MADRID.- El presidente español Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), se sacaron chispas esta mañana en el Congreso, en la primera sesión de control a la que asistió el mandatario socialista para dar explicaciones por la causa de corrupción conocida como “el caso Ábalos”. El recinto fue un hervidero que dejó preocupaciones en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pero no por el previsible ataque del líder oposición, sino por los inesperados cuestionamientos de algunos aliados parlamentarios, votos que son clave para asegurar su permanencia en el poder en medio de la tormenta política de estos últimos días.
Después de haber pedido disculpas al hacerse público que el secretario de organización del PSOE, el diputado Santos Cerdán, había participado en un esquema de corrupción que cobraba comisiones por la entrega de obras públicas, Sánchez cambió su actitud ayer cuando en una conferencia de prensa desafió al PP a reunir los votos necesarios para presentar una moción de censura en el Congreso y, así, removerlo de su cargo. Esa misma actitud retadora presentó hoy Sánchez cuando comenzó su discurso, a las 9 de la mañana (hora local).
📺 TV en DIRECTO | Sánchez: "El único adelanto que va a haber no es el de las elecciones, es el de la sentencia de muchos casos de corrupción que afectan al PP. La corrupción cero no existe, pero en mi organización la expulsamos, a diferencia de ustedes" https://t.co/WvaQFMRpSH pic.twitter.com/ApZ0wyxSxR
— EL PAÍS (@el_pais) June 18, 2025Sánchez aseguró que “la corrupción cero no existe, pero lo que sí existe es la tolerancia cero con la corrupción” y recordó que había exigido la renuncia de Cerdán horas después de enterarse de las escuchas telefónicas obtenidas por la Guardia Civil que involucraron al dirigente de su máxima confianza. Acusó al PP de encubrir casos de corrupción de sus administraciones en las comunidades autónomas y ratificó en el Congreso lo que ya había dicho en los últimos días: no convocará a elecciones y su legislatura continuará hasta 2027, como está previsto.
“Usted ha venido a decir que no convoca elecciones porque las perdería. No tiene que salvar a los españoles de sí mismos, los españoles tienen que salvarse de usted y esperan su carta de dimisión”, le respondió Núnez Feijóo, aplaudido por la mitad del Congreso.
El cara a cara con Sánchez, ida y vuelta, se hacía imposible de moderar por los gritos que cruzaban los diputados y sus asesores, una bronca como pocas veces se había visto en el recinto. “Usted es un presidente profundamente atrapado en una trama de corrupción. Por mucho que se maquille, usted no es la víctima. Las víctimas somos los españoles”, insistió Feijóo.
Moción de censuraEl líder del PP recordó durante su intervención que le faltan cuatro votos para presentar una exitosa moción de censura, un mecanismo constitucional para remover al presidente de gobierno en España.
El partido opositor cuenta, además, con el apoyo de Vox, la formación de ultraderecha, pero no puede sumar nuevos consensos parlamentarios con el resto de los bloques. Una moción de censura fallida -insisten en el PP- le dará más oxígeno a Sánchez en medio de una crisis que lo acorrala cada día con nuevas revelaciones en el caso Ábalos que nadie sabe cuándo ni dónde terminarán.
#EnDirecto | Feijóo advierte a Sánchez que no descarta una moción de censura: "Tranquilo, no me faltan ganas, me faltan 4 votos. Si aparecen no lo dudaré ni un instante. Quién sabe si aparecerán" pic.twitter.com/8hND7LMhCI
— Europa Press (@europapress) June 18, 2025Aliados en dudaEl talante de Sánchez cambió de repente, cuando el diputado catalán Gabriel Rufián, un aliado del gobierno socialista, tomó la palabra. “Ustedes dicen que actúan cuando detectan la corrupción. Pero no, fue cuando la detectó la Guardia Civil. Usted quiere que nosotros nos creamos que supo antes de ayer quiénes eran Ábalos y Cerdán, con los que compartió miles de horas en viajes por todo el país en un coche. Jure y perjure que no estamos frente a la Gürtel del PSOE, que no va salir un ‘P. Sánchez’. La izquierda no puede robar, esta gente (el PP) sí. No nos hagan escoger entre corruptos cutres y corruptos premium”, lo atacó el líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) ante la mirada descolocada de los socialistas.
La acusación de Rufián es apenas un ejemplo del malestar de los aliados con el gobierno socialista, que intentan mantener un equilibrio entre el daño que puede ocasionarles ser cómplices de la corrupción en el PSOE y el beneficio que significa ser socios del presidente, especialmente para las fuerzas políticas regionales, como las vascas y catalanas, que encuentran en Sánchez un interlocutor para entregar beneficios a sus comunidades.
Si el discurso de Rufián había sorprendido, también hizo sonar las alarmas del PSOE la actitud de Sumar, la cuarta fuerza electoral. Los funcionarios más importantes de sus aliados de izquierda, que es un desprendimiento de Podemos, decidieron pegar un faltazo en el Congreso. Yolanda Díaz, vicepresidente del gobierno, dejó su banca vacía, todo una declaración sobre la molestia de esta aliada clave para Sánchez.
Dentro del socialismo, sin embargo, aseguran que sus aliados le han confiado en privado que no estarían dispuestos a quitarles el apoyo porque unas elecciones anticipadas le darían el triunfo en bandeja al PP, indicaron hoy distintas fuentes citadas en diarios españoles. Aunque la reacción de los aliados estará atada a las revelaciones que puedan aparecer sobre el caso Ábalos, un goteo mediático que podría dejar a Sánchez fuera de La Moncloa si su nombre apareciera mencionado.
La relación de amistad que Sánchez mantenía con los principales involucrados en el entramado de corrupción permiten imaginar que su nombre pudiera haber sido invocado por alguno de ellos. El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, su asesor Koldo García y el exdiputado Santos Cerdán fueron las personas que armaron la campaña interna para que Sánchez tomara el liderazgo nacional del PSOE allá por 2014. Tras la victoria interna y cuando el socialista desembarcó en La Moncloa fueron recompensados con cargos públicos. Ábalos, primero, y Cerdán, después, fueron designados como secretarios de organización del PSOE hasta que estalló el escándalo.