Siete veces titular y ocho goles en la actual campaña de la Champions League. El primer jugador de la historia de Inter que marca en cinco partidos consecutivos en el torneo internacional por excelencia de clubes de Europa. Con 20 festejos es el máximo anotador de los nerazzurri en los calendarios de la Champions… Lautaro Martínez es el artillero y el líder de un plantel que vuelve a soñar en grande, también el capitán que contagia y empuja a los tifosi a ilusionarse con conquistar el continente.
El Toro es la bandera de un equipo que ambiciona replicar el triplete que Inter dibujó en la temporada 2009/10, cuando por única vez se alzó con la Orejona, el Scudetto y la Copa Italia. El festejo trepado a los carteles de publicidad y con el público desatado como fondo en el 2 a 2 con Bayern, resultado que clasificó a Inter para las semifinales, en las que se medirá con Barcelona, una postal del feeling entre el ídolo y los hinchas.
Segunda vez en tres años que Inter se mezcla entre los mejores cuatro de la Champions League. Esta vez, en un juego que combinó tensión, drama y desahogo, después de 18 minutos frenéticos –entre los 13 y 31 del segundo tiempo–, en el que los goles alteraron los estados de ánimo. El triunfo 2-1 en el juego de ida, en Múnich, donde el 31 de mayo se disputará en el Allianz Arena la final, ofreció un alivio a Inter, que se enseñó cuidadoso, contenido, a la expectativa de lo que podía ejecutar y practicar su rival en el desquite.
La responsabilidad del cuadro alemán de revertir la serie tenía antecedentes que favorecía a los bávaros, que en 1989 y en 2011 doblegaron a los italianos luego de perder el primer encuentro en casa. El gol de Harry Kane provocó que los viejos fantasmas sobrevolaran nuevamente el estadio Giuseppe Meazza, aunque la aparición de Lautaro Martínez sofocó lo que podía convertirse en una noche de lluvia y de frustración.
Con una definición sublime silenció a los germanos en el primer capítulo, con un remate en el que descargó toda su potencia y la furia contenida –la pelota que partió desde un córner golpeó su mano, pero el VAR no intervino– levantó a los tifosi en la transitoria igualdad 1 a 1 que sirvió de combustible para unos y se impuso como un golpe de martillo para otros. El Toro deja su sello sin importar el modo, el gol lo robustece y su figura se agiganta.
“Fue un partido épico, lo recordaremos por mucho tiempo. El Inter tiene dos pelotas… así de grandes. El Inter no se rinde, tiene personalidad, corazón y cabeza. Sufrimos, pero demostramos una vez más que podemos hacer cosas grandes. Cada año que empieza intentamos ganarlo todo”, apuntó el líder, que desbordó felicidad y utilizó unos minutos de la entrevista para dedicarle la clasificación a sus familiares y a los habitantes de Bahía Blanca, su ciudad natal, que se repone de una fatídica inundación.
Resumen del empate y la clasificación de InterInter se acostumbró en los últimos años a festejar Scudettos y la Copa Italia, falta devolver el brillo a las vitrinas con la conquista de la Champions League. Manchester City, en un partido áspero, borró la sonrisa que pudo dibujarse en 2023 en la final que se disputó en Turquía. Siete titulares de aquella noche de desazón se repitieron en la alineación que dispuso ayer el entrenador Simone Inzaghi: además de Lautaro Martínez estuvieron Francesco Acerbi, Alessandro Bastoni, Nicoló Barella, Matteo Darmian, Hakan Calhanoglu y Federico Dimarco. “En los últimos años crecimos y ganamos títulos. Enfrentamos a un grandísimo rival y el que viene ahora es de jerarquía. La clave es estar siempre concentrado, trabajando con humildad”, aportó en la charla con ESPN, sobre las virtudes que empujan a Inter a ser protagonista en todos los frentes.
Una rápida respuesta anímica puso el resultado a favor con el remate de cabeza del francés Benjamín Pavard –ex de Bayern–, aunque los alemanes demostraron más resto físico, igualaron con otra estocada de un futbolista británico, Eric Dier, y echaron un último asalto para llevar la definición a tiempo suplementario. El Toro, que a los 35 minutos del segundo tiempo fue reemplazado por Mehdi Taremi, sufrió a la par de los hinchas y con el pitazo final se soltó para abrazarse con sus compañeros y celebrar junto con los hinchas.
En el calcio, la pulseada es con Napoli; el Milan será el rival en la final de la Copa Italia, mientras que Barcelona lo esperará, como 15 años atrás, para dirimir a un finalista en la Champions League. Aquel fue un cruce apasionante, con múltiples situaciones: desde el viaje en micro de los catalanes, porque los vuelos estaban cancelados por las cenizas volcánicas, y una exhibición de los dirigidos por José Mourinho en el primer episodio, a la resistencia –después de la expulsión de Thiago Motta– en el Camp Nou, con el camerunés Samuel Eto’o cumpliendo la función de lateral. Aquel año, Lautaro Martínez debutó en Racing y miraba a la distancia a Diego Milito, leyenda neroazzurra y el autor de los goles de la final. Un espejo en la que se mira el Toro, el líder de un gigantesco sueño.