años. Se matriculó en el departamento de fotografía de la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York. “Me metí en la música porque fotografiaba bailarines, músicos y DJs”, contó alguna vez.
De vuelta en Italia para el verano, Gala se encontró en una fiesta organizada por el DJ Filippo Andrea Carmeni, conocido como Phil Jay. “Fui a verlo. Necesitaba retratos suyos para la portada de su próximo CD. Le ofrecí hacerlas gratis, con la condición de que grabara mi sencillo. Así que acabé en su estudio para las fotos. Cuando vi el micrófono, estaba lista para grabar algo. Lo que fuera. Él marcó el ritmo. Y entonces, recuerdo haber pensado: “Es ahora o nunca”, le contó a Paris Match.
Gala, a quien también se la ha visto en estadios interpretando “Freed from desire”, tuvo que emprender una batalla legal para reclamar los derechos de la canción ante el resurgimiento del éxito en los últimos años. En abril, la cantante le contó también a Paris Match que vive “sin un centavo” en Brooklyn, Estados Unidos, y que en 30 años no había podido aprovechar comercialmente su hit por haber firmado en su momento “un contrato muy injusto”.
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La cantante detalló en la entrevista con la revista francesa sobre cómo le robaron sus regalías y se han “aprovechado” de ella durante 30 años, para quedar en manos de un productor sin escrúpulos llamado Max Moroldo. Cuando conoció a Moroldo en 1995, Rizzatto desconocía por completo los derechos de autor, las regalías y otros derechos de propiedad musical. “Firmé un contrato escandalosamente injusto. No fui tonta, fui ignorante”, admitió Rizzatto. “Pero también, había cosas a mis espaldas que desconocía”.
También compartió cómo ha estado viviendo “sin un centavo en Brooklyn con amigos en habitaciones alquiladas” durante cuatro años, y que la situación es “bastante difícil”. “La gente cree que estoy tomando un martini en una isla del Caribe y que soy multimillonaria por mi canción, pero no es así. No tengo dinero para comprarme un piso. Vivo como una nómada. ¡En las últimas seis semanas, he cambiado de domicilio cuatro veces!“.
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Confesó que le ha costado mucho hablar de su situación actual y que cuando ve “miles de remixes editados y publicados, sin que yo tenga voz ni voto, es terrible. Y es tu nombre. Y Gala no es mi nombre artístico; Gala es mi nombre”. Hace un par de años, logró el derecho a regrabar y recuperar su icónica canción, una noticia que le vino como anillo al dedo a ella y al Mundial de Clubes.
“Gracias a su conexión emocional con los aficionados a nivel global, integrar este clásico musical valida la trascendencia histórica del fútbol y sus clubes, y marca un nuevo capítulo en la evolución del deporte”, explicó la FIFA en septiembre al anunciar la colaboración con Gala para que “Freed from desire” se convirtiera en la firma sonora del torneo.
Al final, todos contentos. Los videos y memes que celebran la elección de la canción inundan las redes sociales en varios idiomas. Una ratificación del alcance del Mundial. Previo al inicio de la competencia, la FIFA anunció que una nueva versión del legendario tema de Queen “We Will Rock You”, interpretada por el artista cubano-americano Pitbull, sería la canción oficial del certamen. Sin embargo, los seguidores del Mundialito ya se decantaron por seguir entregándose al pegajoso ritmo de los doce “na”.
Con información de la agencia AFP