Entre su larga lista de víctimas estuvieron los actores Arturo Puig y Selva Alemán, fallecida en septiembre pasado. Se trata de una organización criminal que “exhibió una notable permanencia”, según explicó el fiscal José María Campagnoli, para cometer “delitos indeterminados”, sobre todo robos en casas de los barrios porteños de Belgrano, Núñez, Colegiales, Coghlan, Villa Ortuzar, Villa Devoto y Villa del Parque.
El “éxito” de los golpes, donde se hicieron de un botín de un botín de joyas, relojes de primera marca, monedas de oro, dólares y sumas millonarias en pesos, hizo que los delincuentes tuvieran una vida a plena comodidad: viajes a los EE.UU., alquileres de departamentos en Puerto Madero y que tuvieran una flota de camionetas 4x4 y autos de alta gama.
Pero ahora, la mayoría de sus integrantes, están próximos a enfrentar un juicio oral y público donde serán juzgados de delitos como asociación ilícita y robo triplemente agravado por haber sido cometido en lugar poblado y en banda, con efracción y por haber causado lesiones graves.
El debate estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) porteño N°18. La causa fue elevada a juicio por la jueza en lo criminal y correccional porteña Fabiana Galetti.
“El obrar de esta organización se orientó hacia la concreción de delitos contra la propiedad, las personas, la administración y la fe pública, en tanto se documentó su intervención en más de una decena de gravísimos asaltos perpetrados en horas de la madrugada en casas particulares habitadas, que lucen una apreciable tipología común”, sostuvo el fiscal Campagnoli en el requerimiento de elevación a juicio al que tuvo acceso LA NACION.
Serán ocho los delincuentes que estarán sentados en el banquillo de los acusados. Otros tres integrantes de la banda están prófugos.
“Esta banda demostraba el despliegue de un elevado grado de organización previa y un accionar común, coordinado, que se dirigía a aumentar sus probabilidades de éxito tanto en el desapoderamiento como en su impunidad posterior, pues adoptaba múltiples recaudos con el propósito de no dejar rastros directos de su intervención en cada hecho. Así, cubrían su cuerpo, rostro y manos con ropas oscuras, pasamontañas (o elementos similares) y guantes, a la vez que solían subdividirse en grupos más pequeños que abordaban distintas tareas (traslados, roturas de accesos, reducción de las víctimas y la concreción material de los despojos, entre otros). Además, contaban con una onerosa flota de vehículos, dentro de la cual solían escoger al menos dos que utilizaban para concurrir a las viviendas que pretendían violentar“, explicó Campagnoli en el citado requerimiento.
El primer hecho que se le adjudica a la organización criminal ocurrió el 29 de marzo del año pasado en la casa de los actores Puig y Alemán, en la calle Migueletes, en Belgrano. Los ladrones irrumpieron en la propiedad después de cortar las rejas de uno de los ventanales.
Los delincuentes aprovecharon que el inmueble estaba vacío. Puig, de 78 años, estaba internado en la Clínica Zabala porque había contraído dengue. Su esposa lo acompañaba. Se apoderaron de dos pares de aros ámbar con piedras plateadas marca Swarovski, un reloj Chronograph, dos relojes Victorinox, un reloj Emporio Armani negro, un reloj Tagheuer azul, 3000 dólares, un collar enchapado en oro, siete pulseras de plata, un collar de la casa de joyas Belgiorno y ropa, para después escapar en un automóvil Citroën C4 Cactus.
Casi un mes después, el 26 de abril pasado, la banda volvió a actuar. En esa oportunidad, el “blanco” elegido fue una casa situada en Cramer al 2900, en Núñez. Los ladrones sorprendieron al propietario cuando dormía. La víctima fue inmovilizada. “Le taparon tanto los ojos como la boca con almohadas, la maniataron colocándole precintos en las muñecas, le ubicaron sus manos sobre la espalda y la dejaron acostada boca abajo”, según se desprende del expediente judicial. Los ladrones se robaron 1200 dólares, 40.000 pesos, una mochila Adidas, un taladro rotopercutor industrial de 12v con sus accesorios, una campera para lluvia y un set de toallas.
Una madrugada, la banda protagonizó dos robos con diferencia de dos horas. Uno de los atracos ocurrió en La Pampa al 4100, en Villa Ortuzar, y en Delgado al 700, en Colegiales. De una de las casas, los delincuentes se llevaron, 6800 dólares, un reloj antiguo que la víctima había recibido en herencia, tres monedas mexicanas de oro y una cámara fotográfica modelo Eros Rebel T100, objetos valuados en 10.000 dólares.
“Es dable puntualizar que los perpetradores utilizan un mismo modus operandi para ejecutar los diversos eventos estudiados, pues arribaban en horas de la madrugada a las viviendas seleccionadas oportunamente y lo hacían a través de distintos vehículos, cuyas chapas patentes alteraban en cada uno de los sucesos (utilizarían placas clonadas o sustraídas de sus vehículos originales)”, explicó en su momento el fiscal Campagnoli.
En uno de los golpes, ocurrido la madrugada del 1 de junio del año pasado en una casa del barrio de Villa Devoto, la banda se hizo de un botín de 13 millones de pesos que las víctimas tenían en una caja fuerte.
En otro de los hechos investigados, ocurrido el 29 de junio pasado en Colegiales, después de reducir a las víctimas, que fueron sorprendidas, mientras dormían, los ladrones gritaron: “¿Dónde está la plata? Decinos, dale, sabemos que vendiste”. Tenían el dato de una operación inmobiliario que había ocurrido 48 horas antes. Se llevaron joyas y 70.000 dólares.
“Esta banda delictiva -que podría hallarse integrada por más miembros, los que aún no se encuentran individualizados a raíz de los grandes esfuerzos y recaudos adoptados para ello- contaba con el acuerdo previo de todos sus integrantes y una organización funcional claramente delimitada, se encargaba de los preparativos, la inteligencia, la cobertura de los injustos y la perpetración de los mismos, cuyo acaecimiento se tiene por acreditado”, afirmó Campagnoli al pedir que los sospechosos vayan a juicio.
Durante la instrucción de la causa y en el momento de solicitar la elevación a juicio del expediente, el representante del Ministerio Público resaltó el trabajo hecho por los detectives de la Policía de la Ciudad que participaron de la investigación.
“Lo cierto es que el prolijo trabajo de investigación llevado adelante por la División Investigaciones Comunales 13, la Sección Apoyo Rápido a Intervenciones de Monitoreo, la División Extracción y Análisis de imágenes y, en definitiva, el Departamento de Monitoreo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, ha permitido establecer que -más allá de que exhiban chapas patentes diferentes- condujo a tener por acreditado que todos estos episodios son producto de una misma empresa criminal“, sostuvo el fiscal Campagnoli.
Uno de los sospechosos atrapados, identificado en el expediente judicial como Cristian Gabriel Robledo, alquilaba un departamento en un edificio de Petrona Eyle al 300, en Puerto Madero, por el que pagó, 2040 dólares por 90 días.
“Por su parte, la empresa Autopistas Urbanas SA informó que Cristian Gabriel Robledo adhirió al sistema de Telepase una camioneta Volkswagen Amarok, un vehículo Mercedes Benz GLE, un Fiat 500, un auto BMW 135i, y una camioneta Jeep Renegade Sport”, según el expediente judicial.
Además, Robledo, en junio del año pasado, viajó a los Estados Unido juntos con su pareja. Cada pasaje en avión le salió 1053 dólares. La pareja se fue el 19 de junio pasado y regresó el 5 de julio último.
Después, la pareja viajó a Chile, según los registros migratorios consultados por los investigadores. La novia de Robledo, a mediados de julio, volvió a subirse a un avión para volar a los Estados Unidos.
No es la primera vez que a Robledo lo acusan de robar casas. En 2020 y 2021, LA NACION publicó una investigación del por entonces fiscal de Vicente López Alejandro Musso (hoy a cargo de Unidad Fiscal Especializada en Investigaciones de Ciberdelito del Departamento Judicial de San Isidro) sobre una banda que, después de hacer pasar por operarios de empresas de TV por cable, irrumpía en inmuebles. Esa organización criminal se había hecho de un botín de 100 millones de pesos en diez atracos.