Julián Weich dijo presente en el programa La Noche de Mirtha (eltrece) que conduce Mirtha Legrand. En la mesa, recordó todos los detalles de los días en que vivió como mochilero con su hijo en Panamá, hace nueve años. “Estuve diez días viviendo en la calle en Panamá. Mientras él hacía malabares, yo pasaba la gorra“, declaró.
Todo comenzó con un comentario que hizo la diva de los almuerzos: “Siempre me acuerdo de que tenés un hijo hippie”. “Sí, ahora es happy, es feliz”, la interrumpió Julián. Y ante la risa de los presentes -Nicolás Wiñazki, Gabriela Toscano, Diego Topa y Karina Jelinek- dijo: “Es en serio”. “Es una de las pocas palabras que no es una profesión, sino un estado que no cambió el nombre en el tiempo”, comentó en relación con el término hippie.
Cómo vive el hijo mayor de Julián Weich“Estuve diez días viviendo en la calle en Panamá. Mientras él hacía malabares, yo pasaba la gorra. Como nadie me conocía, yo no tenía problema”, recordó sobre su experiencia de hace nueve años, cuando tenía 50 años. “Mi hijo se hizo hippie de golpe y se fue de mochilero. Y en su viaje aprendió a hacer malabares y se fue hasta México. Cuando yo cumplo 50, la idea era ir todos en familia a visitarlo, con quien en ese momento era mi mujer, pero no era su mamá, y con sus hermanos”, aseguró.
Y continuó: “Cuando le planteamos la idea, él dijo que se quería volver, entonces no íbamos a ir todos para allá si se quería volver; y un amigo me dijo: ´¿por qué no vas vos?´ Y dije: ‘Voy a ir’. Entonces me fui diez días con la mochila a vivir su vida“.
Sobre su experiencia durante ese período contó que durmió en un parque nacional, en la playa y en un hostel. “Dormíamos donde él solía dormir. No le dije que fuéramos a un hotel. Llegué y me puse a disposición de lo que había que hacer y cómo había que hacerlo”, relató.
Weich sostuvo que “fue una experiencia alucinante”. Con respecto a la decisión de su hijo de vivir en la calle, explicó que tuvo que ver con la madurez y con el crecimiento de él y de su búsqueda. “Él empezó a estudiar para ser profesor de yoga y de reiki, y me hablaba de libros espirituales y cosas que yo no conocía, y me empezó a enseñar. Es loco que un hijo te enseñe“, reconoció.
Por último, Julián Weich remarcó que con el tiempo, Jerónimo decidió volver a la Argentina e instalarse en el país que lo vio nacer. Ahora tiene 31 años y vive en Córdoba. “Se dedica a construir casas de barro, los días de lluvia se complica”, bromeó. “Hay una onda mundial a vivir más sustentablemente para no hacerle tanto daño al planeta”, concluyó.