Flavia Pittella: el recuerdo de su mejor amigo, Jorge Lanata, y la obra de teatro sobre el amor que honra su legado

“No se puede vivir del amor y tampoco sin él”, dirá Flavia Pittella, profesora de literatura, autora, crítica y columnista. El año pasado decidió subirse a un escenario por primera vez y montar -con la producción de Andrea Rodríguez, Bárbara Lanata y Diego Scott- un espectáculo sobre la pasión, el romance y los enredos del corazón. Y es que, tal como le pedía Jorge Lanata en sus columnas para el programa Lanata sin filtro en Radio Mitre, Pittella disfruta de preguntarse, leer y pensar el amor: “Es lo único constante en la historia” .

Antes de sentarse a tomar un café con LA NACION y reflexionar sobre los sentimientos más profundos que atraviesan a las personas de “ayer, hoy y siempre”, Pittella se entusiasma con las próximas funciones, en mayo, de No se puede vivir del amor. “Lo interesante es que, cada noche, el público te marca una nueva forma. Me lo habían dicho mil actores, pero no lo creés hasta que estás ahí arriba. Hay risas, suspiros, cosas particulares que se generan de forma distinta en cada función. Hubo mucho laburo previo, muchos ensayos. Estoy totalmente asistida por Diego Scott, Andrea Rodríguez y Bárbara Lanata, que es una gran ayuda, una gran compañera. Ellos tres son los de la idea", cuenta.

-¿Cómo surgió la idea de este espectáculo?

-A partir de una columna que hice en la radio con Jorge , a Andrea se le ocurrió llevar esto del amor a escena. La pasamos muy bien trabajando juntos y nos entretiene en este momento difícil.

-El espectáculo busca indagar en el significado del amor a lo largo de la historia...

-¿Qué es el amor? ¿El Cupido? ¿El rechazo del amor? A partir de algunos interrogantes, buscamos textos de distintas épocas de la humanidad que hablen del amor ¡Y todos dicen lo mismo! Muchas veces con las mismas palabras y las mismas imágenes.

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-La temática del amor es una constante en la humanidad...

-La única constancia en nuestras vidas como seres humanos es el amor. Es paradójico, no hay ningún otro sentimiento que se sostenga permanente en todas las clases sociales, en todas las sociedades, en todas las culturas, como el amor. Los griegos sufrían por lo mismo que nosotros. No sólo eso. También lo expresaban de la misma manera. Cuando pensaban en cómo llegaba el amor, Ovidio hablaba de Cupido y Borges dice lo mismo en El amenazado, o Laura Esquivel en Como agua para chocolate. La idea del fuego, de la pasión, del ardor, del insomnio asociado al enamoramiento. Desde un tango hasta un poema del siglo XIX todos coinciden en lo que le pasa a un enamorado cuando siente la desilusión del abandono.

-¿El espectáculo habla sólo del amor romántico o también indaga otras formas de amar?

-Solo de amor romántico, porque cualquier otro tipo de amor requiere otro stand-up (risas). La amistad es en sí mismo un tópico muy interesante y muy desarrollado en la literatura, pero es totalmente diferente al amor romántico. En la amistad hay una reciprocidad que el amor romántico no requiere: vos podés estar enamorada toda la vida de alguien sin que la otra persona lo sepa, o podés estar enamorada de alguien que está muerto, pero no podés ser amigo de alguien que no es tu amigo.

-Si bien el amor parece ser un sentimiento atemporal, ¿No creés que fueron cambiando las formas de amar?

-El sentimiento es universal y atemporal, aunque es interesante pensar en los condicionamientos sociales, culturales o religiosos. ¿Cómo históricamente se formatearon las relaciones amorosas de maneras intrusivas? ¿Cómo se relaciona, por ejemplo, la virginidad con el amor? ¿La idea del matrimonio con el amor? Vivian Gornick plantea que en el siglo XX ya no se pueden escribir historias de amor épicas con final feliz.

-¿Por qué?

-Porque el matrimonio no es para siempre, porque aparece más contundentemente la idea del divorcio, el existencialismo y la idea de que todos nos morimos mañana. El concepto de lo efímero se traslada al amor, entonces ya no es fácil escribir historias de amor.

-¿En el siglo XXI, el amor es visto como una estafa?

-Sí, creo que la sensación de que el amor es una gran estafa puede ser es una muy linda forma de ponerlo. A lo mejor también es que el amor por sí mismo no es suficiente. Hay un texto maravilloso que publica Alfonsina Storni en LA NACION en 1920, que se llama ¿Por qué las maestras no se casan? No necesitaban casarse porque eran autosuficientes. O sea, se anticipa 10 años a Virginia Woolf en Un cuarto propio. Desde finales del siglo XIX, las escritoras plasman la importancia absoluta de la libertad antes que cualquier otra cosa. El matrimonio vivió trabas, de hecho, el casamiento entre distintas clases sociales estuvo y a veces sigue estando mal visto. Hoy hay una sensación de desilusión con el amor. Estamos en la sociedad del sexting, de las relaciones más virtuales que reales, de cada vez más casos en los que la gente encuentra más fácil relacionarse de manera virtual que presencial.

Puertas adentro

-¿Cómo viviste vos el amor? ¿Te casaste?

-Estoy en pareja hace 24 años con un nombre a quien yo saqué a bailar en 1989 y tenemos una hija, pero no me casé. Bah...¡Nos casamos en Las Vegas, pero nunca firmé un papel! Cuando tenía 24 años, con cinco amigas de la facultad leímos La mujer comestible, de Margaret Atwood, que narra a una mujer que se empezaba a autofagocitar mientras preparaba su casamiento. Entonces hicimos un pacto de sangre con mis compañeras de la facultad y dijimos que nunca nos íbamos a casar.

-¿Y todas cumplieron el pacto?

-¡Sí! Ninguna se casó. Todas tuvimos hijos, parejas hermosas, pero nunca nadie firmó ningún papel. Yo sentía que firmar un papel era atarme algo. Eso era algo que Jorge me discutía muchísimo.

-Lanata era un romántico...

-¡Se enojaba mucho cuando yo contaba esto! Era un romántico empedernido, el gordo p... . Es que él se casaba con la vida. Él siempre quería mostrar su amor y me decía: ‘Vos sos una desalmada. El amor se demuestra con gestos’. -se emociona- . En cada cosa que digo me viene algo de él y no lo estoy pasando muy bien con su muerte, la verdad. Lo extraño mucho. Era muy generoso, extremadamente generoso; diría que hasta medio tonto con las cosas del amor porque no tenía dobleces. Era lo que veías, exactamente lo que veías. Hizo muchas cosas por amor. ¡Él vivía enamorado! Para mí, lo más lindo era hablar de novelas de amor con él, porque se reenganchaba. Nos encantaba Fragmentos del discurso amoroso de Roland Barthes, él se lo sabía de memoria.

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-Un intelectual que no tenía miedo de ser cursi...

-Jorge era un enamorado del amor. Jorge era romántico, o sea, las cosas románticas que hizo con sus mujeres no tienen nombre. Cursi, cursi, cursi.

-¿Era de regalar flores y ese tipo de cosas?

-Sí. Era un galán, era un galante. Él admiraba mucho a las mujeres, también en lo laboral. Siempre puso a las mujeres en lugares de centralidad en su vida. Por eso le gustaba trabajar con mujeres, porque decía que éramos más inteligentes que los hombres. Yo tenía un amor platónico con él, tuvimos una amistad muy profunda, incluso me ofrecí a darle mi riñón cuando lo necesitó. Necesitabas estar con él muy poco tiempo para darte cuenta que lo único que le importaba era amar y que lo amaran.

-¿Qué era el amor para él?

-No sé si había algo más que le importara. Creo que el amor para Jorge era todo. Creo que él vivió para querer y que lo quieran.

-¿Cómo vivís el periodismo post Jorge Lanata?

-No encuentro con quién hablar porque, para mí, el desafío intelectual era sentarme a hablar con él. Nos unió mucho la poesía, mucho. Él era un gran lector de poesía. Sabía mucho más de poesía que yo. Entonces, muchas veces nuestras comunicaciones eran para compartirnos poemas o canciones.

-¿Qué poeta te dejó?

-A César Vallejo. A mí Vallejo me costaba y aprendí a amarlo gracias a él. Se lo debo a él en un cien por ciento.

Para agendar

No se puede vivir del amor. Funciones: 9 de mayo en el Paseo La Plaza y 30 de mayo en el Teatro Metro, en La Plata. Las entradas se pueden adquirir en Plateanet.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/teatro/flavia-pittella-el-recuerdo-de-su-mejor-amigo-jorge-lanata-y-la-obra-de-teatro-sobre-el-amor-que-nid26042025/

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