El día señalado llegó. El garaje cobija en su interior el auto, y la imagen con el buzo de Alpine que viste el frente del box acelera las pulsaciones. El reestreno de Franco Colapinto en la Fórmula 1 empieza a tomar forma y el Gran Premio de Emilia-Romagna, la séptima fecha del calendario, que iniciará la actividad en la pista este viernes con las prácticas, relanzará al argentino en el Gran Circo. Las tareas del pilarense en el autódromo Enzo y Dino Ferrari, de Imola, están en marcha desde antes de que arribara al tradicional trazado europeo, que resultó un talismán en su paso por las categorías teloneras.
Cuando la credencial del piloto de la escudería que tiene sede en Enstone habilite el acceso al circuito, el bonaerense de 21 años desandará una caminata por el paddock y múltiples sensaciones lo envolverán: un nuevo viaje y viejos conocidos se combinarán con la ilusión de marcar territorio en los próximos cinco grandes premios, una meta ineludible para extender la permanencia como titular en un equipo que se reestructura y que entre los cambios que ensayó eligió modificar la alineación de pilotos, al reemplazar con el argentino al australiano Jack Doohan.
“Me pone muy contento empezar en Imola, porque tengo muy buenos recuerdos de varias carreras. En realidad, con Italia tengo una gran relación, porque tanto en Imola como en Monza gané en la Fórmula 2 y en la Fórmula 3. Yo debuté en Monza , por eso tengo una historia muy linda con Italia”, relató Colapinto en una entrevista que Alpine grabó en la fábrica, el espacio en el que el argentino trabajó en el simulador en las últimas cuatro fechas de la temporada, en las que fue soporte de los pilotos Pierre Gasly y Doohan.
El lazo del argentino con la nación europea es novelesco, porque Italia es el país que lo arropó al comenzar su sueño de ser parte de la elite. Con apenas 14 años, el pilarense vivió en una habitación de la fábrica CRG, uno de los fabricantes más relevantes de karting, que posee instalaciones en Desenzano del Garda, provincia de Brescia. Correr en Europa era por entonces su ilusión, pero Franco nunca pensó que la fuerza de su personalidad, la voracidad y la velocidad en la pista forjarían este maravilloso presente.
La incertidumbre que rodeó su futuro al terminarse la temporada 2024, luego de que Williams confirmara a Alexander Albon y Carlos Sainz como pilotos titulares, finalizó el 9 de enero pasado, cuando Alpine anunció su contratación como piloto de pruebas y de reserva con el respaldo de Flavio Briatore, el asesor ejecutivo que ahora también desarrollará la función de team manager, después de la dimisión de Oliver Oakes tras el Gran Premio de Miami. La figura del argentino en el garaje y en la fábrica se convirtió en una presión para Doohan, que, sin resultados y con bajísimos rendimientos, fue empujado a dejar el asiento.
“Ser parte de Alpine es muy importante. Queremos ser consistentes y sumar puntos. Es lo que merecen este equipo y la marca Renault. La idea es afianzarnos bien arriba. Este equipo tiene mucha historia y dejó un legado importante en la categoría”, comentó quien tendrá que lidiar con la irregularidad del modelo A525, que mostró ser competitivo en Bahréin pero también poco confiable en otros circuitos.
Con un cambio de reglamento que modificará el escenario en 2026, las escuderías destinan personal y presupuesto en las últimas actualizaciones para ser competitivas en esta temporada, aunque sin dejar de enfocarse en la gigantesca misión de diseñar un auto que marque el pulso el próximo año, cuando se impondrá una nueva generación de coches híbridos con requerimientos estructurales y aerodinámicos renovados. Quedar rezagados sería un golpe que involucraría varios años de recuperación, una pérdida que se reflejaría en la pista y repercutiría en la fábrica. “Tenemos muy avanzado el coche de 2026, pero también grandes planes para el de esta temporada. Los avances llegarán en las próximas carreras”, apuntó el director técnico de Alpine, el ingeniero David Sánchez, que se unió a la equipo francés tras sus pasos por Renault, Ferrari y McLaren.
Adaptarse al A525 es el primer reto para Colapinto, que en sus pruebas en la pista manejó el A523. El año pasado debutó en Williams con apenas 400 kilómetros de manejo, pero el ensayo en Silverstone, en el Gran Premio de Gran Bretaña, gestó el reemplazo a Logan Sargeant. “Trabajar en mi manejo, conocer el auto y los neumáticos. Estoy seis carreras atrás comparado con los demás y hay muchas cosas que tengo que aprender del coche. Este auto es muy diferente al coche al que estaba acostumbrado, pero no tengo dudas de que vamos a poder hacerlo”, apuntó con confianza Colapinto, que en 2024 sorprendió por el modo en que se adaptó al FW46 de Williams y en cómo absorbió la cantidad de información que le brindaron los ingenieros antes de la carrera en Monza.
Recortar la brecha que Gasly estableció en la qualy sobre Doohan, mejorar el ritmo de carrera y gestionar los neumáticos para elaborar diferentes estrategias son tareas que Colapinto tendrá que desarrollar en los próximos cinco grandes premios. La vara con la que se midió el rendimiento del australiano ahora recaerá sobre el argentino, que en 2024 enseñó virtudes con las que alumbró a varios equipos.
Para la fecha en Imola, Pirelli, el fabricante que provee de neumáticos a la F. 1, estrenará un compuesto, el C6, que es el más blando de todos los que presentó la marca italiana. Con un dibujo veloz, curvas sin grandes complejidades y un piso poco abrasivo, los ingenieros simularán el rendimiento de la nueva goma, que posiblemente sea considerada para la qualy, pero en menor medida para la carrera. El mismo compuesto se presentará en Mónaco y en Canadá, este último, el único de los cinco circuitos totalmente desconocido para Colapinto.
“Hay muchos chicos que están empezando a andar en karting. Es un deporte un poco nuevo para muchos argentinos, porque pasaron muchos años sin un argentino en la Fórmula 1. Estoy feliz de ser yo quien represente el país y ojalá sea así por muchos años más”, se entusiasma Colapinto, que tiene la hora señalada para el reestreno.