En la quinta de los Anchorena: es la segunda iglesia más grande de la Ciudad y fue escenario de la primera boda televisada del país

Es un emblema del barrio de Palermo y la segunda iglesia más grande de la Ciudad. Hace décadas, el altar de la parroquia San Benito fue el escenario de la primera boda televisada del país. Aunque su construcción empezó en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, hace 85 años, todavía se encuentra sin terminar.

“Muchas de las principales iglesias de Buenos Aires fueron levantadas gracias a grandes donaciones individuales: Santa Rosa de Lima, el Santísimo Sacramento... Esa es una diferencia importante con esta iglesia, que no contó con un benefactor único y predominante en la etapa de construcción”, dice Eneas Pampliega.

A su lado Daniel Moffa asiente: “Es una iglesia que se hizo a pulmón”. Ambos son parte de la comisión dedicada a juntar fondos y administrar la obra de terminación del templo San Benito Abad.

-Para empezar, ¿cómo llegaron los benedictinos a Buenos Aires?

Eneas: -Entre 1914 y 1915 llegaron a Buenos Aires seis benedictinos provenientes de la Abadía Castellana de Santo Domingo de Silos, en Burgos, España. Entre ellos se encontraba fray Andrés Azcárate. Su primera parada fue en la localidad bonaerense de Carlos Casares, pero al año siguiente se trasladaron a la Capital, donde pasaron por distintos barrios hasta establecerse finalmente en la zona de Belgrano-Palermo. Allí construyeron la capilla del Santo Cristo, que está aquí al lado y que fue terminada e inaugurada el 22 de diciembre de 1925.

A la capilla se la conocía como Capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y en ella se comenzó a cantar la misa y vísperas en gregoriano, todos los domingos, que fue toda una novedad en el barrio.

-¿Y cómo surge el proyecto de una iglesia “abacial”?

Eneas: -A partir de entonces, comenzó una gran movilización porque los benedictinos son una orden muy preocupada por la liturgia. En ese contexto apareció el padre Azcárate, quien escribió un misal que gran parte de los católicos argentinos utilizaba en esa época y los años siguientes. Él fue quien guió el crecimiento del Monasterio de San Benito hasta convertirlo en abadía. Así apareció el proyecto de esta gran iglesia abacial. Para los benedictinos, alcanzar el rango de abad es el máximo nivel dentro de la orden.

-¿Cómo compraron estas tierras? ¿Quiénes los ayudaron en ese proceso?

Eneas: -Entre 1922 y 1923 comenzaron a comprar las tierras. Recibieron la ayuda de un hijo y heredero de Ernesto Tornquist, Adolfo, que era sacerdote de la Orden de los Salesianos, muy amigo y benefactor de los benedictinos. Compraron toda la manzana, con excepción dos o tres pequeñas parcelas.

Además del valioso apoyo del padre Adolfo, los benedictinos organizaron varias colectas impulsadas por un grupo de damas entre las que se contaban las señoras de Meyer Pellegrini, Pirovano, Sánchez Elía, Alvear, Madero, Victorica Roca y muchas otras, junto con varios caballeros amigos.

La primera adquisición fue la quinta de los Anchorena, ubicada sobre la calle Maure. Allí restauraron la casona, de la cual todavía se conserva una parte (hoy convertida en la casa parroquial), y más tarde compraron el resto de la manzana a los descendientes Tornquist.

-Y comenzaron la construcción de la iglesia abacial

Eneas: -Sí. El 25 de diciembre de 1940 se bendijo la piedra fundamental, que hoy forma parte del muro y está señalada en el lugar. Los padrinos fueron el matrimonio Adolfo Blaquier y Marta Unzué de Blaquier. Al año siguiente, comenzó la obra, a partir un boceto del padre Eleuterio González, un benedictino. Lo primero en levantarse fueron los cimientos de la cripta y la estructura de hormigón armado hasta una altura de siete metros. También se construyó el claustro, con arcadas y capiteles románicos que imitaban el de Silos. Pero las obras quedaron interrumpidas por falta de recursos y el impacto de la Segunda Guerra Mundial. En 1950, con donaciones de Carlos Pérez Companc, Mario Hirsch Carmen Villanueva Guerrico de Gutiérrez y Zelmira G. de Von der Heyde, se reanudaron las obras y se terminó la construcción, aunque solo en su interior. Porque esta iglesia tiene la particularidad de haber sido construida de adentro hacia afuera.

-¿Cuándo fue la inauguración?

Eneas: -Se inauguró a principios de los años 60, fue probablemente el primer lugar en la Argentina donde se desarrolló el culto con la nueva liturgia aprobado por el Concilio Vaticano II. Con pisos de tierra todavía, pero con una gran movilización espiritual.

La boda

Unos años después de su inauguración, el 3 de marzo de 1967, Palito Ortega y Evangelina Salazar dieron el sí en el altar de la parroquia. Fue un evento inolvidable: el primer casamiento transmitido por televisión en la Argentina, en un programa especial conducido por Pipo Mancera y seguido por miles de televidentes.

El país entero vivió ese momento. La ceremonia alcanzó un rating histórico de más de 60 puntos, una cifra impensada hoy, y cientos de personas de se acercaron a la iglesia para ver a la pareja más famosa del momento. Ellos se habían conocido en 1965 durante el rodaje de “Mi primera novia”.

En una entrevista, Palito recordó entre risas que ese día apenas pudo oír al párroco, Lorenzo Molinero: “Había tanta gente en la iglesia y el bullicio era tan grande que al cura no le escuché una palabra. Es más, tendría que casarme de nuevo para poder escuchar bien una ceremonia de ese tipo”, bromea Ortega. El cantante, incluso, se despistó a la hora de dar formalmente el “sí, quiero”. “No escuché cuando el cura me dio la indicación, así que me tuvieron que hacer señas para que respondiera”.

Después de la boda, viajaron de luna de miel a Acapulco y al sur de los Estados Unidos. Palito aprovechó además para grabar algunas canciones, antes de volar a España para filmar junto a Rocío Dúrcal, mientras Evangelina volvía a Buenos Aires para protagonizar “Jacinta Pichimahuida”, el gran éxito de su carrera.

Otro de los grandes nombres que pasaron por el altar de San Benito fue Martín Palermo. El ídolo de Boca Juniors se casó allí con Lorena Barrichi, el 23 de diciembre de 2005. Luego de la ceremonia religiosa, amigos y familiares de los novios festejaron en el Tattersall del Hipódromo de Palermo.

Más cerca en el tiempo, en octubre 2008, la actriz Victoria Rauch, recordada por Montecristo y Don Juan y su bella dama, se casó allí con Hernán Araya Tere. Su hermano, Gerónimo Rauch —exintegrante de Mambrú— emocionó a todos con un “Ave María” durante la ceremonia. Entre los invitados hubo varias figuras del espectáculo, como Celeste Cid, Gonzalo Heredia, Cris Morena, Mario Pasik junto a Marta Betoldi, y Patricia Viggiano.

Torres de luz

“La obra avanzó lentamente hasta que los benedictinos decidieron marcharse. ¿Por qué? Fieles al espíritu de San Benito y a su regla de 'ora et labora’ (rezar y trabajar), buscaban un lugar de campo donde pudieran trabajar con sus manos. Pero Buenos Aires, ya muy urbanizado, no les ofrecía esa posibilidad. Así que se fueron y quedó solo un sacerdote al frente de la Capilla del Santo Cristo, que aún hoy pertenece a la orden. La parroquia, en cambio, pasó al Arzobispado de Buenos Aires. La iglesia quedó terminada por dentro, pero sin el revestimiento exterior y esa falta de cobertura le trajo muchos problemas: el agua se filtraba por todos lados y la estructura comenzó a deteriorarse”, explica Eneas.

-¿Qué pasó después, cuando se dieron cuenta de que el deterioro avanzaba?

Eneas: -Por las filtraciones se llegó a la conclusión de que si no se actuaba, cada vez se iba a deteriorar cada vez más hasta un punto que sería imposible solucionarlo. Fue por eso que en 2014 se formó una comisión de laicos para la terminación del templo, somos ocho.

Daniel: -Nuestra idea es terminar la parroquia para fin de año. Ya se revistió el exterior y nos falta terminar las dos torres, por eso le pusimos de nombre al proyecto Torres de Luz. La idea es hacerlo para el aniversario 100, en diciembre de este año.

Esta etapa incluye la finalización de las dos torres, que funcionarán como verdaderos faros: tendrán campanarios iluminados que proyectarán su luz sobre la comunidad y el barrio. También contempla la reconstrucción de la cruz original, realizada ahora en un material más liviano y moderno, pero respetando el diseño de siempre. Además, se completarán las agujas revestidas en cobre, en armonía con la cúpula central del templo; se pondrán en valor los miradores, que llevan casi 70 años construidos sin haberse utilizado, y se instalarán campanas de vidrio iluminadas en ambas torres.

“Seguimos adelante con la fe en San Benito que así como ayuda a todos los fieles, sin duda no va a abandonar a su casa”, concluye Eneas.

Quienes deseen ayudar en la finalización del templo, la parroquia ofrece distintas formas de donación en su página web (click aquí)



Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-la-quinta-de-los-anchorena-es-la-segunda-iglesia-mas-grande-de-la-ciudad-y-fue-escenario-de-la-nid10092025/

Comentarios

Comentar artículo