Reliquia ecológica: cuáles son los secretos de la Ciudad Perdida del Dios Mono y la razón de por qué está en peligro de desaparecer

A lo largo de la historia, arqueólogos pertenecientes a prestigiosas universidades y centros de investigación antropológicos descubrieron asentamientos que pasaron desapercibidos para el común de la gente durante miles de años. Más allá de los vestigios de grandes civilizaciones, existen las ruinas de pueblos que no tuvieron tanta influencia o poder, pero cuyos rastros aún permanecen ocultos en las inmediaciones de selvas, bosques o en las profundidades del mar, como sucede con la Ciudad Perdida del Dios Mono o Ciudad Blanca, ubicada en Honduras, la cual esconde una reliquia invaluable en riesgo de desaparecer.

Se trata de la selva tropical de la Mosquitia. Si bien en 1920 Charles Lindbergh detectó desde el aire la presencia de edificaciones con aspecto maya, las expediciones posteriores resultaron un fracaso para aventureros y aficionados, debido al nivel de maleza y la geografía del lugar.

A este sitio solo se puede ingresar por vía aérea, por lo que en 2015, según informó The Independent, un equipo de arqueólogos británicos se adentró en esta porción de territorio virgen para estudiar de cerca los vestigios de una civilización perdida.

Entre los objetos hallados desenterraron una escultura de un hombre jaguar, herramientas de trabajo y otras obras de arte que se conservaron intactas por al menos mil años. Lo cierto es que ese espacio se convirtió, con el paso del tiempo y la falta de presencia humana, en un oasis para la vida silvestre, especialmente para especies en peligro de extinción.

La también conocida como Ciudad Blanca albergó en los últimos siglos ejemplares “extraños” y “asombrosos” para la ciencia, ya que muchos de ellos no habían sido descubiertos hasta entonces. Cabe remarcar que se estima que en el mundo existen alrededor de ocho millones de especies distintas de seres vivos y no todas se identificaron.

Debido a la importancia del lugar, se llevó a cabo el Programa de Evaluación Rápida (RAP) de Conservación Internacional, integrado por arqueólogos, biólogos y otros profesionales.

Durante esa expedición, notificaron la presencia de “246 especies de mariposas y polillas, 30 especies de murciélagos y 57 especies de anfibios y reptiles”, según se indicó en el artículo antes mencionado. Además, 22 de esos seres vivos no habían sido registrados previamente por la comunidad científica, lo que lo convirtió en un verdadero hito.

Sin embargo, a pesar del valor biológico de ese ecosistema que sirvió de refugio a tantas especies, actualmente se encuentra amenazado por el avance de la agricultura indiscriminada, pese a que en 2015 fue declarado área protegida, según informó All That’s Interesting.

El director del RAP, Trond Larsen, afirmó: “La Ciudad Blanca es una de las pocas zonas que quedan en Centroamérica donde los procesos ecológicos y evolutivos permanecen intactos”. Esto motivó su llamado a conservar esta superficie de 10.000 metros cuadrados.

En este enclave, en la selva de la Mosquitia, se detectaron animales que hasta ese momento se creían extintos, como el murciélago de cara pálida, la serpiente coral de árbol falso y un escarabajo tigre.

“Una de las principales razones por las que encontramos una riqueza de especies tan alta y una abundancia de especies amenazadas y de amplia distribución es que los bosques alrededor de Ciudad Blanca permanecen prístinos, a diferencia de gran parte de la región”, describió Larsen y concluyó: “Esto convierte al área en una alta prioridad de conservación para mantener la conectividad paisajística más amplia, que es esencial para la persistencia a largo plazo de la biodiversidad en Centroamérica”.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/reliquia-ecologica-cuales-son-los-secretos-de-la-ciudad-perdida-del-dios-mono-y-la-razon-de-por-que-nid24042025/

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