En momentos de volatilidad e incertidumbre como los que se están viviendo en estos días no es conveniente modificar drásticamente los planes de producción ni las rotaciones de cultivos en las empresas. Las perspectivas de precios pueden cambiar rápidamente y un brusco golpe de timón puede comprometer la sustentabilidad de una empresa llevada muy bien durante varios años.
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El concepto viene a cuento porque en muchos productores hay una sensación de que la soja será un mal negocio en la campaña 2025/26 y que resultará conveniente volcarse hacia otros cultivos de mayor rentabilidad. Sin embargo, el partido puede cambiar con el correr de los minutos y lo que parece una victoria del maíz puede transformarse en un empate o incluso en una pérdida con el correr del reloj.
En ese sentido, Sebastián Olivero, responsable de Commodities de StoneX, recuerda que hace unas semanas el Departamento de Agricultura de Estados Unidos estimó una reducción del área sembrada con soja del 4,1%, a 33,8M/ha, y un aumento en el área de maíz de 5,2%, a 38,6M/ha, en ese país. Sin embargo, estas estimaciones fueron hechas antes de que se desatara la guerra comercial con China.
El presidente de los EE.UU., Donald Trump, luego de su primer anuncio, volvió para atrás e impuso un intervalo de 90 días para la aplicación de los aranceles, excepto para China, con lo cual el producto agrícola más afectado será la soja. En ese contexto, la baja de precios de la oleaginosa ocurrida en Chicago, la incertidumbre sobre lo que va a pasar y los mejores márgenes del maíz, está llevando a que muchos farmers miren al cereal, el cultivo estrella en Estados Unidos, con mejores ojos que a la soja.
Esta tendencia incipiente está reflejada en el mercado de Chicago, donde la posición más próxima para el maíz cotiza 192US$/t, mientras que diciembre cae a 183. Sucede que con un área sembrada que podría superar los 38,6M/ha y buen clima, el gigante norteamericano podría producir cerca de 400M/t, récord histórico, lo que supone un riesgo de precios para el cereal que se produzca en la Argentina.
En síntesis: la soja puede no ser el patito feo en la campaña 2025/26 porque Estados Unidos, el segundo productor mundial, puede reducir el área sembrada más de 4,1% y porque China va reorientar sus compras hacia Sudamérica si continúa la guerra comercial con Estados Unidos.