“¿Y si hacemos grande a un club de fútbol?”. Con esta pregunta, el influencer argentino Valentín Scarsini, de 20 años, “El Scarso” en redes sociales, logró algo impensado: que FC Balzers, una entidad de Liechtenstein que milita en la quinta categoría de Suiza, pasara de ser “el club con menos hinchas del mundo” a convertirse en el de mayor número de seguidores de la nación helvética. Al día de hoy, cuenta con 440.000 seguidores en las redes, una cifra superior a las de importantes instituciones argentinas, como Estudiantes de La Plata, Rosario Central y el último campeón, Vélez Sarsfield.
“Ellos tenían 1057 seguidores, nada más. Lo que me daba ternura era que en su posteo de Navidad tenían solamente 15 ‘me gusta’ y un comentario. ‘No puede ser que estén tan solos’, pensé. A partir de eso, elegí realmente a Balzers”, cuenta el influencer para LA NACION.
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“La idea nació una noche en que estaba tirado en mi cama, con una crisis creativa. No sabía qué contenido grabar, hasta que de repente, cuando estaba por dormirme, se me ocurrió preguntarme qué pasaba si yo quería hacer crecer un equipo de fútbol totalmente al azar. Le pregunté al Chat GPT cuál era el club con menos hinchas del mundo y apareció que era FC Balzers, así que le di para adelante. Yo sabía que le iba a ir bien al contenido, pero no que iba a explotar así”, afirmó.
Unas pocas horas después de su video, la cuenta del club en Instagram comenzó a escalar. “Cuando la primera noche llegamos a 24.000 seguidores, yo dije: ‘Ya está, ya estoy hecho’. Pero ahora que tiene 440.000... ¿qué querés que te diga? Diría que hasta es demasiado. Si me preguntás, es un montón”.
A partir del boom de seguidores, el club se contactó por Instagram con Scarsini y, con ayuda del gobierno de Liechtenstein, lo invitaron a viajar al país europeo. En su visita, documentada en las redes sociales de la institución, el influencer conoció desde dentro el club, participó en un entrenamiento a puertas abiertas, firmó un contrato como futbolista y hasta fue elegido como miembro honorario de Balzers. Ese vínculo en un papel le permitirá, por ejemplo, tener unos 10 minutos de acción en la final de la Copa de Liechtenstein en abril, algo que es, por ahora, una posibilidad. Una suerte de Spreen en Riestra, pero no entre profesionales.
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Nacido en 2004 en Buenos Aires, Valentín Scarsini (@elscarso) comenzó a generar contenido en enero de 2022, un mes después de terminar el colegio secundario. Actualmente cuenta con más de un millón de seguidores entre sus tres redes sociales predilectas: Tik Tok (587.000), Youtube (342.000) e Instagram (285.000). “Yo nunca dije ‘voy a intentar ser creador de contenido’. Es más: me gustaba hacer videos, pero no sé si yo quería esto para cuando fuera grande. De un día para otro esto fue convirtiéndose en mi trabajo y ya no tuve tiempo de elección”, cuenta sobre sus inicios.
Ahora, a pocos días de su regreso al país, el influencer enunció para LA NACION detalles inéditos de su visita al recóndito país europeo de apenas 40.000 habitantes, cifra similar a la de partidos de la provincia de Buenos Aires como Chascomús, Pinamar y Coronel Suárez.
–¿Cómo fue ese momento en el que te contactaron directamente desde Balzers?
–Yo irrumpí con los videos en la mitad de sus vacaciones. O sea que por algún lado habrán querido matarme, pero bueno, me parece que terminó sirviéndoles un poco . Una anécdota muy graciosa es que dos chicas del fútbol femenino de Balzers manejaban la cuenta. Lo que me contaron es que, al recibir tantos mensajes, ellas querían poner en privado la cuenta del equipo, que habría sido el error más grande de la historia para ellos. Uno de los jugadores, el capitán, Sandro Wolfinger, les dijo “ustedes están locas”, y gracias a eso no lo hicieron. Habría sido una catástrofe, porque todo lo que fue amor de la gente se habría convertido en un odio que ni siquiera imaginan.
–¿Cómo fue ese contacto por parte del club para que viajaras allá?
-Cuando arrancó ese crecimiento exponencial de seguidores, ellos me habían dicho que estaban reunidos con sus sponsors, gente del gobierno de Liechtenstein. El 3 de enero me dijeron si quería viajar el otro día. Acepté, y del 4 al 11 de enero estuve allá. Migraciones de Suiza me metió en un cuartito porque no me creían en el aeropuerto. Fue gracioso. Tuve que llamar a un jugador del equipo para que me dejaran salir; estuve semipreso en Suiza 10 minutos. De ahí me fui en auto una hora hasta Liechtenstein, porque ahí no hay nada.
–¿Cómo se vive el fútbol allá?
–Es todo muy chico. Cierran los negocios a las cinco de la tarde, no existen las publicidades, la calle es toda gris. De todas formas, el paisaje es hermoso, lleno de montañas. Hasta ese momento, el fútbol no les importaba nada. Hay dos equipos importantes en el país, o en realidad uno solo: FC Vaduz, que juega en la segunda de Suiza pero supo jugar en la primera. Es el equipo que “representa” a Lietchenstein.
Sin embargo, más allá de las palabras de El Scarso, ahora y gracias al influencer argentino, el equipo de Liechtenstein más reconocido mundialmente pasó a ser FC Balzers.
–¿Cuántos simpatizantes tiene?
–Yo conocí un grupo de hinchas, que son unos ancianos que van todos los partidos a ver a Balzers. Hinchas eran esos cinco, que están siempre en la tribuna. Después, obviamente, van amigos y familiares de los jugadores, pero yo no los cuento como hinchas. Imaginá que el único día en la historia del club en que se llenó la tribuna –de aproximadamente 200 espectadores– fue el del entrenamiento en el que participé.
–¿Qué implica que te hayan nombrado miembro honorario del club?
–Que yo puedo tener participación en decisiones internas. Si quieren echar al director técnico y hacen una reunión, mi voto cuenta. Lo mismo en cuanto a refuerzos y cualquier otra decisión. Eso es muy gracioso. Me parece que el hecho de que a los 20 años sea miembro honorario de un club puede ser un récord Guinness .
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–¿Cómo es el día a día de los jugadores, el director técnico, los dirigentes? ¿Cómo se vive un fútbol tan amateur?
–Lo que pasa mucho en Balzers es que hay un grupo de jugadores muy buenos y otros que podrían ser amigos míos, que van a jugar por recreación. El tema es que nadie vive del fútbol allá. El salario mínimo del país es de 4000 euros, pero el fútbol allá no es un trabajo. Los jugadores firman, pero no es un trabajo, no existe la obligación de pagarles por eso. Los jugadores trabajan como cualquier persona y se entrenan después en equipo.
–Contaste que te preguntaron si harías lo mismo en un club argentino para potenciarlo, pero rechazaste la posibilidad. ¿Cómo vas a seguir después de esto? ¿Continuarás en Balzers o seguirás en otros temas?
–Claramente, esto es un antes y un después en mi carrera. Hasta diciembre pasado venía con una regularidad de creación de contenidos por la que no tenía de qué preocuparme, pero esto fue un boom tan alto que a partir de ahora mi desafío personal es mantenerme. Pero voy a hacerlo en otras cosas. Por unos meses voy a poner en pausa a Balzers. Lo que quiero ahora es buscar nuevos rumbos, sin perder la constancia.