Una elección con tres conclusiones tan contundentes como desafiantes

Toda la incertidumbre que marcó los días previos a las elecciones porteñas se disipó en la tardecita de este domingo con una contundencia mayor a la esperada para dejar, al menos, tres conclusiones muy claras y categóricas que delinean los contornos de la nueva geografía política.

Antes que nada, resalta que el ganador indiscutido de esta elección de legisladores porteños ha sido el oficialismo libertario, al obtener su primer triunfo en una elección local, y nada menos que en el cuarto distrito del país en número de electores, con el agregado de la postulación al frente de esa lista de uno de los principales representantes de Javier Milei, como es el vocero presidencial, Manuel Adorni.

La victoria le da, así, un fuerte respaldo a la gestión mileísta y le abre un escenario auspicioso al espacio oficialista para encarar las elecciones nacionales y la segunda y última parte del actual mandato presidencial.

Javier Milei celebró el triunfo de Adorni: “Hoy se pintó de violeta el bastión amarillo. Ahora, a pintar de violeta todo el país”

La Libertad Avanza quedó, además, mucho más cerca de la posibilidad de apropiarse de la representación de la inmensa mayoría del electorado que se ubica del centro a la derecha. Todo o casi todo a lo que aspiraba en esta instancia.

En segundo lugar, esa novedad insoslayable queda parcialmente afectada por la agudización de una tendencia inquietante: la caída en la participación, que ya venía registrándose, para alcanzar un récord absoluto en una elección porteña.

Ayer se produjo una estrepitosa caída de 12 puntos respecto de la asistencia alcanzada en los anteriores comicios legislativos locales y algo más de 20 puntos respecto de la media histórica porteña desde la recuperación de la democracia. Casi uno de cada dos electores habilitados decidió no concurrir. En números absolutos, no fueron a votar unos 250.000 ciudadanos que sí lo habían hecho en 2021, cuando todavía regían limitaciones y preocupaciones por la pandemia del Covid, y hubo 400.000 menos que en 2023.

El índice de asistencia de este domingo ubica a los comicios porteños en el segundo lugar del ranking de menor participación porcentual de todos los realizadas hasta ahora este año. Solo lo supera Chaco, donde, en una forzada alianza con la UCR, LLA también pudo festejar, aunque en un rol secundario.

El colapso de la participación asoma como un llamado de atención demasiado grande. La ciudad de Buenos Aires tiene uno de los electorados más informados y politizados del país. Este domingo, esos ciudadanos que le dieron la espalda a los comicios emitieron un mensaje que la comunidad política, pero también a todas las élites dirigenciales, están obligadas a interpretar por qué no se sintieron interpelados para ser parte de uno de los principales actos del sistema democrático.

En tercer lugar, y no menos importante, es que se acaba de registrar la primera derrota de un oficialismo local. Pro, que ha sido el partido hegemónico de la ciudad de Buenos Aires durante 20 años, pierde su primera elección local para confirmar un fin de ciclo.

El ocaso del macrismo

El mapa que alguna vez fue absolutamente amarillo acaba de pintarse del violeta libertario y una parte de celeste peronista. El futuro del macrismo ahora no es sencillo de pronosticar, pero es un hecho que este resultado lo acerca a su ocaso definitivo. Probablemente, también, más lejos de cualquier acuerdo superestructural con La Libertad Avanza, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

Al mismo tiempo, lo obliga a buscar gobernabilidad para los dos años y medio que le quedan a Jorge Macri al frente de lo que ha sido la cuna y el bastión del macrismo.

El eufórico ingreso de Javier Milei al escenario del búnker de LLA

Ahora el jefe de Gobierno (también Mauricio Macri, su primo expresidente) queda bajo la lupa política y ante un complejo desafío para gobernar por su decisión (nunca suficientemente explicada ni entendida) de convocar tan anticipadamente las elecciones locales, con la idea de municipalizarlas, pero sin contar con índices positivos netos de aprobación de su administración ni de su imagen.

Además, lo hizo sin tener una figura para encabezar la lista que pudiera identificarse con los mejores momentos de los gobiernos amarillos. Silvia Lospennato, que se ha destacado por buenas razones como diputada nacional, fue forzada a inmolarse, sin ser suficientemente conocida por los votantes de la ciudad y sin que su nombre se asociara en nada con las problemáticas locales.

El macrismo en los últimos años ha demostrado una extraña capacidad para premiar a sus dirigentes más destacados degradándolos. Tiene mucho por revisar, pero sin saber si le queda tiempo y soportes para hacerlo. El desgajamiento de votantes y sobre todo de dirigentes es casi seguro que no ha concluido.

A Pro le sigue pasando factura su incapacidad para definir dónde ubicarse respecto de Milei desde que este logró pasar a la segunda vuelta presidencial y dejar afuera a la ahora ferviente mileísta que entonces era su candidata, Patricia Bullrich. Desde entonces, la pérdida de nitidez de su rumbo e identidad ha sido creciente. Es un hecho que el liderazgo part-time de Mauricio Macri, tan excluyente hacia adentro como oscilante frente a los libertarios, ha sido ineficaz no ya para devolverle la competitividad a Pro, sino, al menos, para conservar lo que tenía. Este domingo por la noche mismo volvió a exponer las dificultades que lo aquejan para definir su posicionamiento, su narrativa y su visión de futuro.

En cambio, el discurso de Lospennato, tras la derrota, marcó tal vez la más fuerte distancia con los libertarios, sus modos y sus acciones políticas, que incluyeron hasta la fabricación y difusión de fake news hechas con inteligencia artificial generativa para perjudicarla. Nada que debería sorprender a los macristas. No son prácticas novedosas de los espacios que han tenido o tienen por consultor al equipo del superasesor presidencial Santiago Caputo.

Ganadores y perdedores de una elección con impacto nacional

Sin embargo, nunca antes sus autores o difusores firmaron las campañas sucias como lo hicieron en los últimos días algunos de los principales propagandistas e influencers que el oficialismo tiene en las redes sociales. Mucho menos que el líder del espacio político y, más aún, Presidente de la Nación les diera un aval. No solo no cuestionó esas prácticas sino que optó por ningunear a las víctimas de esa operación, como lo hizo con Macri, al que calificó de “llorón” y frágil. De “cristal”, le dijo. Y no se refería a la transparencia.

Lo ocurrido implica otro llamado de atención sobre la salud democrática. Si esto ocurrió en una elección que operó a modo de aperitivo, cabe preguntarse si fue un banco de pruebas y, en consecuencia, qué podría ocurrir en la gran disputa por la futura conformación del Congreso de la Nación. Allí el Gobierno se jugará nada menos que la posibilidad de concretar las reformas de fondo que tiene pendientes para poder llevar a cabo su proyecto de transformación radical en lo político y económico, pero también en el plano cultural.

Tal vez el Gobierno no deba esperar tanto para ver las consecuencias de haber llevado esta disputa con el macrismo hasta esos límites en su afán de quedarse con la representación total del espectro que va del centro a la derecha más extrema.

“El triunfo y las agresiones que hubo con Pro nos pueden complicar mucho en lo inmediato y para la elección de octubre. Esta semana será muy desafiante en el Congreso y podemos perder un par de votaciones clave en las que se resolverá la presidencia de la comisión investigadora del caso $LIBRA, la composición de la AGN, temas previsionales y la creación de un fondo para discapacidad”, advirtió una voz muy autorizada cercana a la presidencia de la Cámara baja y de la jefatura del bloque libertario. Los festejos pueden durar poco.

Los dilemas peronistas

Menos nítidas asoman las conclusiones que pueden sacarse del resultado obtenido por la lista del peronismo atenuado, que lideró Leandro Santoro, quien aparecía como el favorito, ante la atomización de la oferta del centro a la derecha en cuatro listas. Por lo pronto su actuación resulta insuficiente para decir que se le abre a él un futuro más auspicioso en el plano local. Tampoco parece que pueda aportarle algo de oxígeno al perokirchnerismo en el bastión bonaerense, donde se jugará su supervivencia. Tal vez, solo active el instinto de supervivencia y sirva para poner en pausa la guerra fratricida del cristinismo.

Santoro y el gran armador de su lista, el ubicuo presidente de la Auditoría General de la Nación, Juan Manuel Olmos, podrán argumentar (así lo han hecho) que el segundo lugar, a menos de tres puntos del oficialismo nacional, y con la representación peronista también fragmentada, no es un mal resultado presente y para el futuro. Pero es un hecho que el mismo candidato obtuvo cinco puntos menos y perdió 140.000 votos respecto de su actuación en 2023.

La performance de todos los candidatos que se identifican con el legado de Juan Perón demuestra que el electorado porteño sigue siendo mayoritariamente refractario al peronismo. La suma de los votos obtenidos por las tres listas peronistas no logra empatar los votos que recibió el vocero presidencial.

De todas maneras, en el oficialismo admiten que no pueden relajarse. Las heridas abiertas con el macrismo podrían conjugarse con la reagrupación y reordenamiento que el oficialismo advierte en el peronismo. Ahí miran con temor y suspicacia algunos movimientos para sellar fisuras adjudicados al infatigable Sergio Massa, que nunca se rinde. Toda una amenaza.

Por último, quien consiguió este domingo su objetivo de mínima es el exjefe de gobierno porteño y exprecandidato presidencial amarillo hace solo dos años, Horacio Rodríguez Larreta. Aunque sus ocho puntos que lo posicionaron en el cuarto lugar no le aseguran ningún futuro.

Muy pronto, la foto de este domingo puede empezar a quedar vieja para muchos. La política sigue en estado líquido, aunque Milei y los suyos representen lo más sólido de esa escena. Más aún a partir de estos comicios.

Sin embargo, la sostenida y abrupta caída en la participación ciudadana parece transmitir un estado de insatisfacción ciudadana que lejos estaría de saldarse.

Algunas conclusiones de la elección porteña parecen tan contundentes como desafiantes.



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/una-eleccion-con-tres-conclusiones-tan-contundentes-como-desafiantes-nid18052025/

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