Leonardo Macías y su esposa dejaron Colombia en 2015. Emigraron a Brasil, donde vivieron hasta que la pandemia les impidió trabajar, y luego viajaron a Estados Unidos. Su idea era quedarse un tiempo y ahorrar para estudiar en Canadá, pero no pudieron concretarla y finalmente se instalaron en Carolina del Norte. Años después, el temor a ser detenidos por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) los llevó a tomar una difícil decisión: regresar a su tierra natal.
De Brasil a EE.UU., un plan temporal que se volvió permanenteLa llegada de la pareja a Estados Unidos nunca fue parte de un proyecto definitivo. Según contaron a La Noticia, su intención era quedarse en territorio estadounidense solo unos meses con su visa de turistas y reunir dinero para cuando se mudaran a Canadá. “Nunca pensamos en quedarnos ilegal, hicimos todo por la vía legal", explicaron.
El proyecto estaba avanzado. “Ya me habían aceptado para estudiar en una universidad en Canadá y estábamos próximos a irnos“, dijo Leonardo. Sin embargo, todo se frustró poco antes del viaje: “Nos negaron la visa y tuvimos que pedir un reintegro del dinero de la universidad”.
Sin un plan alternativo, la pareja solicitó una extensión de su visa de turismo para permanecer en Estados Unidos.
En los primeros años, se adaptaron y trabajaron en múltiples oficios: construcción, limpieza, pintura, panaderías, restaurantes, tatuajes y una pequeña empresa de fotografía.
Mientras tanto, intentaron legalizar su situación migratoria por diferentes vías, pero los abogados consultados les dijeron que su única opción era solicitar asilo y, para ello, debían inventar una historia que sustentara su solicitud. No lo hicieron. “No nos gusta mentir y al hacer un asilo sin necesidad, toca mentir y hacer una historia que no teníamos”, explicó Leonardo.
El temor a ser detenidos por el ICE y ser deportadosPara poder trabajar abrieron una LLC (Limited Liability Company), una estructura que les permite a los migrantes que no son residentes permanentes establecer un negocio. También obtuvieron licencias de conducir temporales. Ese permiso tenía fecha de vencimiento: en noviembre de 2025.
“Como están las cosas, va a ser difícil renovarla y aquí en Carolina del Norte se necesita un número de Seguro Social”, explicó el extranjero, quien reconoció que, tras el cambio de gobierno teme que su situación se complique. “Me invade el miedo de que un día no pueda regresar a casa con mi esposa y mi hijo porque me detengan y vean que no tengo licencia vigente”, dijo.
Su esposa comparte el temor. “A principios de año, Paola estaba asustada con el nuevo Gobierno porque él (Donald Trump) es racista con nosotros, pero fue hace unos dos meses que empezamos a sentir más presión mental”, agregó. Las redadas masivas y los informes sobre deportaciones de personas sin antecedentes encendieron todas sus alarmas.
Leonardo además tiene miedo de que sus tatuajes sean motivo de sospecha. “Escuché casos de gente que terminó en El Salvador (la mega prisión de Nayib Bukele), solo por tener tatuajes” y aunque aclaró que los suyos no tienen nada que ver “con ninguna pandilla” no quiere correr riesgos.
El regreso a Colombia, la única opción seguraAnte la imposibilidad de legalizar su estatus migratorio, decidieron que no querían vivir con miedo constante a ser deportados. Por ello, planean regresar a Colombia con su hijo de un año y medio.
Sin embargo, volver a su país natal implica gastos elevados que están fuera de su alcance. Por ello abrieron una campaña en GofundMe para recaudar fondos que ayuden a cubrir los gastos del regreso. Esperan poder viajar a su país y volver a vivir sin temor a ser separados.