Inter Miami terminó con mal sabor luego del empate ante Palmeiras: ganaba 2-0, pero se derrumbó en el último tramo y los brasileños no solo le igualaron el encuentro, sino que le arrebataron el primer puesto del grupo, de cara a los octavos de final. Todavía fastidioso por el resultado, Lionel Messi se retiró con gesto adusto, aunque en el camino alguien le hizo cambiar el semblante. Al pie de campo, lo esperaba una leyenda del fútbol brasileño, Djalminha, que se fundió en un abrazo con el 10.
Djalminha fue figura a fines de los 90 y principios de los 2000, campeón de la Copa América 97 con la selección de Brasil y ganador de varios títulos con el sorprendente e inolvidable Deportivo La Coruña 1999-2002, donde tuvo de compañero nada menos que a Lionel Scaloni. Al pasar por su lado, Messi se detuvo, le brindó un abrazo y una breve charla, tras lo cual le regaló la camiseta que acababa de utilizar.
“Es que no conocíamos hace un tiempo ya. Además siempre lo elogié, él tira caños hacia adelante, nunca hacia atrás. Es un jugador fenomenal, me encanta“, le contó Djalminha al diario español Marca.
Un aspecto hermoso de Messi es cómo reconoce y distingue a los cracks de antes: Zidane, Ronaldo, Baggio y hoy Djalminha ❤️. También expresa su amor por el futbol en el respeto por la historia del juego. Maradona era igual. Siempre se puede ser más grande. pic.twitter.com/Kpz9MXaPIb
— JPV (@JPVarsky) June 24, 2025El excompañero de Lionel Scaloni en La Coruña, se encuentra en este Mundial de Clubes cubriendo los partidos de los equipos brasileños para un medio de comunicación de su país. Al poder reencontrarse con Leo Messi y recibir su camiseta como obsequio, Djalminha se mostró feliz y así quedó atrás unas declaraciones de Djalminha en 2010 en las que aseguraba que Ronaldinho había hecho más por el Barça que Messi. Años más tarde se retractó y llegó a afirmar que el argentino era el mejor jugador del mundo.
Djalminha fue jugador de Palmeiras antes de llegar La Coruña, donde vivió sus mejores años como futbolista. Recientemente regresó a la ciudad herculina acompañado por uno de sus hijos y recibió el cariño de una afición que no olvida sus seis temporadas en el club blanquiazul y la consecución de cuatro títulos, incluyendo la Liga del 2000.
Un empate con sabor amargoInter Miami y Palmeiras empataron 2 a 2 en el Hard Rock Stadium, de Miami, en un gran partido por la tercera y última jornada del Grupo A del Mundial de Clubes. En un juego con múltiples emociones, espantaron la posibilidad de acordar un resultado para perjudicar a Porto y a Al-Ahly, los restantes integrantes de la zona, que en el otro encuentro se repartieron puntos en un intenso 4-4 que no les bastó para seguir adelante.
Punteros con cuatro unidades, el juego entre los locales y los paulistas era una pulseada definitoria rumbo a los octavos de final: la igualdad empujó a las Garzas y a los brasileños a los octavos de final, aunque las sensaciones resultaron distintas: los locales, que llevaban una ventaja de dos goles, no pudieron sostener la diferencia, ofrecerle el mejor regalo de cumpleaños a Lionel Messi y en el mata-mata se medirán contra Paris Saint Germain. Palmeiras se adueñó del grupo y en la siguiente instancia tendrá a Botafogo como rival, lo que asegura un equipo brasileño en los cuartos de final.
Fue un partido con altísima tensión en el que dominaron los extranjeros en ambos equipos. Es que apenas un futbolista estadounidense alistó Inter Miami para el trascendental partido: Noah Allen. El resto, seis argentinos: Messi, Ustari, Federico Redondo, Marcelo Weigandt, Tadeo Allende y Tomás Avilés; el uruguayo Luis Suárez; el español Sergio Busquets; el venezolano Telasco Segovia y el chileno Maximiliano Falcón, los intérpretes que escogió el director técnico Javier Mascherano. Palmeiras también tuvo una fuerte presencia de futbolistas extranjeros en su plantel y cinco de ellos fueron elegidos por Ferreira: el argentino José López, el paraguayo -y capitán- Gustavo Gómez, el colombiano Richard Ríos, los uruguayos Facundo Torres y Joaquín Piquerez.