Los ministros de Salud de la Argentina y de Estados Unidos concretaron ayer el encuentro que se habían prometido, de manera más informal, desde el comienzo del nuevo mandato de Donald Trump en ese país. Por videoconferencia, durante 15 minutos, ambos funcionarios sobrevolaron medidas como la desregulación del sector, los precios de los medicamentos, la calidad de la evidencia detrás de las aprobaciones rápidas de nuevas drogas y las reformas regulatorias.
“Fue un primer acercamiento para empezar a buscar líneas de trabajo en común”, resumieron a LA NACIÓN desde la cartera sanitaria que dirige Mario Lugones sobre el encuentro.
La reunión del ministro argentino con su par estadounidense, Robert Kennedy Jr., comenzó alrededor de las 11.30 de este martes y llevó un cuarto de hora. Ambos venían teniendo contacto informal y estuvieron acompañados por miembros de sus equipos de trabajo.
Por el Ministerio de Salud de la Nación, participaron Cecilia Loccisano, viceministra de Salud; Roberto Olivieri Pinto, jefe de Gabinete, y Mariana Vázquez Durand, directora nacional de Relaciones Internacionales. Por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, lo hicieron Kenneth Callahan, asesor senior de Políticas e Implementación; Bethany Kozma, asesor jefe de Políticas y Estrategias de la Oficina de Asuntos Globales; Nelson Arboleda, director de la Oficina para las Américas, y Mackenzie Klein, oficial senior de la Oficina para las Américas.
CoincidenciasTras el encuentro, el Gobierno informó sobre coincidencias entre ambos equipos en la “disminución de los precios de los medicamentos para garantizar un mejor acceso a tratamientos” y “la preocupación por la cada vez más acelerada salida al mercado de drogas sin suficiente evidencia científica de sus efectos en la salud de los pacientes”. Aun cuando no surgió expresamente durante la conversación, eso va en línea con argumentos oficiales para la reciente creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnología Sanitaria (Anefits), que la Casa Rosada no termina de formalizar con su publicación en el Boletín Oficial.
Lo que indagó Lugones en los minutos que duró la videoconferencia fueron “las reformas” que Kennedy Jr. impulsa en la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés), agencia regulatoria con funciones como la Anmat. En un discurso dirigido al personal de la FDA hace unas semanas, el funcionario criticó que la agencia se haya convertido en un “un títere” de la industria que debía regular e instó a los empleados a informar “si se está aprobando algo que no debería aprobarse”. Medios locales que vienen cubriendo las medidas del funcionario indicaron en las últimas semanas que en la FDA atraviesa un recorte de alrededor del 20% de su plantel profesional y renuncias voluntarias en áreas que tiene a su cargo el proceso de aprobación o control de productos. Kennedy Jr también cuestiona el uso de la “vía rápida” (aprobaciones aceleradas) y, según habrían conversado con Lugones, “la falta de evidencia” que respalde una autorización regulatoria para su comercialización y uso.
No se abordó la decisión de ambos gobiernos de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la Argentina debería refrendar, este mes, durante la 78° Asamblea Mundial de la Salud. Estados Unidos, en cambio, se reservó ese derecho al suscribir su participación en ese organismo. Ambos países, en tanto, continúan en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Entusiasmado”Durante la videoconferencia, el funcionario estadounidense “preguntó entusiasmado” sobre “el proceso de desregulación del sistema de salud”, asunto que habría quedado pendiente para un próximo encuentro presencial. “Para hablar de las medidas que se están implementando, hay que explicar cómo era el sistema de salud argentino, que es más complejo que el de Estados Unidos. Y, para eso, se necesita más tiempo”, refirieron, también, en Salud.
Esta reunión la consideraron en la cartera nacional como “el primer paso para afianzar lazos y potenciar vínculos”. Si bien hablaron de “comenzar una línea de trabajo conjunta en materia de salud”, la agenda de temas aún está por definirse.
“Ambos mostraron su preocupación por la cada vez más acelerada salida al mercado de drogas sin suficiente evidencia científica de sus efectos en la salud de los pacientes –dijeron en la cartera nacional–. Ambos comparten un compromiso en bajar el precio de los medicamentos para que haya un mayor acceso a los tratamientos. El secretario de Estados Unidos se mostró muy interesado en conocer los detalles de las medidas del ministerio para desregular y llevar transparencia al sector.”