Un conflicto por el uso indebido de un espacio público al costado de la autopista Panamericana escaló en el ámbito judicial. La situación involucra al propietario de una agencia de autos de Pilar, a la concesionaria vial Autopistas del Sol y a la Justicia Federal. La disputa, que comenzó con una denuncia por la ocupación de un terreno para exhibir vehículos, derivó en el secuestro de nueve rodados y el procesamiento del dueño de la concesionaria que ocupó un predio en Panamericana.
¿Qué decidió la Justicia sobre los vehículos secuestrados?El juez federal de Campana, Adrián González Charvay, rechazó el pedido de devolución de los nueve vehículos que Carlos Alberto G., propietario de Autos Pilar Premium, solicitó. El empresario argumentó un perjuicio económico y una afectación a su derecho a trabajar, pero el magistrado consideró el dictamen del fiscal federal Sebastián Bringas, quien expuso impedimentos legales para la restitución directa al imputado.
El fiscal señaló que la devolución de automotores, como regla general, corresponde a su titular registral. Carlos Alberto G. no figura como propietario de seis de los vehículos, ya que los tenía en consignación para la venta. Respecto a los otros tres, que habría recibido como parte de pago, la situación es similar.
La resolución establece que cualquier devolución a los titulares registrales queda supeditada a una condición: que el imputado instituya a favor del tribunal una caución suficiente y equivalente al valor del rodado, por considerar que los utilizó como instrumentos para cometer el delito.
Los vehículos secuestrados por "desobediencia"Por qué delito está procesado el empresarioCarlos Alberto G. enfrenta un procesamiento sin prisión preventiva por el delito de desobediencia a un funcionario público. Además, el juez González Charvay ordenó un embargo sobre los bienes del imputado hasta cubrir la suma de 300 millones de pesos.
La causa judicial se inició por una denuncia de Autopistas del Sol. La empresa afirmó que varias concesionarias, entre ellas Autos Pilar Premium, MV Automotores, Blue Cars y FDG Motors, utilizaban el terreno parquizado lindante a la autopista, a la altura del kilómetro 39,6 en Pilar, como una playa de exhibición permanente. Según la denuncia, se apropiaron del espacio público, que pertenece a la Dirección Nacional de Vialidad, como si fuera una extensión de sus locales comerciales.
Cuál fue el hecho que derivó en el secuestroTras la denuncia y una investigación preliminar, el juez González Charvay ordenó el desalojo de los vehículos del predio. El pasado 7 de junio, con la intervención de la Prefectura Naval, los responsables de las concesionarias retiraron los automóviles y recibieron una notificación fehaciente de la prohibición de volver a ocupar el lugar.
Cuatro días después, el magistrado ordenó a la Prefectura verificar el cumplimiento de la medida. Los agentes constataron que, mientras las otras agencias acataron la orden, Autos Pilar Premium había vuelto a estacionar vehículos en el terreno fiscal.
Los autos secuestrados por orden judicialCarlos Alberto G. se negó a declarar oralmente, pero presentó un escrito. En el texto, desligó su responsabilidad y atribuyó el hecho a la “torpeza y el descuido” de sus empleados. Sostuvo que él no advirtió la situación y que, de haberlo sabido, habría ordenado la remoción de los autos. Su defensa alegó la ausencia de dolo, un requisito del tipo penal de desobediencia, al afirmar que no fue él quien cometió la acción.
El juez desestimó este argumento en su resolución de procesamiento y afirmó que “ha quedado acreditado en autos, que el responsable de Autos Pilar Premium deliberadamente desobedeció la orden que fue emanada por esta Judicatura”. Agregó que, tras cumplir inicialmente con el desalojo voluntario, el empresario “incurrió en desobediencia al volverlos a estacionar en el lugar de donde los había retirado”.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.